Pretendían usar Twitter para estudiar la depresión... y entonces Robin Williams se suicidó
El uso de las redes sociales para predecir epidemias o tendencias en salud está aún muy verde, como demuestra un nuevo estudio fallido.
6 octubre, 2016 15:20Noticias relacionadas
En los últimos años, muchos investigadores han empezado a ver Twitter como una fuente de datos para analizar problemas de salud pública. Por ejemplo, ya se han realizado estudios sobre epidemias de gripe, alcoholismo, dolor dental, actividad física, vacunas, cáncer de mama u obesidad infantil.
La teoría es sencilla, se toman una serie de términos como #pachucho, se analizan millones de tuits y se trata de buscar un patrón, por ejemplo, que en invierno más gente usa el hashtag #pachucho.
Sin embargo, la aplicación o la representatividad de estos resultados siguen generando muchas dudas a los expertos. Cabe recordar que, en 2008, científicos de Google publicaron en Nature un estudio sobre sus proyectos Google Flu Trends y Google Dengue Trends, que decían podía ser un arma muy poderosa para predecir las epidemias de gripe o dengue hasta dos semanas antes, basándose en las búsquedas que la gente hacía. Pocos años después, Google constató el fracaso épico de este enfoque, ya que no detectó la epidemia de gripe de 2013.
Un estudio aparecido esta semana en el Journal of the American Medical Informatics Association pretendía aplicar el método al estudio de las enfermedades mentales, en concreto las relacionadas con la depresión y el suicidio.
Patrones de uso
El trabajo, realizado por Chandler McClellan otros funcionarios públicos de la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias, identificó términos y hashtags relacionados con estas patologías mentales que fueron tuiteados entre 2011 y 2014. "Los patrones de uso de Twitter revelados por nuestros datos sugieren que las redes sociales podrían convertirse en una vía muy importante para obtener información relacionada con patologías mentales de una amplia audiencia", dicen en el estudio.
Sin embargo, este metódico trabajo se vio tremendamente afectado por un factor que nadie preveía.
El 11 de agosto de 2014, el actor Robin Williams aparecía muerto con signos de suicidio. Ahora, gracias a una carta que su esposa escribió este mes en Neurology, sabemos que Williams sufría de una rara enfermedad mental llamada demencia de Cuerpos de Lewy. El evento, que provocó un pico en el número de tuits vinculados con la depresión y el suicidio, echó por tierra cualquier tipo de análisis.
Fallo total
Lo mismo ocurrió, aunque a menor escala, en enero de ese año, cuando el cantante Justin Bieber fue detenido por conducir borracho y tras haber consumido antidepresivos, y a mucha menor escala, en dos fechas conmemorativas: el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y la campaña canadiense Bell Let's Talk, enfocada a recaudar fondos contra las enfermedades mentales.
En los resultados del estudio, los investigadores, lejos de reconocer que este tipo de eventos distorsionan cualquier tipo de análisis consistente o de tendencia sobre la aparición de enfermedades mentales, afirman que "la inspección visual sugiere fuertemente que hubo cuatro picos particularmente grandes en tuits dentro de las series".
La conclusión del estudio es que "monitorizar la comunicación por redes sociales y diseminar información en el momento adecuado" puede lograr "incrementar el número de tuits y retuits que incorporen información creíble relacionada con la salud mental".
Así es, en el mismo estudio pasan de querer desarrollar un modelo empírico para identificar pautas sobre salud mental a... incrementar el número de retuits.