Llega el verano y los españoles ya están pensado en sus vacaciones. Algunos de ellos incluso ya han podido pasar unos días de tranquilidad y descanso alejándose de sus primeras residencias y acudiendo a zonas más tranquilas para pasar una pequeña temporada de recuperación tras unos primeros seis meses del año bastante duros. 

Una de las opciones más utilizadas por los turistas son las escapadas a la playa, donde muchos españoles suelen pasar buena parte de sus vacaciones o incluso un fin de semana, ya que nunca viene mal darse un baño en el mar para luchar contra el calor sofocante del verano, el cual ya ha empezado a azotar con fuerza en las últimas semanas. 

Sin embargo, los españoles, y los turistas en general, no solo acuden a las playas para darse un baño, también lo hacen para disfrutar de otras actividades. Algunas de las más frecuentes son el turismo de costa, las tardes en los chiringuitos cerca de la arena o tomar el sol para buscar ese anhelado bronceado.

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Entre los hobbies preferidos de aquellos que se acercan hasta la costa también están los largos paseos por la orilla, una actividad muy repetida durante cada día en las playas. Es muy frecuente ver a personas de todas las edades, solas o en pareja, a primera hora de la mañana o a última de la tarde, dando una vuelta mientras la marea les moja los pies y a la vez toman el sol. 

Sin embargo, esta actividad que todos hemos hecho alguna vez no es recomendable y es que no suele ser buena para tener una salud correcta en nuestros pies. En contra de lo que la opinión públca suele tener en la cabeza, existe una larga lista de motivos por los cuales los pies sufren cuando damos este particular tipo de caminatas. 

¿Por qué no es bueno andar por la orilla de la playa?

Cuando llega el verano, muchas personas huyen a zonas donde puedan refrescarse para luchar contra el calor. Unos son más de piscina. Otros son más de buscar piscinas naturales, ríos o zonas naturales de agua dulce en las que poder darse un baño. Sin embargo, la situación más repetida es la de irse unos días a la playa para aquellos que no disponen de un apartamento o de una segunda residencia en la costa.

Para estas personas, los paseos en la playa con los que también aprovechan para ponerse morenos son sagrados. Sin embargo, existen una serie de motivos por los cuales se desaconsejan realizar este tipo de caminatas que, por otro lado, tanto ayudan para luchar muchas veces contra el calor porque siempre se puede parar, darse un baño, y continuar la marcha. 

  • ¿Por qué no es bueno caminar la playa?

    Superficie irregular: La arena de la playa no es un buen lugar para caminar. Normalmente, la zona es irregular, inestable y desigual para dar un paseo. Esto puede aumentar el riesgo de torceduras, esguinces o caídas. Especialmente, esta zona no es recomendable para personas que tienen problemas de equilibrio o que también sienten debilidad en las piernas. 



    Esfuerzo físico adicional: Una de las consecuencias de caminar sobre una superficie irregular como la arena, sea mojada o seca, es que esta actividad requiere más esfuerzo físico que caminar en una superficie plana, firme y regular. La arena es una materia que suele estar blanda y por lo tanto es más complicado andar sobre ella. Si la persona en cuestión tiene algún problema de salud o no goza de una buena condición física, su capacidad de ejercicio se puede ver limitada y andar por la playa puede pasar a ser una actividad demasiado intensa.



    Exposición al sol y al calor: Puede resultar una obviedad, pero caminar por la playa implica estar expuesto al sol y al calor. Esta situación puede provocar riesgos de deshidratación, insolación o incluso quemaduras en la piel. Lo recomendable es tomar las precacuiones adecuadas cubriendo la cabeza, no saliendo a las horas de mayor calor, ponerse protección solar e hidratarse bien durante la práctica, ya que aunque muchas personas no lo tomen como tal, esto también es un ejercicio físico como salir a correr o montar en bicicleta. No obstante, dadas las altas temperaturas del verano, a veces estas precauciones no son suficientes. 



    Condiciones ambientales: Dependiendo de la zona en la que se encuentre la playa, las condiciones climáticas pueden hacer que este paseo se convierta en algo peor. Los fuertes vientos, las mareas altas o la presencia de medusas y otros organismos marinos también pueden suponer una complicación añadida.