Caminar es, según la Fundación Española del Corazón (FEC), una de las mejores formas de regular y reducir hasta un 11% el riesgo cardiovascular. De hecho, caminar al menos 30 minutos al día y a paso rápido durante cinco días a la semana "incrementa la esperanza de vida", advierten desde la misma página web.
Un ejercicio que figura entre los favoritos por los españoles, siendo un 85% las personas que deciden incluir diariamente este hábito en su día a día. Una actividad sobre la que ya se ha desvelado los kilos que pueden perderse dando cada día un paseo de una hora, así como la velocidad más recomendada.
Sin embargo, ahora un grupo de investigadores de la Universidad George Mason de Virginia (Estados Unidos) ha desvelado a través de un estudio cuál es la forma en la que debe caminarse para mejorar la calidad del sueño y dormir mejor por las noches y esta tiene que ver con la forma en la que movemos la cadera al caminar.
La forma de caminar influye en cómo dormimos
El estudio del que te hablamos ha sido el único que ha sido capaz de relacionar esa forma en la que caminamos con la forma en la que dormimos en adultos jóvenes y con nuestra calidad de sueño. En concreto ese peor o mejor sueño tiene que ver directamente con el ritmo, pero sobre todo con los movimientos que realizamos mientras caminamos.
En concreto, los investigadores de este estudio elaborado por la Universidad George Mason, en Virginia (Estados Unidos), ubicaron varios sensores de movimiento en un grupo de adultos jóvenes.
Con los resultados y datos obtenidos de este estudio concluyeron que las personas que movían más las caderas al caminar, se encorvaban más o daban pasos de forma irregularmente sincronizada, tenían más probabilidades de dormir mal.
Unos datos y rasgos con los que este grupo de investigadores utilizó una tecnología de detección de movimiento, combinada con inteligencia artificial. Con todo ello, pudieron determinar con exactitud esos dos grupos diferenciados de personas y sus rasgos en común correspondientes.
En concreto, "las características más importantes asociadas con la mala calidad del sueño se relacionaron con la inclinación de la pelvis y el inicio de la marcha". Algo que indica que por lo general las personas que duermen mal tienen menos cambios en el ángulo de inclinación de la pelvis, específicamente al iniciar la marcha y también muestran dificultad para mantener la velocidad de la marcha.
Teniendo en cuenta los resultados de este estudio, tanto una forma de caminar incorrecta puede alterar el sueño, como la falta de sueño puede a su vez alterar esa manera o forma de caminar más saludable para el cuerpo. Ambas actividades se ven perjudicadas una por la otra si se realizan mal. De hecho, se evidencia que aquellas personas que duermen peor, también tienen un mayor riesgo de lesionarse al caminar.
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Por otro lado, caminar de forma regular, adecuada y al menos 30 minutos al día, puede promover un sueño más profundo y de mejor calidad, además de reducir el estrés y la ansiedad. Dos aspectos que también pueden influir en un sueño más reparador.
Los expertos recomiendan además que esta caminata se evite hacerla justo antes de dormir y en cambio se realice unas horas antes para permitir que el cuerpo pueda relajarse antes de acostarse.
Beneficios de caminar para la salud
Pero dormir mejor no es la única ventaja que podemos obtener al caminar. A continuación te detallamos otros beneficios que podrá asegurarte esta actividad diaria a tu salud:
- Control de la presión arterial: esta actividad ha demostrado ser especialmente efectiva en el control de la presión arterial, sobre todo en personas prehipertensas, ya que puede ayudar a restaurar las alteraciones vasculares en sus primeras etapas.
- Evita el sobrepeso: caminar es un aliado invaluable en la gestión del peso. Combinado con una dieta controlada en calorías, puede ayudar a las personas con sobrepeso a perderlo de manera efectiva, sin comprometer su salud articular como otras formas de ejercicio más intensas podrían hacerlo.
- Previene la diabetes: caminar regularmente se ha asociado con una reducción significativa en el riesgo de diabetes tipo 2. Además, en personas que ya tienen diabetes, caminar puede ayudar a reducir la necesidad de medicamentos antidiabéticos y/o insulina.
- Fortelece los músculos: caminar regularmente puede ayudar a fortalecer los músculos de las piernas, caderas y glúteos, así como también puede mejorar la densidad ósea, lo que ayuda a prevenir la osteoporosis y reduce el riesgo de fracturas.
- Mejora la capacidad pulmonar: caminar a paso ligero puede aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la circulación de oxígeno en el cuerpo, lo que beneficia la salud respiratoria y puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades pulmonares.
- Longevidad: los estudios han demostrado que las personas que caminan regularmente tienden a vivir más tiempo y tienen una mejor calidad de vida en general en comparación con aquellas que son sedentarias.
Una actividad que por lo tanto asegura una gran cantidad de beneficios y que pueden realizar todas las personas sin importar la edad que tengan.
Beneficios tanto a corto como a largo plazo, entre los que destacan los relativos a la salud cardiovascular como evidencia la Fundación Española del Corazón (FEC).