Más de 600 contagios y 143 muertos: qué se sabe sobre el brote de malaria que ha puesto a RD Congo en jaque
- La combinación de una forma grave de la enfermedad y la desnutrición ha dejado una tasa de mortalidad que es elevada incluso para esta zona.
- Más información: Identificada la enfermedad que ha causado casi 150 muertos y 600 contagios en Congo: una forma grave de malaria
"El misterio se ha resuelto finalmente". Con estas palabras, el Ministerio de Salud de la República Democrática del Congo ha zanjado las dudas que existían acerca de la bautizada como 'enfermedad X', que había causado más de 600 contagios y 143 muertes en una región del suroeste del país.
La enfermedad, cuyos síntomas eran similares a los de la gripe, no era tan desconocida como parecía hasta este martes. Se trata, en realidad, de "un brote grave de malaria en forma de enfermedad respiratoria", como han declarado las autoridades locales a la agencia Reuters.
Para el investigador ICREA en ISGlobal y director del programa de Malaria y Enfermedades Parasitarias Desatendidas, Quique Bassat, la 'buena' noticia es que se ha confirmado que es malaria, "una enfermedad que se conoce bien y se sabe cómo controlar". La mala es que se haya tardado tanto. " La malaria tenía que haber sido una de las hipótesis desde el inicio", opina.
Que no se haya identificado hasta casi dos meses más tarde desde que se detectaran los primeros casos puede deberse al sitio en el que se ha producido el brote: la zona sanitaria de Panzi, ubicada en la provincia de Kwango. "Es uno de los lugares con mayores dificultades del mundo para el acceso sanitario", señala a EL ESPAÑOL Bassat.
Sin acceso a diagnósticos, es prácticamente imposible "saber bien qué ha ocurrido". Esto también ha provocado que desde el principio "las cifras hayan bailado". Lo parece seguro, por el lugar en el que se ha producido, es que puede haber más casos de los que se han detectado. "Por desgracia, es muy habitual en este tipo de entornos".
Un contexto de malnutrición
Según los datos del Ministerio de Salud, la tasa de mortalidad de este brote es del 6,2%. Normalmente, este porcentaje no se alcanza ni siquiera en este país, que es —junto con Nigeria— uno de lo que más casos y muertes por malaria aglutina en el mundo. El motivo por el que la letalidad ha sido tan elevada ha sido la combinación de la forma grave de esta enfermedad con la desnutrición que asola a la región afectada.
"Esta malnutrición", explica Bassat, "lo que ha hecho ha sido facilitar que una enfermedad que en la gran mayoría de sus casos no causa gravedad (más allá de fiebres que se pueden tratar), haya debutado con una enfermedad muy grave desde el principio". No obstante, "la malaria puede matar sin que exista un problema de malnutrición y no todos los malnutridos son más vulnerables a tener malaria grave".
La forma grave de malaria no se da ni siquiera en la mayoría de los casos que se registran en las zonas endémicas. Sólo entre un 1% y un 2% de ellos son los que desarrollan una enfermedad que puede poner en peligro la vida del paciente. A ello hay que sumarle el contexto de malnutrición en el que se ha producido. Todo ello hace que un caso de malaria no complicado se convierta en uno grave.
La transmisión también puede haberse precipitado por una elevada exposición a los mosquitos infectados. Esta situación se produce a veces justo después de una época de lluvias muy fuertes, en la que pueden proliferar más fácilmente las larvas de los mosquitos. "Puede haber sido la casualidad de una serie de circunstancias que haya provocado una transmisión muy alta en un periodo muy corto de tiempo", intuye Bassat.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado que ha suministrado fármacos antimaláricos que se están distribuyendo desde el Hospital General de Panzi y a través de los centros de salud de la región. Para los expertos, el problema no reside tanto en dar el medicamento que va a curar al paciente, como hacer que éste entre en contacto con el sistema de salud para que se lo puedan ofrecer. Además de los fármacos, las redes mosquiteras impregnadas de insecticida son el mejor método para prevenir la malaria.
Recientemente, también se aprobó la segunda vacuna contra esta enfermedad. En la República Democrática del Congo, la vacuna contra la malaria no se incluyó en el calendario vacunal infantil hasta octubre de este año. En este sentido, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Francisco Javier Membrillo, demanda un esfuerzo internacional en vacunas para la malaria, pues se encuentran en los albores de ser vacunas efectivas.
Como apunta Bassat, "existen muchas herramientas que funcionan, simplemente hay que hacerlas llegar a aquellos lugares que más las necesitan". La República Democrática del Congo es uno de ellos. Según el último informe publicado por la OMS, estiman que en el país se produjeron 33.140.568 casos en el pasado año. Y al menos 67.464 personas murieron a causa de la malaria.
Tanto la cifra de contagios como la de fallecidos se ha incrementado en la última década. En 2013, el país 'sólo' notificó 23.984.116 casos y 59.282 muertes. "Mientras que no se tome una acción a nivel global para luchar contra la malaria, este tipo de situaciones van a seguir ocurriendo. Estamos muy lejos de erradicar uno de los principales problemas de salud global que tenemos", concluye Membrillo.