Tesla continúa en su carrera (contra sí misma, a decir verdad) por poblar el mundo de vehículos eléctricos que, además, no requieran de conductor. Para lograrlo, la empresa fundada y dirigida por el magnate Elon Musk ha dado un paso de gigante en las últimas horas anunciando que, a partir de ahora, todos sus coches saldrán de la fábrica equipados con todo lo necesario para ser autónomos.
"A partir de hoy, todos los vehículos Tesla producidos en nuestra fábrica —incluyendo el Model 3 — tendrán el hardware necesario para una completa autoconducción a un nivel de seguridad mucho mayor que el de un conductor humano", se puede leer en el comunicado oficial que la compañía hizo la pasada madrugada a través de su página web.
Este complejo sistema que hará que todos los nuevos Tesla sean completamente autónomos está compuesto por ocho cámaras que, en conjunto, consiguen una imagen de 360 grados de todo lo que rodea al vehículo en un radio de 250 metros. Además, 12 sensores ultrasónicos complementan el trabajo de estas cámaras detectando objetos sea cual sea su consistencia. Una de las principales mejoras del Autopilot de Tesla es esta: esos sensores ahora son capaces de localizar objetos a un doble de distancia de lo que lo hacía el sistema previo.
La guinda del pastel que hace de los nuevos Tesla cien por cien autónomos está en la parte delantera del vehículo. Se trata de un radar que ayudará a los coches a desenvolverse a pesar de que llueva con fuerza, haya niebla o polvo que impida la visión. Para que los vehículos sean capaces de procesar toda la información recogida por estos sensores, los de Musk han mejorado también el ordenador de a bordo de los Tesla y el que acompañe a los nuevos coches de la compañía será 40 veces más potente que los de la anterior generación.
"En conjunto, este sistema proporciona una visión del mundo a la que un conductor por sí solo no puede acceder, viendo en todas las direcciones al mismo tiempo y en longitudes de onda que van mucho más allá de los sentidos humanos", explican desde la compañía.
Un despliegue paulatino
No obstante, no todo será tan inmediato como parece tras el anuncio de la empresa desde la que Musk pretende revolucionar el mundo del transporte sobre cuatro ruedas. De hecho, Tesla ya advierte que algunas de las características de este nuevo hardware no estarán activadas de momento, hasta que puedan ser calibradas a partir de los datos recogidos tras una conducción real.
Así, se produce una situación paradójica: algunas funciones que sí están ya presentes en los Tesla antiguos no harán acto de presencia por el momento en los que salgan de la fábrica de la compañía a partir de hoy mismo. Entre ellas se encuentra el frenado automático de emergencia y otros estándares de seguridad. No obstante, desde la compañía aseguran que, una vez que estas características hayan sido puestas a prueba, llegarán a los nuevos modelos de Tesla a través de distintas actualizaciones de su software.
Ahora, el balón pasará a estar en el tejado de los reguladores, que deberán comenzar a contemplar la posibilidad de que pronto los Tesla autónomos circulen por las carreteras. De hecho, el éxito de ventas anunciado por Musk ya augura que ese día no está muy lejos.
Según el director ejecutivo de la compañía, todos las unidades del Tesla Model 3 que se fabriquen durante los primeros doce meses de producción del vehículo se han vendido ya, por lo que el primer año de venta de este esperado coche está copado ya. Ese es el motivo por el que, según Musk, los primeros Model 3 no saldrán de la cadena de montaje hasta mediados de 2017. Así, aquellos que sean comprados a partir de ahora, ya con la nueva versión de Autopilot incorporada, no estarán disponibles hasta el año 2018.