La oncóloga Ursina Teitelbaum es jefa de la sección de cánceres gastrointestinales en el  Centro Oncológico Abramson de Penn Medicine.

La oncóloga Ursina Teitelbaum es jefa de la sección de cánceres gastrointestinales en el Centro Oncológico Abramson de Penn Medicine.

Salud

Soy oncóloga: estas son las cinco cosas que pido a mis pacientes que dejen de hacer en España para no tener cáncer colorrectal

Raquel Díaz
Publicada
Actualizada

El cáncer colorrectal se ha consolidado como el tumor más frecuentemente diagnosticado en España en 2024, con una estimación de 44.294 nuevos casos, distribuidos entre 27.009 en hombres y 17.285 en mujeres. Este tipo de cáncer representa una causa significativa de mortalidad: fue la segunda causa de muerte por tumores en hombres en 2022, solo por detrás del cáncer de pulmón, y la tercera en mujeres, precedido por los cánceres de mama y pulmón.

La implementación de programas de cribado ha demostrado ser esencial, logrando una reducción del 15% en la mortalidad asociada. Además, la supervivencia se ha duplicado en los últimos 20 años, reflejando avances significativos en detección y tratamiento. 

No obstante, persiste una preocupación creciente por el aumento de casos en personas menores de 50 años, lo que subraya la necesidad de reforzar las estrategias de prevención y diagnóstico temprano en la población española. Por eso, expertos como Ursina Teitelbaum, oncóloga y jefa de la sección de cánceres gastrointestinales en el Centro Oncológico Abramson de Penn Medicine, Philadelphia, EEUU, tienen claros los cinco peores errores que pueden cometerse.

Revisar los antecedentes familiares

Uno de los factores de riesgo más significativos para el cáncer colorrectal es el historial familiar. Según la American Cancer Society, hasta un tercio de las personas diagnosticadas con este tipo de patología tienen antecedentes familiares directos o cercanos que han sufrido la enfermedad.

Esto no es coincidencia: la genética juega un papel crucial, ya que mutaciones heredadas, como las asociadas con los síndromes de Lynch y poliposis adenomatosa familiar, aumentan drásticamente la probabilidad de desarrollarlo. "La salud de su colon depende de sus genes", afirmó Teitelbaum.

Además, los factores ambientales y los hábitos compartidos dentro de las familias también contribuyen a este riesgo. Ignorar esta información no solo compromete la capacidad de realizar un diagnóstico temprano, sino que puede retrasar tratamientos potencialmente salvadores.

Por ello, es esencial recopilar detalles sobre la salud de padres, hermanos y familiares de primer grado, y compartir esta información con los profesionales médicos para determinar cuándo es necesario iniciar las pruebas de detección.

Subestimar el diagnóstico temprano

El diagnóstico temprano del cáncer colorrectal puede ser la diferencia entre un tratamiento exitoso y una batalla cuesta arriba contra una enfermedad avanzada. A pesar de esto, muchas personas aún postergan las pruebas de detección, como colonoscopias y análisis de heces, debido al miedo, el estigma o la falta de síntomas evidentes.

Según las recomendaciones actualizadas de la U.S. Preventive Services Task Force, todas las personas deben comenzar a realizar pruebas de detección a los 45 años, o incluso antes si tienen factores de riesgo adicionales. El aumento de casos en adultos jóvenes, identificado en un estudio del Journal of the National Cancer Institute, subraya la necesidad urgente de normalizar estas prácticas.

Incluso en personas aparentemente saludables, estas pruebas pueden identificar pólipos precancerosos que, si se eliminan a tiempo, previenen la progresión al cáncer. Las colonoscopias no solo son una herramienta de diagnóstico, sino también un procedimiento preventivo que salva vidas.

Ignorar síntomas inusuales

Los síntomas iniciales del cáncer colorrectal suelen ser inespecíficos y pueden confundirse fácilmente con afecciones menores como el síndrome del intestino irritable o hemorroides. Sin embargo, algunas investigaciones publicadas en revistas médicas como Gastroenterology & Hepatology indican que signos como cambios persistentes en los hábitos intestinales, sangre en las heces, fatiga inexplicada o dolor abdominal recurrente no deben ser pasados por alto.

Especialmente en adultos jóvenes, donde el diagnóstico de cáncer puede no ser la primera sospecha médica, estos síntomas se descartan con frecuencia, lo que resulta en diagnósticos tardíos y peores resultados clínicos. Teitelbaum enfatiza que abogar por uno mismo en el sistema de salud es crucial. Si un médico no toma en serio tus preocupaciones, buscar una segunda opinión podría marcar la diferencia entre detectar el cáncer en una etapa temprana o enfrentarse a una enfermedad más avanzada.

Descuidar el estilo de vida

Aunque no existe una causa única para el cáncer colorrectal, los estudios científicos han identificado múltiples factores de estilo de vida que pueden influir significativamente en su aparición. Una revisión publicada en Gastroenterology destaca que más del 50% de los casos están vinculados a hábitos modificables como el consumo de tabaco, alcohol y una dieta rica en carnes rojas y alimentos procesados.

Además, la inactividad física y la obesidad también han demostrado aumentar el riesgo. Por otro lado, los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, pueden actuar como factores protectores al mejorar la salud intestinal y reducir la inflamación.

No obstante, mantener un estilo de vida saludable va más allá de la alimentación. Incorporar el ejercicio regular y gestionar el estrés también puede influir positivamente en la prevención. Adoptar estas prácticas desde una edad temprana no garantiza la inmunidad al cáncer, pero reduce significativamente las probabilidades de desarrollarlo.

Acabar con los tabúes

El estigma cultural asociado a hablar de las deposiciones puede convertirse en una barrera peligrosa para identificar problemas de salud a tiempo. Cambios en la apariencia, consistencia o frecuencia de las heces, como diarrea persistente, heces delgadas en forma de lápiz o la presencia de sangre, pueden ser signos tempranos de cáncer colorrectal.

Sin embargo, la vergüenza a menudo impide que las personas compartan estos síntomas con sus médicos o incluso con sus allegados. Teitelbaum insta a normalizar las conversaciones sobre la salud intestinal, ya que entender lo que es "normal" puede ayudar a detectar anomalías rápidamente. Además, educar a las comunidades sobre estos temas puede reducir el miedo asociado y fomentar chequeos médicos oportunos.