El presidente de Apple, Tim Cook, ha anunciado que la compañía se opondrá a la petición judicial de desbloquear el iPhone de uno de los autores de la masacre de San Bernardino (California), un tiroteo en el que 14 personas murieron y otras 22 resultaron heridas el pasado 2 de diciembre.
Un juez ha ordenado que Apple colabore con el FBI para desbloquear un teléfono recuperado de uno de los tiradores de San Bernardino, una maniobra judicial que afecta directamente a una de las cuestiones más complejas y candentes en el mundo de las nuevas tecnologías: los límites de cifrado en los dispositivos.
Qué pide el FBI
La agencia estadounidense quiere acceder a los datos del iPhone 5C de Syed Rizwan Farook, uno de los autores de la masacre junto a su mujer, Tashfeen Malik. Ahora, el juez Sheri Pym del Tribunal de Distrito en Los Angeles (EEUU) ordena que la compañía ha de proporcionar "asistencia técnica razonable" para que los investigadores puedan desbloquear esos datos.
Esta asistencia incluye la desactivación de la función de autoborrado del teléfono, una medida de seguridad adicional para los datos del usuario del dispositivo que se activa después de 10 intentos fallidos consecutivos de entrar al smartphone mediante el código secreto.
Cuál es la postura de los fiscales
Según informa Reuters, el FBI ha estado investigando los posibles vínculos de la pareja con el autodenominado Estado Islámico y otros grupos terroristas. Según los fiscales, "Apple tiene los medios técnicos exclusivos que pueden ayudar al Gobierno en su búsqueda de pruebas, pero se ha negado a proporcionar esa asistencia de forma voluntaria".
En un caso similar el año pasado, Apple alegó ante un juez federal de Nueva York que era "imposible" para la compañía desbloquear sus dispositivos que funcionen con un sistema operativo iOS 8 o versiones superiores. El teléfono perteneciente a Farook fue actualizado a iOS 9.
Los fiscales sostienen que, en este caso, Apple aún podría ayudar a los investigadores mediante la desactivación de las "barreras no cifradas que codifica en su sistema operativo".
Por qué se niega Apple
En una carta abierta a los clientes de Apple, el propio Cook se opone directamente a esta orden que, según él, "tiene implicaciones más allá de este caso judicial concreto". En una defensa a ultranza de la privacidad personal, el presidente de la compañía recuerda que "poner en peligro la seguridad de la información personal, en última instancia, puede poner en riesgo la propia seguridad personal". "Es por ello que el cifrado se ha vuelto tan importante para todos nosotros", alega.
La compañía también asegura que ha colaborado con el FBI cuando esta agencia les ha solicitado datos que se encuentran en su poder. Pero Cook asegura: "Ahora el Gobierno de EEUU nos ha pedido algo que simplemente no tenemos, algo cuya creación consideramos demasiado peligroso. "Nos han pedido construir una puerta trasera para el iPhone", añade.
Qué es una puerta trasera
La puerta trasera a la que se refiere Cook puede definirse como una parte de código que puede habilitar un camino para rodear la seguridad de un sistema. Si bien se suele relacionar con actividades maliciosas y a menudo también es considerada como una brecha de seguridad, en ciertas ocasiones algunos programadores la introducen con el fin de poder entrar rápidamente en un sistema concreto sin necesidad de pasar por los procesos de autenticación.
Qué más alega Apple
Tim Cook no cree el argumento gubernamental de que este instrumento para desbloquear el teléfono sólo se va a utilizar en este caso. "Eso no es cierto", zanja, y añade: "Una vez creada, la técnica podría ser utilizada una y otra vez, en cualquier dispositivo". Además, compara esta situación con una llave maestra en el mundo físico, "capaz de abrir cientos de millones de cerraduras". "Ninguna persona razonable consideraría esto aceptable", asegura.
El temor de Apple, sobre todo, es el mensaje de vulnerabilidad de sus dispositivos que llegaría a sus clientes, algo que socavaría su confianza en los productos de la empresa.
Y sostiene que esta exigencia está basada en un intento del Gobierno para extender su poder sin pasar por las cámaras legislativas. "El FBI está proponiendo un uso sin precedentes de la All Writs Act de 1789 para justificar una expansión de su autoridad". "Las implicaciones son escalofriantes", afirma, y añade: "Si el gobierno puede utilizar dicha ley para que sea más fácil desbloquear un iPhone, tendría también poder para entrar en el dispositivo de cualquiera para capturar sus datos", en lo que, a su juicio, sería "extender esta violación de la privacidad" prácticamente a cualquier ciudadano.
Qué hay en juego
Algunos expertos en tecnología y los defensores de la privacidad sostienen que si se obliga a las empresas estadounidenses a que debiliten su cifrado y la seguridad de acceso a datos personales, éstos serían vulnerables frente a los ciberdelincuentes. Además, la seguridad de internet quedaría seriamente socavada. Por último, la aplicación de estas medidas en EEUU proporcionaría una ventaja competitiva a empresas de otros países, que sí podrían garantizar la seguridad de los datos personales.
Apple, pese a considerar que las intenciones del FBI son buenas, alega que "sería un error que el gobierno obligue a construir una puerta trasera" en sus productos. "En última instancia, tenemos miedo de que esta demanda merme las libertades que nuestro gobierno está obligado a proteger"
Por otro lado, varios funcionarios del Gobierno de Estados Unidos han llegado a advertir de que la expansión del uso de cifrado fuerte está obstaculizando la seguridad nacional y las investigaciones criminales.