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Aurelio Rojas, un reconocido cardiólogo, ha lanzado una advertencia contundente sobre el impacto del azúcar y la harina de trigo refinada en la salud de los españoles. Según sus declaraciones, "hay dos alimentos que te están matando", una afirmación respaldada por el alarmante aumento del 80% en los diagnósticos de cáncer en personas jóvenes durante los últimos años. Cánceres como el de mama, colon, páncreas, endometrio, próstata y estómago comparten un factor clave: todos están asociados a niveles elevados de insulina, una hormona que, al actuar como un potente factor de crecimiento, estimula la proliferación de células cancerosas. Estos dos alimentos, además de su impacto directo en el desarrollo del cáncer, están estrechamente relacionados con enfermedades cardiovasculares, lo que los convierte en enemigos silenciosos pero mortales.

El azúcar: un desencadenante metabólico y cancerígeno

El azúcar, presente de manera omnipresente en la dieta diaria a través de alimentos procesados, refrescos y postres, actúa como un acelerador de enfermedades metabólicas y oncológicas. Estudios publicados en Nature Reviews Cancer confirman que el consumo excesivo de azúcar provoca aumentos abruptos de la glucosa en sangre, lo que a su vez eleva los niveles de insulina. Esta hormona, aunque esencial para regular el metabolismo, puede convertirse en un arma de doble filo cuando se produce en exceso, ya que estimula el crecimiento de células tumorales, particularmente en órganos como el páncreas y el colon. Tal como indica Aurelio Rojas, este efecto es especialmente peligroso en tipos de cáncer como el de páncreas, mama y colon, que han experimentado un incremento alarmante en la población joven.

La harina refinada: el compañero invisible del azúcar

Si bien el azúcar recibe la mayor parte de la atención, la harina de trigo refinada no se queda atrás en términos de peligrosidad. Este ingrediente, que se encuentra en productos como pan blanco, bollería y pastas, es un carbohidrato de alto índice glucémico que se metaboliza rápidamente en glucosa. Según investigaciones del Journal of Nutrition, este proceso genera un impacto similar al del azúcar en el organismo, elevando tanto la glucosa como la insulina en sangre. El cardiólogo destaca que este mecanismo es igual de nocivo, ya que promueve desequilibrios metabólicos que pueden derivar en resistencia a la insulina, obesidad y un mayor riesgo de cáncer colorrectal. La harina refinada, al carecer de los nutrientes esenciales de los granos integrales, no solo representa "calorías vacías", sino que contribuye a un círculo vicioso de picos de insulina y fatiga metabólica.

Enfermedades cardiovasculares

El azúcar y la harina refinada no solo alimentan el desarrollo del cáncer, sino que también están entre los principales responsables de enfermedades cardiovasculares. Estas sustancias son precursoras de la obesidad, la hipertensión arterial y los niveles elevados de triglicéridos, factores que se combinan para aumentar el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. Aurelio Rojas resalta que estos alimentos "son los que más enfermedad cardiovascular producen también". Esta afirmación está respaldada por investigaciones de la American Heart Association, que vinculan el consumo elevado de azúcares añadidos con hipertensión, obesidad y triglicéridos altos, factores de riesgo que siguen creciendo en España. Además, este alimento contribuye al desarrollo de aterosclerosis, ya que su metabolismo genera inflamación y estrés oxidativo, elementos clave en la formación de placas arteriales. 

El aumento del cáncer en jóvenes

El incremento del cáncer en personas jóvenes, del que Rojas alerta, está directamente relacionado con cambios en los hábitos alimenticios. Un estudio reciente publicado en The Lancet Oncology indica que el estilo de vida moderno, marcado por el consumo elevado de alimentos ultraprocesados, ha disparado la incidencia de tumores en menores de 50 años. Estos cánceres, que incluyen tipos como el de páncreas y colon, tienen un denominador común: su vínculo con niveles elevados de insulina y estados de inflamación crónica inducidos por la dieta. La insulina elevada, mencionada por Rojas como un "potente factor de crecimiento", desempeña un papel crucial en esta preocupante tendencia.

La resistencia a la insulina como causa raíz

La resistencia a la insulina, una condición que ocurre cuando las células del cuerpo dejan de responder eficazmente a esta hormona, es el nexo entre el consumo de azúcar y harina refinada y una multitud de enfermedades. Investigaciones de la World Health Organization (WHO) han demostrado que esta condición no solo precede a la diabetes tipo 2, sino que también es un precursor de enfermedades cardiovasculares y cáncer. El cardiólogo explica que los picos repetidos de insulina inducidos por una dieta rica en carbohidratos simples generan un desgaste metabólico que, con el tiempo, afecta a múltiples sistemas del cuerpo, creando un entorno propicio para el desarrollo de enfermedades graves.

En España, la presencia de alimentos procesados ricos en azúcar y harina refinada ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas, desplazando a la tradicional dieta mediterránea. Bollería industrial, bebidas azucaradas y snacks son solo algunos ejemplos de productos que, aunque accesibles y económicos, contienen niveles alarmantes de estos ingredientes perjudiciales. Como indica Aurelio Rojas, "si quieres prevenir y cuidarte, ya sabes lo que no debes consumir". 

Reemplazar el azúcar y las harinas refinadas por alimentos integrales, frutas, verduras y grasas saludables es esencial para revertir esta tendencia. También reducir el consumo de azúcar y harinas refinadas no solo puede prevenir enfermedades graves, sino también mejorar la calidad de vida general. Optar por cocinar en casa y priorizar alimentos frescos es un paso crucial para proteger la salud.