Anatomía de los órganos del cuerpo humano, que destaca el páncreas. iStock
Así se manifiesta el cáncer de páncreas en España: los primeros síntomas a los que debes prestar atención
- Este tumor sigue siendo uno de los más letales, pero mejorar el diagnóstico y los hábitos de vida puede hacer descender su mortalidad.
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La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) calcula que al final de este 2024 se habrán detectado 9.986 nuevos casos de cáncer de páncreas en nuestro país. A pesar de que no se trata de uno de los más frecuentes, sí que se trata de uno de los más temidos debido a que es uno de los más letales. Según los últimos datos, en el año 2022 fallecieron hasta 7.973 españoles a causa de este tumor.
La supervivencia a este cáncer sigue siendo muy baja en España: en el caso de los hombres se encuentra en el 7%, y en el de las mujeres, en el 10%. Además, la SEOM advierte de que los casos de cáncer de páncreas han aumentado en los últimos años y, por lo tanto, la mortalidad por esta causa. Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, la principal razón de su alta letalidad se debe a que se suele detectar en fases muy avanzadas.
Aunque no solemos prestar mucha atención al páncreas, este se encuentra rodeado de otros órganos muy importantes. Está detrás del estómago y del colon y en contacto con el duodeno, la vía biliar, las arterias y venas intestinales y la aorta, según enumera la web de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). Cuando aparece un tumor en el páncreas es posible que se expanda rápido debido a su delicada ubicación en el cuerpo.
Primeros síntomas
Pero, ¿cómo avisa este tipo de cáncer? Los primeros síntomas que se asocian al cáncer de páncreas son la pérdida de peso, la ictericia, los picores generalizados y el dolor de espalda a la altura del estómago, según la CUN. Sin embargo, los investigadores siguen buscando otros que se presenten con anterioridad para adelantar su diagnóstico y que, además, se puedan considerar más específicos.
El síntoma más frecuente suele ser la pérdida de peso, motivada por una pérdida de apetito, y también el cansancio, pero son manifestaciones demasiado generales. La ictericia, que consiste en que la piel se vuelve amarilla, se produce cuando el páncreas aumenta demasiado de tamaño por el cáncer y presiona la vesícula biliar. De esta manera, se produce un aumento de la bilirrubina que produce el color amarillo.
La CUN además especifica que el dolor de espalda a la altura del estómago suele indicar que el cáncer ya se encuentra demasiado avanzado. Este dolor suele ser, según dice la clínica, especialmente frecuente en los tumores del cuerpo del páncreas, su parte más estrecha, y puede indicar la infiltración del cáncer en los plexos nerviosos. Aunque algunas investigaciones han señalado otros posibles síntomas tempranos, faltan otras investigaciones que lo confirmen.
Aumentar la lista
Hace unos años, la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, estudió qué síntomas del cáncer de páncreas podrían llegar a adelantar hasta un año el diagnóstico. Para ello, los autores consultaron datos de hasta 24.236 pacientes diagnosticados con este tipo de tumor entre los años 2000 y 2017. Estos investigadores concluyeron que el síntoma más frecuente había sido la ictericia y el sangrado en estómago o intestino.
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Sin embargo, añadieron a la lista dos síntomas que habían sido más ignorados en el adenocarcinoma pancreático ductal: la sed y la orina oscura. Por desgracia, algunos médicos se han mostrado pesimistas con respecto a la utilidad de estos dos últimos síntomas, tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL. La orina oscura, de hecho, también se debe a la acumulación de bilirrubina.
¿Qué podemos hacer entonces para mejorar la supervivencia de este cáncer? Hasta que la investigación avance en este sentido, lo que se puede hacer es evitar los factores de riesgo modificables que se han asociado a este cáncer. Según la SEOM, el cáncer de páncreas se ha asociado al consumo de tabaco y a la obesidad. Por lo tanto, el descenso de las cifras de tabaquismo y obesidad en la sociedad podrían reducir de manera drástica estos casos de cáncer de páncreas y, por lo tanto, su mortalidad asociada.
