Me diagnosticaron cáncer de pulmón con solo 34 años : los cinco síntomas en España que nadie debería ignorar

La magnitud del cáncer de pulmón en España se refleja en cifras alarmantes: 30.670 nuevos casos fueron diagnosticados en 2023. Sin embargo, este dato solo es parte de la realidad, ya que ese mismo año 23.129 personas perdieron la vida a causa de esta enfermedad. Según el Observatorio de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el cáncer de pulmón se ha consolidado como la principal causa de muerte por cáncer en el país, dejando un impacto devastador en la sociedad.

La principal razón de la mortalidad por este tipo de cáncer es que más del 70% se diagnostica en fase avanzada. Si bien es cierto que en nuestro país la edad media al fallecimiento por esta causa se encuentra en el rango de edad de 70 a 74 años entre los hombres, y en el grupo de edad de 65 a 69 años entre las mujeres, el fatal desenlace también puede ocurrir en edades mucho más temprana.

Como muestra, nos podemos remitir al caso de Linda Chavez,  una mujer estadounidense de 35 años diagnosticada con cáncer de pulmón terminal y una esperanza de vida de tres meses. Sus síntomas, confundidos en repetidas ocasiones con alergias y ciática, no fueron identificados correctamente hasta que la enfermedad alcanzó la etapa cuatro, cuando ya se había propagado al cerebro, la columna vertebral y otros tejidos como los ganglios linfáticos y la glándula suprarrenal.

La importancia de entender las señales

En esta terrible situación personal, Chávez ha recurrido a Instagram y TikTok para concienciar sobre síntomas aparentemente inofensivos. “Diagnosticada con cáncer de pulmón en etapa 4, es terminal. Además de estar en etapa 4, se ha extendido a mi cerebro y mis huesos. Me gustaría hablar rápidamente y darles un resumen de cinco síntomas”, explica en el inicio de su vídeo de casi dos minutos.

A continuación, explica que en los primeros momentos, Linda enfrentó un signo que suele pasarse por alto y confundirse con un simple resfriado invernal: una tos persistente. “Tuve tos durante años", recuerda. "Con el tiempo, la tos se profundizó, se volvió dolorosa, como un punzón en el pecho. Por favor, no ignoren una tos persistente".

El segundo síntoma fue un dolor de cabeza constante que en raras ocasiones remitía y que le impedía cualquier descanso. “Me despertaba todos los días durante más de nueve meses, me levantaba de la cama y tomaba Tylenol (nombre comercial del paracetamol en EE. UU.) para poder seguir adelante”.

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El tercero, tal vez el más inusual fue un dolor persistente en los dedos de los pies, que sentía como si los hubiera golpeado constantemente. Lo que no sabía era que esto era una señal de que el cáncer se había extendido desde los pulmones hasta los pequeños huesos de sus pies.

El cuarto síntoma que relata es la "fatiga abrumadora" y los constantes episodios de náuseas. "Definitivamente estaba exhausta más allá de lo imaginable".Una situación que le llevaba a tener que “tomar respiraciones superficiales debido al dolor que sentía cada vez que inhalaba o exhalaba”.

Finalmente, el quinto síntoma fue la náusea, lo que se debía a las metástasis cerebrales. “Al parecer, esto se debía a que gran parte de las metástasis están en mi lóbulo frontal derecho, que controla cosas como el hambre, los antojos, las náuseas y todo eso.

Prevenir y vigilar

Según el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), la prevención es la mejor aliada en la lucha contra el cáncer de pulmón. "A diferencia de otros tipos de cáncer, en el de pulmón es más difícil la detección precoz, ya que el enfermo comienza a mostrar síntomas visibles cuando el tumor ya se encuentra en un estadio avanzado". Además, explican que "se trata de un órgano blando que facilita la metástasis", lo que hace aún más crucial apostar por la prevención.

El tabaco sigue siendo el principal factor de riesgo asociado al cáncer de pulmón. De hecho, "el 90% de los nuevos casos se detectan en personas fumadoras". Desde el GECP subrayan que "sólo con la eliminación del hábito tabáquico en la población podrían reducirse 30 de cada 100 nuevos casos", una cifra que demuestra el impacto positivo que tendría dejar de fumar. Por eso, según la AECC es un cáncer “muy prevenible”.

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Sin embargo, aunque en menor medida, no hay que olvidar otros factores que también contribuyen al desarrollo de este tipo de cáncer. Entre ellos se encuentran la contaminación ambiental, predisposiciones genéticas y ciertas alteraciones moleculares, aunque estos factores representan un porcentaje significativamente más reducido en comparación con el tabaquismo.