Apenas unos meses después del lanzamiento del iPhone 7, las filtraciones sobre el iPhone 8 empiezan a brotar como setas. En concreto, según se ha publicado, la compañía de la manzana mordida podría estar probando hasta diez prototipos diferentes de su futuro teléfono para elegir los tres modelos más adecuados de cara al gran lanzamiento que preparan para 2017.
Se esperan novedades de calado en el próximo terminal de los de Cupertino, sobre todo después de que el último modelo llegara a las tiendas con unas prestaciones y un diseño que, a pesar de haber desterrado el jack de audio, presentaba muy pocas novedades. El iPhone 7 es un teléfono continuista, la última parada antes del que, se supone, será el próximo gran lanzamiento de Apple en el terreno de los smartphones.
El año que viene, cuando se celebrará el décimo aniversario del primer iPhone, que vio la luz en 2007, Apple tratará de sorprender a propios y extraños con alguna novedad de calado capaz de acallar las muchas voces que llevan años reprochándoles, a pesar de las buenas cifras de ventas, la falta de innovación.
Para conseguirlo, los futuros iPhone podrían tener un diseño centrado en una pantalla curva OLED, que ofrecería mayor contraste, colores más reales, mejores ángulos de visión, una respuesta más rápida y que contribuiría, además, a que la batería del dispositivo tuviera una mayor duración.
De ver la luz, estas pantallas no serían la primera incursión de Apple en esta tecnología. Los más recientes MacBook Pro ya incorporan la famosa Touch Bar, un panel táctil OLED situado en el lugar que tradicionalmente ha servido para las teclas de función y que muestra notificaciones y ofrece acceso rápido a ciertas herramientas.
Esa tecnología OLED llegaría así a las pantallas de los iPhone, aunque, si los rumores son ciertos, no a todos los modelos. En un principio, Apple lanzaría un total de tres nuevos dispositivos. Dos serían continuación de los actuales, con pantallas de tipo LCD y tamaños de 4,7 y 5,5 pulgadas. Su modelo premium, entre las 5 y las 5,5 pulgadas, sería el que incorporase la pantalla curva OLED.
La decisión de que solo uno de sus futuros nuevos teléfonos incluya esta tecnología podría estar relacionada con lo difícil que resulta conseguir un gran volumen de este tipo de pantallas. Por el momento, parece que Samsung será la encargada de proveer las decenas de millones necesarias para el año que viene. Sin embargo, Apple podría querer convertirlas en la base de todos sus futuros modelos, por lo que se espera que empresas como LG, Sharp o Japan Display se conviertan también en proveedores de este componente para el año 2018.
Aunque por el momento son solo filtraciones, la posible existencia de hasta diez prototipos de iPhone 8 da una idea de la importancia que la compañía está otorgando a su próximo buque insignia, que llegará en una fecha tan señalada. No obstante, hasta que Tim Cook no coja el micrófono en una futura keynote no podremos saber con seguridad con qué nos sorprenderá el próximo teléfono, revolucionario o no, de la manzana mordida.