El drama desconocido de la endometriosis: las mujeres que la sufren tienen un 30% más de riesgo de muerte
- Esta patología afecta a 190 millones de personas en todo el mundo y su diagnóstico tiene una demora de cinco años.
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La endometriosis afecta aproximadamente 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva en todo el mundo. Se trata de cerca del 10% de este grupo poblacional, según la OMS. Aun así, sigue teniendo una demora del diagnóstico de unos cinco años y, en muchas ocasiones, se despacha en las consultas como dolores propios de la menstruación. Aunque sigue estando rodeada de incertidumbres, la ciencia está cada vez más cerca de resolverlas. Un estudio publicado este jueves en British Medical Journal ha observado que la patología aumenta en un 30% el riesgo de mortalidad prematura.
Los autores de la investigación emplearon los datos de 110.091 mujeres pertenecientes a una cohorte de 116.429 enfermeras estadounidenses de 25 a 42 años. Gracias a sus datos, han observado asociaciones positivas entre la endometriosis y la mortalidad prematura por cáncer, afecciones cardiovasculares y enfermedades respiratorias. También la han relacionado con fallecimientos vinculados a dolencias del sistema nervioso.
Raúl Gómez, investigador principal del Grupo de Investigación en Terapias frente a la Endometriosis del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, cuenta que aunque la del cáncer era más conocida, las otras asociaciones son más novedosas. El propio experto explica que entre el 4 y el 5% de las pacientes con esta enfermedad acaban desarrollando un cáncer ginecológico.
Los fallos de reparación celular relacionados con esta patología están también vinculados al cáncer, expone Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario HM Puerta del Sur. "Sabemos que la endometriosis tiene un índice más elevado de malignidad que el resto de las mujeres", desarrolla el también vicepresidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia Madrileña.
En la endometriosis, hay tejido del endometrio que crece fuera del útero en lugar de dentro. Esto puede suponer que esas células tengan una variación anómala que les permite subsistir en situaciones "no adecuadas", amplía el especialista de HM. Por lo tanto, esa proliferación descontrolada puede acabar derivando en un cáncer, amplía Rodríguez.
La relación entre esta enfermedad ginecológica y otros problemas son difíciles de hipotetizar, advierten los autores. Sin embargo, datos nuevos la relacionan con infecciones de covid más prolongadas y con asma y respuestas alérgicas más intensas. "Esto podría respaldar vías por las cuales es plausible una mayor mortalidad prematura por estas causas", reza el texto.
Otra conexión de la que habla la investigación es de la que hay entre la endometriosis y el sistema inmunológico, otro factor con muchas incógnitas a su alrededor. Rodríguez considera que es algo "muy lógico". Si una paciente tiene alterado, su sistema inmune para protegerse ante ciertas alteraciones a nivel ovárico causadas por esta dolencia, puede que también se exporte al resto del cuerpo. Este vínculo puede estar detrás de esa elevación en las posibilidades de mortalidad prematura, teoriza.
El experto de HM lo ejemplifica con las enfermedades respiratorias. Si el sistema inmune no puede atacar las células que no están donde deben (lo que ocurre con la endometriosis) y falla el sistema de reparación, puede pasar lo mismo con una afección pulmonar. "Tienen un sistema inmune que no es el adecuado y esas patologías pueden ser más graves, o incluso, mortales", destaca.
Las opciones contra la endometriosis
Gómez, de INCLIVA, lamenta que actualmente todavía se sigue tratando la enfermedad de forma indirecta. El abordaje pasa, principalmente, por alterar la producción de estradiol y de estrógenos. También es un tema complejo porque ninguno de los tratamientos es completamente efectivo y debe elegirse según cada caso, agrega Rodríguez.
Las opciones cuando se diagnostica la dolencia van desde los analgésicos antiinflamatorios hasta la cirugía, pasando por anticonceptivos orales para controlar esa secreción de estrógenos. También se puede usar la progesterona que contrarresta el efecto de la hormona anterior.
Hace falta un tratamiento que sirva para atajar directa y específicamente la enfermedad, resalta Gómez. Esto debe pasar por buscar tratamientos no hormonales que acaban repercutiendo en la fertilidad de las pacientes que quieren ser madres.
El investigador señala que, en caso de no abandonar las terapias hormonales, los esfuerzos deberían centrarse en opciones que impliquen otros receptores y no afecten a la producción de estrógenos. "Hace falta algún analgésico que sea específico para la sintomatología de la dolencia o [un fármaco] que pueda eliminar las lesiones"
Rodríguez cree que hay que centrar los esfuerzos en lograr medicamentos que puedan modificar el sistema inmunitario si la paciente lo tiene afectado o que haga que el mismo actúe directamente contra la patología.
Un poco más cerca de la luz
El experto de HM advierte de que el problema de este tipo de estudios es que, aunque se ven las asociaciones entre la endometriosis y la mortalidad prematura, no se puede establecer una relación causal. "Aún queda mucho por así". No obstante, no deja de considerar "llamativa" la investigación publicada en British Medical Journal. Demuestra que existe una mortalidad sobreañadida que no se esperaba, resalta.
Gómez comenta que este tipo de estudios resultan muy interesantes y pueden ser muy útiles para la investigación de los años futuros. Cree que, continuar aportando datos como los de este trabajo, puede acercar a la sociedad a conseguir pistas, no solo sobre las consecuencias, sino también sobre el origen de la enfermedad. "Estaremos atentos".