Robert F. Kennedy Jr., junto a Donald Trump en un acto de campaña.

Robert F. Kennedy Jr., junto a Donald Trump en un acto de campaña. Efe

Salud

Así es el abogado candidato a dirigir la salud de EEUU con Trump: antivacunas y oveja negra de los Kennedy

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"Voy dejar que se vuelva loco con la salud. Voy a dejar que se vuelva loco con la comida. Voy a dejar que se vuelva loco con los medicamentos".

Así se expresaba Donald Trump en un mitin reciente en Nueva York. Esa persona a la que va a dejar que se "vuelva loca" es Robert F. Kennedy Jr., hijo del fiscal general de EEUU asesinado en 1968 y sobrino del expresidente asesinado en 1963.

También es un declarado activista anti-vacunas, mascarillas y otras medidas de salud pública como la fluoración del agua potable.

Todas las voces apuntan a que será el encargado de modelar la futura sanidad del país norteamericano tras la victoria electoral de Donald Trump de este martes. Y ya ha anunciado que va a despedir a "departamentos enteros" de algunas agencias de salud.

Robert F. Kennedy Jr. empezó el año postulando como candidato independiente a la presidencia de EEUU tras abandonar unos meses antes el Partido Demócrata. A finales de agosto decidió retirarse de la carrera electoral y apoyar a Trump.

Desde entonces se ha reunido varias veces con el político y en el entorno del nuevo presidente nadie parece dudar de que dictará las políticas sanitarias del país.

En una video-reunión con sus seguidores, Kennedy aseguraba que Trump le había prometido el control de las agencias que tengan que ver con la salud pública, informaba The Washington Post.

Esto implicaría responsabilizarse de los programas Medicare y Medicaid (la sanidad pública estadounidense), la regulación de medicamentos y dispositivos sanitarios o la regulación alimentaria.

Sin embargo, no parece fácil que sea nombrado jefe del Departamento de Salud y Servicios Humanos, el equivalente a nuestro Ministerio de Sanidad, ya que es un puesto que debe ser validado en el Senado, algo que podría tener complicado por haber sido arrestado en el pasado por posesión de marihuana o heroína, así como por haber mantenido relaciones extramatrimoniales.

Con todo, nadie duda de que su ascendente sobre Trump es tal que tiene garantizado un puesto en la administración desde el cual implantar su agenda.

De la salud ambiental a la salud humana

Y vaya agenda. Kennedy era conocido por su lucha como activista medioambiental. Abogado de diversas ONG y profesor de Derecho Ambiental en la Universidad de Pace (Nueva York), durante décadas litigó para imponer y ampliar la protección del medio ambiente, desde la cuenca del río Hudson hasta las tierras de tribus nativas.

Desde hace tiempo, sin embargo, sus intereses se han ido moviendo hacia la salud. Es presidente de Children's Health Defense, un lobby que ha hecho campaña contra las vacunas, la fluoración del agua potable o la red de comunicaciones 5G.

Entre otras cosas, es un promotor del bulo de que las vacunas provocan el autismo en niños, incluso ha escrito un libro sobre ello, a pesar de que el artículo que dio pie a esta teoría lleva años retractado y a su autor se le revocó la licencia para ejercer la medicina por manipular abiertamente los datos.

También difundió que la muerte de dos bebés en Samoa en 2018 se debió al mercurio contenido en la vacuna triple vírica, cuando fue debido a que se les administró por error un relajante muscular.

Su activismo anti-vacunas llevó a varios familiares (dos hermanos y una sobrina) a escribir una carta abierta en la revista Politico en 2019 repudiándole por infundir desconfianza en la ciencia mediante la expansión de bulos.

Como es obvio, atacó las vacunas frente al coronavirus y, tras la pandemia, su activismo conspiranoico no ha hecho más que aumentar, acusando a la agencia estadounidense de medicamentos y alimentos (FDA) de corrupción y de impedir "cualquier cosa que haga avanzar la salud humana y no pueda ser patentada por la industria farmacéutica".

Su última batalla está siendo revocar la fluoración del agua potable, una medida que se expandió en el país norteamericano en los años 60 y que ha mejorado la salud bucal de varias generaciones.

Entrevistado en el pódcast de Joe Rogan, uno de los más escuchados de EEUU, Trump dijo que eliminar la fluoración del agua le "parece bien".

Parafraseando el lema MAGA (Make America Great Again, 'Vuelve a hacer grande a América') de los seguidores de Trump, ha creado la plataforma MAHA (Make America Healthy Again, 'Vuelve a hacer sana a América') para implantar su agenda en el próximo gobierno.

En una entrevista para el canal norteamericano de televisión MSNBC, ha cargado contra la FDA y advertido que, "en algunas categorías, va a eliminar departamentos enteros", como el de nutrición. "Tienen que irse, no están protegiendo a nuestros hijos".

Fuentes cercanas al futuro presidente citadas por medios como The Washington Post dicen que Kennedy ya tiene hecho un listado de personas que pueden ocupar las agencias y departamentos federales relacionados con la salud y la alimentación.

El candidato más prominente para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos es Joseph A. Ladapo, un médico y profesor de la Universidad de California en Los Angeles que fue fichado por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, como cirujano general (principal asesor en salud pública) del estado después de leerle en el Wall Street Journal atacar las vacunas frente al coronavirus, las mascarillas y otras medidas tomadas en la pandemia.

Como Kennedy, Ladapo ha estado extendiendo mensajes sobre las vacunas de ARN mensajero que luego se han demostrado falsos, como que interfieren en el ADN de los vacunados o que generan un alto riesgo de muerte cardiovascular en adultos jóvenes.

El Departamento de Salud de EEUU maneja un presupuesto superior a los 3 billones de dólares y, además de coordinar los servicios públicos de salud, la aprobación de vacunas y medicamentos y coordinar la gestión de brotes infecciosos, es uno de los principales financiadores de la investigación biomédica en el país.