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Salud ONCOLOGÍA

"No debemos renunciar al 100%": así se ha disparado la supervivencia en el cáncer de mama en los últimos 40 años

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Dice la doctora Eva Ciruelos que uno piensa que las cosas malas sólo pasan a los demás. Por eso recibir un diagnóstico de cáncer de mama siempre "es un palo". Aunque con las cifras actuales hay un poco más de "calma": cerca del 90% de las mujeres diagnosticadas sobrevive a los cinco años. Este porcentaje era impensable hace 40 años, cuando apenas se superaba el 60%.

Esta mejoría se ha conseguido "de forma paulatina". En la década de los años 90, la supervivencia a cinco años de las pacientes con cáncer de mama se situaba en torno al 78%. No fue hasta principios de siglo cuando se alcanzó el 80%. Esta cifra aumentó cinco puntos y medio, según el último estudio de la Red Española de Registros de Cáncer, con datos de 2008 a 2013.

Este incremento de la supervivencia es fruto de "múltiples factores". Uno de los más destacados es la adherencia a los programas de cribado, con los que cada vez se detecta antes la enfermedad. "Los tumores en estadio precoz tienen más posibilidades de ser curados que aquellos que están avanzados", expone a EL ESPAÑOL Ciruelos, coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama del Centro Integral Oncológico Clara Campal de HM Hospitales y del Hospital 12 de Octubre.

En algunos casos, un diagnóstico precoz puede suponer una supervivencia a 10 años superior al 90%. Por ello los expertos recomiendan la realización de una mamografía cada dos años a mujeres con edades comprendidas entre los 50 y 69 años. Una recomendación que se cumple en España en gran medida, pues se estima que la cobertura del programa de cribado es del 89%

Hay regiones en las que el cribado de cáncer de mama ya comienza a los 45 años. Aunque como apunta Rafael López, jefe del servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, es probable que incluso se rebaje este mínimo de edad, teniendo en cuenta cómo se ha disparado entre jóvenes.

Más y mejores tratamientos

Otro de los principales motivos por el que la supervivencia se ha acrecentado en los últimos años se encuentra en los tratamientos para los distintos subtipos de cáncer de mama. El ejemplo más significativo es el HER2+. "Estos tumores que ayer eran de un mal pronóstico, hoy en día son los que, de lejos, mejor pronóstico tienen", señala Javier Cortés, oncólogo y director del International Breast Cancer Center.

En el cáncer de mama triple negativo, la inmunoterapia ha sido la responsable de los últimos avances en la supervivencia. Aunque 'sólo' representa el 15% de los casos, es uno de los de progresión más rápida y especialmente afecta a pacientes jóvenes. Hasta el momento, sólo se utilizaba quimioterapia. Pero ya es posible comprobar si el uso de la inmunoterapia será eficaz mediante el análisis de una proteína.

El propio Cortés ha publicado recientemente un estudio en el que ha demostrado que la supervivencia del tumor triple negativo mejora cuando se administra una combinación de inmunoterapia y quimioterapia antes de la cirugía. La tasa de supervivencia a cinco años fue del 86,6%, frente al 81,2% de las que recibieron placebo.

Una de las estrategias terapéuticas que también "ha revolucionado el tratamiento del cáncer de mama" son los inmunoconjugados. Estos medicamentos actúan "como un caballo de Troya", pues la quimioterapia se libera dentro del tumor. En este caso, se han obtenido resultados positivos tanto para el subtipo triple negativo como para el cáncer de mama HER2+. En este último, los estudios presentados han demostrado una reducción del 72% en el riesgo de progresión de la enfermedad.

Esta mejora también se ha dado en los tratamientos tradicionales, como la cirugía y la radioterapia. Con esta última, de hecho, el riesgo de recidiva (esto es, la reaparición de la enfermedad) se ha reducido "mucho". Aun así, "uno de cada cuatro pacientes recaen a largo plazo", recuerda Ciruelos, que también es vicepresidenta del Grupo cooperativo SOLTI de investigación en cáncer de mama.

Una incidencia en aumento

Al aumentar la supervivencia, también lo hace la prevalencia. El pasado año, según los datos de la Asociación Española Contra El Cáncer (AECC), se registró el dato más alto de la última década, con una prevalencia a 5 años de 620 por cada 100.000 mujeres.

En 2023, también se alcanzó la tasa de incidencia más alta. "Está subiendo entre un 1,5% y un 2% anual". En 2024, se prevé que sea el más diagnosticado en España, con 36.395 nuevos casos, sólo por detrás de los de colon y recto (44.294). Hace una década, se diagnosticaban unos 5.000 menos.

Para los oncólogos, este crecimiento se debe, por un lado, a que "la capacidad diagnóstica es mejor". Y por otro, a una mayor exposición a los factores de riesgo que se asocian a esta enfermedad, como el sedentarismo o el retraso en la edad gestacional o el consumo de alcohol. Este último, según algunos estudios, es el principal factores de riesgo para el cáncer de mama de inicio temprano.

Ciruelos considera, en este sentido, que aunque la prevención primaria funciona en cáncer de mama, no lo hace tanto como para que la incidencia se reduzca: "En una enfermedad de este tipo es extraño que suceda algo así". La oncóloga observa una tendencia al alza en el número de nuevas pacientes que se diagnostican por debajo de los 40 años. "Es una necesidad clínica real con un impacto social enorme".

Hacia una mayor igualdad

Pese a que cada vez hay un mayor número de supervivientes de cáncer de mama en nuestro país, lo cierto es que durante los últimos 10 años la tasa de mortalidad se ha mantenido estable en torno a los 28 fallecimientos por cada 100.000 mujeres.

Este número varía de manera considerable entre las distintas provincias. Como era de esperar, las más pobladas son en las que se producen un mayor número de muertes: Madrid (810), Barcelona (753) y Valencia (425).

En cambio, si se observa la tasa de fallecidos por 100.000 mujeres, las provincias más afectadas son Huesca (46), Soria (45) y Zamora (42). En el otro extremo, se posicionan Teruel (19), Navarra (22) y Madrid (23).

Para López, "se trata de un problema de registro, más que uno real". Piensa que siempre habrá "una pequeña diferencia" en una enfermedad que "a nivel global está bien manejada".

Ciruelos, por su parte, cree que no se debe hablar de "un mayor riesgo de muerte". Pero sí que entiende que "hay fármacos que se pueden utilizar en unas comunidades y en otras, no". Esta discriminación también se produce incluso entre hospitales de una misma autonomía.

"Faltan políticas comunes", demanda. "Aunque las hay, también existe mucha transferencia a las autonomías y, a mi juicio, estas diferencias que se crean no generan ninguna ventaja, sino todo lo contrario". Además, generan "mucha inquietud en el propios paciente, que suficiente tiene con cuidar de sí mismo".

"El listón está alto"

El ritmo de crecimiento de la supervivencia en cáncer de mama ha sido de entre un 3% y un 4% cada década. ¿Significa esto que en los próximos 20 años se alcanzará el 100%? "Seguiremos mejorando, pero será imposible llegar a este porcentaje puesto que ya tenemos el listón muy alto", responde Ciruelos. "No hay que olvidar que alrededor del 5% de las pacientes que vienen por primera vez ya tienen metástasis".

López coindice en señalar a ese grupo de pacientes que se diagnostican con enfermedad metastásica. Aun así, se muestra esperanzado con el futuro: "No debemos renunciar al 100% de curaciones. Hace aproximadamente 100 años, en la zona más rica de Europa la supervivencia en cáncer de mama apenas superaba el 2%.

Los retos, apunta Cortés, se dirigen ahora hacia un mejor diagnóstico de las recaídas tumorales y una mayor eficiencia en la administración de los tratamientos. También será necesaria homogeneizar la atención: "El cáncer de mama se puede curar muchas veces. Pero si las cosas no se hacen bien desde el principio, es muy difícil rectificar luego".