En 2014, en el Valle de los Reyes, se inauguró una réplica exacta de la tumba de Tutankamón. Hecha a escala real y con todo lujo de detalles, la obra reproduce de manera fiel la cámara funeraria. Sus autores son españoles y empezaron el proyecto en 2009, escaneando y digitalizando la tumba original. Un año después de la inauguración, su obra está en la base del posible descubrimiento de uno de los secretos más buscados de la historia: ¿La tumba de Nefertiti?
“El egiptólogo Nicholas Reeves, se puso en contacto con nosotros, nos pidió la información, digitalizada que teníamos y la utilizó para publicar sus estudios”, cuenta Pedro Miró, responsable del departamento de 3D de la empresa FACTUM Arte. “Lo bueno de los escáneres es que, por primera vez, podíamos ver la construcción física de las paredes. Si lo miras con las paredes pintadas, mucha de la pintura esconde esos detalles. Retira la pintura y el paisaje será completamente diferente”, dijo el egiptólogo en declaraciones exclusivas a la revista 'National Geographic'.
En julio, Reeves publicó el estudio El entierro de Nefertiti, donde desvelaba la posibilidad de que el túmulo de Tutankamón escondiera otra tumba, la de su madrastra. Ahora, tras un escaneo por radar, las investigaciones impulsadas por Reeves dan un 90% de posibilidades a sus tesis.
Esculpir en 3D
FACTUM Arte se dedica a la construcción de réplicas exactas de monumentos del patrimonio de la Humanidad, con los procesos robotizados más modernos y las técnicas artesanales más tradicionales. En 2009, la empresa -constituida por más de 40 personas, entre ingenieros, artistas, desarrolladores de software, historiadores y arquitectos- dio inicio a la reproducción de la tumba del Rey Tut.
“Hicimos la digitalización de la tumba original. Fuimos allí con un equipo de cámaras fotográficas y escáneres 3D e hicimos la documentación, en alta resolución, de la superficie”, cuenta Miró. Utilizando tecnología puntera, los expertos consiguieron recopilar archivos digitales de la totalidad de la cámara funeraria. “Utilizamos escáneres de luz blanca que lo que hacen es proyectar una serie de patrones sobre la superficie de la tumba. Mediante la luz que recoge una cámara, se capturan muchas imágenes que, luego, alineadas, generan las cuatro paredes que forman la cámara funeraria”.
Esta es la primera parte del proceso. Tras obtener la información, una máquina de fresado 3D, “una especie de escultor digital”, esculpe por secciones las distintas partes de la tumba. “Es un proceso que va de, lo digital a lo físico. A través de una máquina, materializamos un objeto físico de las mismas dimensiones y las mismas características que el que se ha digitalizado”, explica el responsable. Una vez que se tienen las varias secciones, se hace el montaje para recrear lo ideado en 3D. “Se montan una a una, como si fueran baldosas y se construye lo que es la pared de la tumba, a tamaño real”.
El color es una de las claves del proceso, para que la réplica sea totalmente idéntica al original. “Lo capturamos con cámaras fotográficas, creamos un archivo digital y luego hacemos nuestras propias tablas de color, hasta encontrar el verdadero tono. Una vez conseguido, ajustamos la impresión 3D. El resultado final es una reproducción a tamaño real, en la que el color encaja perfectamente con el objeto 3D y la sensación es de una reproducción exacta al original”, explica Miró. Esto quiere decir que todos los detalles cromáticos se ajustan a las características de la superficie en 3D. “Es decir, si hay una grieta, el color de esa grieta encaja perfectamente con ella”.
La cámara desconocida
Si ajustar el color de los más pequeños detalles –como puede ser una grieta- era esencial para la construcción del facsímil, fue justo una grieta, pero despojada de su color original, la que dio la pista a Nicholas Reeves. Los escaneos de FACTUM Arte posibilitaban la visualización de la textura de las paredes sin las distracciones de las pinturas. En las paredes norte y oeste de de la cámara funeraria, Reeves se percató de unas líneas verticales perfectas, que parecían corresponderse con la forma de puertas y paredes divisorias. “Cuando más lo miraba, más lo veía”, cuenta el egiptólogo a National Geographic.
Según la revista, analizando el plano de la tumba, las características conocidas y las pinturas en las paredes, empezó a dibujar su teoría. Especialista en la 18 Dinastía del Antiguo Egipto, Reeves creyó durante años que Nefertiti había sobrevivido a su marido y se había convertido, ella misma, en el faraón. “Desde hace años que se sabe que Nefertiti tuvo poderes supremos, más grandes que los de una reina normal. Por ejemplo, en algunos relieves de los templos de Luxor y Karnak, ella está aniquilando enemigos de Egipto, una posición reservada al rey”, añadió Reeves.
Además, analizando los tesoros de la tumba de Tutankamón, Reeves concluyó que 80% de los artefactos encontrados habían sido hechos originalmente para otra persona, una mujer. Cuando confrontó los resultados de sus investigaciones con los escáneres de FACTUM Arte, pensó haber corroborado su tesis: Nefertiti se había convertido en faraón después de la muerte de su esposo, Akhenaten y fue enterrada en una tumba que se adaptó, a posteriori, para Tutankamón, que murió precozmente, a los 19 años.
Si, al mismo tiempo, gracias a nuestro trabajo se puede descubrir algo históricamente relevante pues es increíble
Las conclusiones se presentaron en julio en El entierro de Nefertiti y, en septiembre, se hicieron las primeras investigaciones en la tumba que corroboraron esta teoría. Al inicio de este mes, tecnología de infrarrojos Este fin de semana, los escáneres revelaron la posibilidad de que exista una cámara adicional en la tumba del Rey Tut. Para obtener unas conclusiones fiables y definitivas, "hay que esperar" al análisis de los datos, que serán estudiados en Japón. Las evidencias serán analizadas por el experto japonés en radares Hirokatsu Watanabe durante un mes, con el fin de desarrollar un plan para asegurarse de qué es exactamente lo que hay detrás del muro.
Si se confirman las sospechas, será el mayor descubrimiento en siglos, al que habrá contribuido una empresa española. “Que podamos haber ayudado a decubrir algo así me fascina, me parece muy bonito. El proyecto de por si ya era muy interesante -salvaguardar el patrimonio histórico es muy importante- pero si, al mismo tiempo, gracias a nuestro trabajo se puede descubrir algo históricamente relevante pues es increíble”, dice Miró. “A nivel personal, esa cosa que se llama ego sube un poco. Ya he hecho algo útil he hecho en la vida”.