Unidad de Urología del Hospital Ruber Internacional.

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Salud

El drama del sobrediagnóstico del cáncer de próstata: una resonancia magnética reduce a la mitad los falsos positivos

Las imágenes de resonancia magnética identifican los casos que han dado positivo por antígenos prostáticos pero no presentan lesiones malignas. 

1 octubre, 2024 02:45

El cáncer de próstata es el tumor que se diagnostica con mayor frecuencia en hombres de todo el mundo, y España no es la excepción. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se contabilizan más de 30.000 nuevos casos cada año en nuestro país. A nivel mundial, los diagnósticos van en aumento, con expectativas de duplicarse para 2040, pasando de 1,4 millones a 2,9 según una estimación de The Lancet. La clave está en la extensión del uso de pruebas mediante el uso del PSA (Antígeno Específico Prostático).

Sin embargo, los fallecimientos no siguen la misma tendencia. Aunque tristemente el cáncer de próstata todavía se cobra la vida de cerca de 6.000 hombres al año, un reciente estudio publicado en The BMJ reveló que, mientras la incidencia en la población europea ha aumentado hasta en 20 puntos en los países que han generalizado las pruebas de PSA, la mortalidad solo ha aumentado cinco puntos. Esto llevaba a los autores a plantear un problema de sobrediagnóstico: miles de casos serían falsos positivos benignos que requerirían observación pero no tratamiento.

Determinar la instancia de sobrediagnóstico es fundamental para que los sistemas sanitarios hagan un uso optimizado de los recursos, y para garantizar la calidad de vida de los pacientes, que son sujetos a pruebas -y ocasionalmente cirugías- innecesarias. La revista NEJM se hace eco ahora de un ensayo clínico que ha evaluado la efectividad de añadir una prueba de resonancia magnética para aquellos pacientes entre los 50 y 60 años con un nivel de PSA elevado. Aquellos casos en los que no se observaron lesiones prostáticas sospechosas prescindieron de biopsia.

"Los resultados indican que el procedimiento evita más de la mitad de los diagnósticos de cáncer clínicamente irrelevantes que no necesitarían tratamiento y apenas aumenta el riesgo de dejar de identificar aquellos que pueden volverse incurables", valora Rafael Marcos-Gragera, médico epidemiólogo en la Unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer de Girona del Instituto Catalán de Oncología-Plan Director de Oncología, en declaraciones a Science Media Centre. Los programas de detección poblacional, recuerda, "deben priorizar la precisión diagnóstica y la minimización de daños innecesarios". 

"El estudio está bien diseñado y mejor ejecutado", celebra Álvaro Páez Borda, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario de Fuenlabrada, profesor asociado de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos y Chairman de la rama española del European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer. Las circunstancias han sido "ideales", destaca. "Un seguimiento extremadamente exhaustivo, una población diana (nórdica) muy disciplinada en sus hábitos de salud y un registro del cáncer dotado de una extraordinaria credibilidad".

El fenómeno de sobrediagnóstico "hace inviable la generalización del cribado del CP", lamenta. "En ese sentido, la RM tiene la capacidad de actuar como filtro para evitar el diagnóstico de tumores indolentes, siempre y cuando se observe una rigurosísima secuencia diagnóstica. Así, Páez Borda destaca que las más de 13.000 imágenes por resonancia obtenidas durante el ensayo fueron interpretadas por "un equipo de cuatro especialistas en radiología con más de cinco años de experiencia".

Además, los estudios emplearon "un resonador de tres teslas" de última generación. "Esa combinación de dedicated radiologist y un equipo de altas prestaciones resulta imprescindible para obtener datos comparables", subraya. El objetivo de reducir al 50% el sobrediagnóstico, recuerda, es "precisamente" una de las aspiraciones del Plan Contra el Cáncer de la Unión Europea (UE) en el que participa España y valora la inclusión de la RM en el cribado.

"La variedad de aproximaciones en cada uno de los centros piloto resulta verdaderamente llamativa. Y todavía no está probado de modo incontrovertible que los programas de screening para el CP salven vidas. ¿Es legítimo el esfuerzo? ¿Están preparados los sistemas de salud europeos para asumir semejante sobrecarga?", se pregunta a modo de conclusión.