Charo, la matrona gaditana que atendió su propio parto en el asiento trasero de un coche: "No me dio tiempo a tener miedo"
- La sanitaria dio a luz por sí misma a su hijo Río en el trayecto entre San Fernando y el Hospital Puerta del Mar de Cádiz.
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Tan sólo un par de días después de celebrar el nacimiento más famoso de la Historia, que tuvo lugar en un simple establo, Charo Rivero dio a luz en el asiento trasero de un coche. Es más, esta matrona de Cádiz tuvo que asistirse a sí misma en este lugar tan inesperado y todo salió a la perfección. "¡Estamos estupendamente!", cuenta alegre por teléfono mientras da el pecho a su recién nacido. "Este es mi segundo hijo y me está pareciendo más fácil la experiencia, me dejo cuidar".
Esta matrona de 35 años asegura que no tuvo miedo en ningún momento: "Es que no me dio tiempo a pensar mucho", aclara riendo. "Estaba tan concentrada y pensando que iba a un lugar seguro que no pasé miedo". Pero, ¿cómo pudo pillarle esta situación en un lugar tan extraño? Charo explica que, precisamente por ser matrona y conocer muy bien la teoría, tardó en salir de casa para ir al hospital. Tampoco tuvo en cuenta que el parto sucedería de una manera tan rápida, aunque también le pasó con el primer hijo.
El día después de Navidad, Charo fue a su revisión de la semana 40 y como todo estaba bien se fue a una comida con amigos. "Ya cuando llegué a casa me sentí molesta, pero sabía que era pronto todavía para ir al hospital" y, por eso, esperó al día siguiente. Javi, su marido, le insistió varias veces, pero Charo seguía diciendo que era pronto. "Me hice yo misma un tacto vaginal y vi que había dilatado dos centímetros y le dije que todavía quedaba mucho", explica la matrona.
Fue en la ducha cuando advirtió que ya empezaba a tener entre dos y tres contracciones seguidas y en ese momento decidió ponerse en marcha hacia el Hospital Universitario Puerta del Mar. Eran las cuatro de la tarde cuando avisaron a su padre, que se había ofrecido a llevarlos en coche cuando Charo se pusiera de parto. "Pero, vamos, que todavía cuando me monté en el asiento trasero del coche le dije 'papá, ve despacio que estoy perfecta'", recuerda esta madre sobre el principio de este recorrido.
De San Fernando a su hospital en Cádiz apenas hay un cuarto de hora en coche, pero sólo bastó ese tiempo para dar a luz a su hijo. Se montó en el coche pensando que el parto iba para largo, pero cambió de idea al poco tiempo. "Tuve una contracción y empecé a sentir una fuerte presión. Estaba trabajando la respiración para controlar el dolor y cuando me hice otro tacto ya sentí ahí la cabeza del bebé", relata. En ese momento, sí que le pidió a su padre que se diera algo más de prisa.
En el asiento trasero
"A pesar de ello, pensaba que llegábamos de sobra al hospital", sostiene. "Lo primero que pensé fue en evitar manchar el coche, así que le pedí el abrigo a mi pareja y me senté encima. Luego le pedí la sudadera para tapar al bebé si salía". Ella misma se quitó en ese momento los leggings que llevaba y colocó su mano en la vagina, "porque si el bebé corona muy rápido, te puedes desgarrar. Quería evitar que saliera de sopetón". Sin embargo, en poco tiempo llegó la siguiente contracción.
Y, con esa contracción, ya salió por completo la cabeza del bebé. "Tuve al bebé tumbada de lado. Cuando te ponen con las piernas para arriba es la postura más cómoda para el profesional que te atiende, pero no la más natural para la madre. Es más cómodo para nosotras a cuatro patas o, incluso, de pie o de rodillas", explica la matrona. Una vez hubo salido la cabeza del bebé, Charo notó que el coche se había detenido: "Lo primero que pensé es que habíamos tenido un problema, pero no. Habíamos llegado al hospital".
"La pediatra abrió la puerta del coche y lo primero que le dije fue: '¿Me puedes quitar los zapatos?'. Salió entonces el niño y ya me lo colocaron en la barriguita", cuenta. Charo y Javi habían decidido no conocer el sexo del bebé hasta el momento del parto "para darle más emoción", irónicamente. Ahí descubrieron que era un niño y le pusieron por nombre Río. En su primera foto está tumbado sobre la tripa que le había dado cobijo durante nueve meses, en el asiento trasero del coche de su abuelo y con su madre sonriente mirando a cámara y haciendo el símbolo de la victoria con la mano.
A Charo la reconocían por los pasillos del hospital como "la que parió en el coche" y cuenta que todos los profesionales que la atendieron la trataron genial. "Noto que en España hay mucho miedo al parto y lo medicalizamos mucho. El parto duele, pero te puedes preparar para ello", explica. En cualquier caso, explica también que las madres cada vez vienen mejor informadas. "Hace unos años se hablaba mucho de violencia obstétrica en el momento del parto, pero pienso que hemos mejorado mucho", apunta.
La matrona recuerda hospitales en los que ha trabajado y donde las matronas debían cumplimentar un cuestionario en el que "había que registrar de qué trabajaba el padre, pero no la mujer, y preguntaban por la actitud de la madre, si estaba 'colaborativa'", denuncia. Charo recomienda a las mujeres embarazadas que acudan a su centro de salud para conocer a su matrona e ir a los cursos que éstas organizan para contar con la información necesaria. "La opinión de la madre importa, pero hay que entender cuáles son tus condiciones".
"No soy ninguna loca, soy una persona normal y no sentí peligro. Tampoco quiero asustar, ni quedar como una superguerrera. Diría a otras madres que no esperen, que escuchen a sus cuerpos y, en cualquier caso, pueden llamar a la ambulancia, que les van a ir explicando todo lo necesario", explica Charo. "Si todo va bien, el parto no tiene por qué tener complicación. De toda la vida se ha parido en casa".