Su negocio original hay que encontrarlo en las elecciones y la explotación comercial de su tecnología para gestionarlas. Pero la ‘startup’ Scytl, quien se encargó del recuento electoral el pasado 20-D en España, quiere ir más allá y atacar el negocio de la participación de los ciudadanos en internet. ¿Cómo? Con Open Séneca una nueva empresa creada junto a Telefónica, inversora indirecta a través de su brazo de capital riesgo ‘Open Future’. La nueva ‘joint-venture’, presentada este jueves en el Mobile World Congress de Barcelona, tendrá 35 millones de euros de capital que será aportado por ambas partes para desarrollar una plataforma con una treintena de soluciones para introducirse en lo que se denomina ‘democracia digital’.
“Detectamos una gran necesidad de mercado que no está bien cubierta”, explica a EL ESPAÑOL el consejero delegado de la tecnológica, Pere Vallés, quien ha sido el encargado de presentar el proyecto junto a la directora de Open Future, Ana Segurado. El pastel llegará a ser de más de 1.000 millones de dólares al año dentro de cinco años, según sus estimaciones. Y la vía para abordarlo es la especialización a través de esta nueva compañía compartida con la ‘teleco’.
¿Qué producto venderán?
La duda es: ¿Cómo rentabilizar este segmento? Ofreciendo diferentes herramientas para lograr esa participación a través de una plataforma. Ésta será gratuita para los ciudadanos y, en principio, también para quien organice esas consultas. Sólo pagarán los ayuntamientos, instituciones públicas y organizaciones (sindicatos, universidades, asociaciones, partidos políticos…) que decidan utilizar todas las funcionalidades. Es el conocido como ‘modelo freemium’ (sin coste para una versión menos completa).
Al igual que le sucede al mercado electoral puro, el de la participación online está “muy fragmentado” y con actores muy centrados en mercados pequeños y locales. Compañías u organizaciones ofrecen sólo soluciones para consultas, para recogida de firmas... “Nuestro objetivo es hacer un proyecto global con todas las funcionalidades”, reconoce Vallés, quien resalta que persiguen introducir “el mismo nivel de seguridad que en el mercado electoral para que se puedan tomar decisiones políticas importantes en base a esa información”.
Planes de negocio
Ese es el producto. Pero, ¿cuál es la hoja de ruta? El plan que tienen por delante es “muy agresivo”. Tiene una primera fase que se alargará durante un año y en la que se colocará pica en diez países. Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Francia o Alemania están en ese listado que, según reconoce el directivo, no está aún cerrado. En un segundo periodo, abordarán otra decena de mercados más, con los anglosajones (Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia) como prioridades.
Se irán abriendo oficinas en los países con presencia y esperamos en dos años llegar a los 200 trabajadores
Para ello, arrancan con una oficina central en Barcelona, en la que trabajarán 25 empleados. “Se irán abriendo oficinas en los países con presencia y esperamos en dos años tener una plantilla de 200”, apunta.
¿Por qué con Telefónica?
Estos planes se ejecutarán desde una compañía independiente con un capital inicial de 35 millones de euros. El protagonismo lo asumirá, también en el accionariado, la tecnológica catalana. Pero, ¿cuál es el objetivo de incluir a la operadora española? El equipo directivo de Scytl entendió desde el principio que debían caminar con un socio. Y contaban con dos opciones: ir de la mano de un fondo de capital riesgo tradicional o con un inversor como Open Future Telefónica “con una gran marca, alcance mundial y un canal de distribución potentísimo con millones de clientes”.
Scytl aportará el conocimiento del sector y Telefónica la red de distribución
Eligieron la segunda de las opciones. Se aliaron con Telefónica que, curiosamente, también es inversor del rival de Scytl en las últimas elecciones (tiene un 3,1% de Indra). “Scytl aportará el conocimiento del sector y Telefónica la red de distribución”, precisa el CEO de la tecnológica.
Pese a que eligieron esta fórmula, la puerta para la entrada de nuevos inversores de capital riesgo no está cerrada. Es más, sigue totalmente abierta. Pretenden que dentro de seis meses un fondo internacional acuda a una nueva ampliación de capital para reforzarse aún más.
¿Es este el principio de una potencial compra de Scytl por parte de Telefónica? Vallés lo descarta y recuerda que ellos tienen en vigor acuerdos estratégicos en Estados Unidos con compañías como Microsoft o SAP. “Ha sido accionista de Scytl durante muchos años, a través del fondo Spinnaker; han tenido esta necesidad y han visto que tenían en su portfolio una empresa que se dedica a eso”, aclara.
OPV en 2017… si el mercado se recupera
Este paso llega un año antes de que Scytl culmine su trayectoria como ‘startup’ con una salida a bolsa. El aterrizaje en el parqué estadounidense (Nasdaq) estaba previsto para este 2016. Sin embargo, los planes se pospusieron hasta 2017. Ahora, el enfriamiento de los mercados financieros en el terreno de las tecnológicas siembra algunas dudas al respecto.
Vallés reconoce que en el caso de que la bolsa mantenga el tono actual lo acabarán posponiendo. No obstante, ellos siguen preparándose internamente con cambios en los controles internos, en la contabilidad y en la directiva (han incorporado a un nuevo responsable financiero) y con los primeros contactos con bancos de inversión.
Mientras eso sucede, la compañía afronta un año 2016 muy importante para su negocio. Afrontan las elecciones en Estados Unidos después de que en 2015 hicieran lo propio con comicios en España, Australia, Francia, Islandia, Canadá o Brasil. La previsión de crecimiento será en el rango más bajo al compararse con años anteriores: las ventas crecerán entre el 30 y el 50 por ciento.
“Más prudencia” ante los impagos
Entre ese portfolio de clientes se encuentran países en los que han sufrido problemas serios de impagos. Así lo ponía de manifiesto la auditora EY en sus cuentas de 2014. Advertía del riesgo de “cobrabilidad” de diversas facturas pendientes que en total sumaban a 31 de diciembre de ese año 31 millones de euros, de los que 19 corresponden a un proyecto iniciado en 2013 en la República Democrática del Congo.
“Hasta hace año y medio no habíamos tenido problemas graves [de impagos] y éramos demasiado confiados, ahora hay que cambiar eso
“Sí es una preocupación, tenemos que ser más selectivos con los países con los que hacemos negocio”, explica el directivo, quien descarta que estos retrasos puedan causar un problema de tesorería. “Hasta hace año y medio no habíamos tenido problemas graves y éramos demasiado confiados, ahora hay que cambiar eso”, reconoce. Sólo acudirán a los territorios a los que puedan ir de la mano del Banco Mundial o de Naciones Unidas, para asegurar así los pagos.
Entre los países con los que ha tenido estos problemas está Honduras. La organización de las elecciones fue bien, hasta el momento de cobrar. El gobierno del país no abonó la factura “hasta que te necesitan”. ¿Cuándo es eso? En la siguiente elección. Y así sucedió.
Muchos retos para los próximos dos años. Ahora, con este paso dado junto a Telefónica, uno más: ser capaces de rentabilizar la llamada 'democracia digital'.