De izquierda a derecha: Fabio Franco, Marta Doménech y María de Miguel.

De izquierda a derecha: Fabio Franco, Marta Doménech y María de Miguel. Pablo García Santos

Salud Oncología

Los 'padres' españoles de la vacuna que ya se prueba para el cáncer de pulmón: "Hay datos prometedores"

El tratamiento lleva a cabo su primer ensayo clínico en 34 países. España es uno de ellos, con ocho hospitales involucrados.

7 septiembre, 2024 02:42

"Se espacian las seis inyecciones entre 20 minutos y media hora y luego están unas cuatro horas en observación para ver que no hay un efecto secundario inmediato".

No parece el mejor plan del mundo pasar toda una mañana recibiendo inyecciones y esperando que no generen una reacción rara, pero estas jeringas contienen una de las mayores promesas contra el cáncer de los últimos años.

Y, como apunta Marta Doménech, oncóloga del Instituto Catalán de Oncología y autora del entrecomillado, los pacientes de cáncer están acostumbrados a pinchazos y a tirarse horas con un gotero conectado a una vía.

"Se lo han tomado bien, al final es un pinchazo y no dura tanto. Los pacientes están muy acostumbrados las inyecciones, ya sea para un análisis de sangre, hacerse un TAC con contraste... En fin, es como ponerse una vacuna de las normales".

Porque lo que está probando el ICO y otros siete centros en España (en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Pontevedra) es una vacuna, sí, pero una de las más vanguardistas. Es similar a las de ARN mensajero que se popularizaron durante la pandemia de Covid, pero el enemigo no es un virus sino el cáncer de pulmón.

BioNTech, laboratorio alemán que se alió con Pfizer para desarrollar y producir la vacuna anti-Covid más usada en el mundo, tenía un objetivo antes de la pandemia: producir las primeras vacunas contra el cáncer realmente eficaces.

Se trata de vacunas terapéuticas, no preventivas como las de la Covid, pero el mecanismo es similar: introducir en el cuerpo cadenas de ARN mensajero con las instrucciones para fabricar un antígeno que sea reconocido por el sistema inmune y actúe frente a él, ya sea en un virus o en una célula cancerígena.

BNT116, que así se llama la vacuna contra el cáncer de pulmón que ha desarrollado, consiste en realidad en seis vacunas: cada una porta información para la fabricación de un antígeno distinto pero compartido en los cánceres de pulmón no microcítico, el subtipo de este tumor más frecuente (supone el 85% de todos los diagnósticos).

"En nuestro centro comenzamos el ensayo hace unos seis meses", explica Marta Doménech. "Han colaborado dos pacientes: uno ya terminó y el otro sigue participando".

Es el primer ensayo en humanos de esta vacuna. En esta fase de la investigación se busca observar si el tratamiento es seguro y si genera respuesta antitumoral. Por eso cada centro (participan hospitales de 34 países) incluye pocos pacientes y estos tienen características muy diferentes.

"En las primeras seis semanas, damos el tratamiento de forma semanal. Luego, cada tres semanas".

Así, a algunos se les administra la vacuna antes de cirugía. A otros, en cambio, cuando el cáncer ya ha avanzado. Unos la reciben en forma de monoterapia y otros junto a quimio o una inmunoterapia.

Por eso uno de los pacientes de Doménech ya terminó su participación y el otro seguirá hasta que la enfermedad avance o no pueda tolerar el tratamiento.

Si los datos son lo suficientemente buenos se procederá a ensayos con más pacientes (miles) e intervenciones más específicas.

Datos preliminares

Lo que se sabe hasta ahora es positivo. "Los datos preliminares demuestran un perfil de seguridad favorable, respuestas inmunitarias duraderas contra los antígenos del tumor y con respuestas clínicas que confieren a estos tratamientos una prometedora actividad clínica", afirma Fabio Franco, oncólogo del MD Anderson Cancer Center Madrid y responsable de la unidad de ensayos clínicos en fase I de la Fundación MD Anderson Cancer Center España.

En su centro llevan probando la vacuna desde hace más de un año y se han reclutado tres pacientes. "Este tipo de tratamiento tiene una gran estabilidad y tiene la capacidad de generar una importante respuesta de los linfocitos (células T CD8+ y CD4+), que es lo que permite lograr el control inmunológico de la enfermedad".

También en Madrid se encuentra el Centro Integral Oncológico Clara Campal de HM Hospitales, que ensaya la vacuna en "múltiples pacientes desde el año 2023", comenta María de Miguel, directora adjunta de la unidad de ensayos clínicos fase I del centro.

"Las inmunoterapias —tratamientos que potencian el sistema inmune para atacar al tumor— ya han demostrado ser efectivas en un amplio rango de tumores, incluido el de pulmón, y las vacunas representan un subgrupo en desarrollo con un gran potencial".

La idea de vacuna terapéutica contra el cáncer no es nueva pero las investigaciones siempre acababan en decepción. Con el desarrollo de las plataformas vacunales basadas en ARN mensajero se recuperó la ilusión: era posible fabricar una vacuna contra uno o varios antígenos en muy poco tiempo.

En la actualidad hay varias de estas vacunas investigándose y los resultados son prometedores para melanoma, cáncer de próstata, cáncer de mama triple negativo, cáncer de ovario y de pulmón.

De hecho, BNT116 no es la única vacuna de ARN mensajero investigándose frente a este último tumor. Moderna, laboratorio que desarrolló las vacunas Covid de forma paralela a BioNTech, tiene su propio candidato ensayándose.

El enfoque, sin embargo, es bastante diferente. Mientras que la aproximación de BioNTech se basa en seis antígenos 'universales', la de Moderna busca secuenciar cada tumor para hallar hasta una treintena de neo-antígenos propios e intransferibles. Una vacuna personalizada.

"Ambas perspectivas son muy interesantes y pueden desempeñar un rol importante en estos pacientes, aunque aún está por determinar", apunta María de Miguel.

Fabio Franco, del MD Anderson Cancer Center Madrid, coincide en que lo primero es confirmar que estas terapias con eficaces y seguras con ensayos clínicos más amplios.

Con todo, señala que el "desarrollo de terapias personalizadas y con desarrollo de vacunas paciente a paciente parece compleja y de difícil implementación en la clínica, puesto que requiere de una tecnología importante de la cual no disponen todos los centros".

Algo similar opina Marta Doménech, del ICO Badalona. "A nivel de respuesta, evidentemente, hacer una vacuna específica para antígenos que ya presenta el paciente parece mejor opción. A nivel comercial, de manufactura y siendo pragmáticos, estas estrategias son difíciles, aunque ya se utilizan con las células CAR-T".

Todo dependerá, afirma la doctora, de los resultados que proporcione cada vacuna, algo que necesitará todavía unos años para esclarecerlo. Para BNT116 se espera que en 2026 haya datos sólidos sobre su viabilidad. "Esta, probablemente, sea mucho más sencilla de implantar, pero a nivel fisiológico tiene más sentido tener una respuesta específica en cada paciente... Si consigues que el sistema inmune se active".