Gran Bretaña se prepara para un traumático divorcio con la Unión Europea, la libra esterlina bajó este otoño a niveles nunca vistos desde 1985, pero para el Secretario de Estado de Sanidad, Jeremy Hunt, el país se encuentra sumido en otra crisis, la del sexting, mensajes con contenido sexual que los adolescentes británicos se remiten aprovechando la gran cantidad de aplicaciones que tienen a su disposición.
Esta semana, Hunt ha urgido a las redes sociales y a los operadores de telefonía a poner en marcha herramientas que bloqueen todo contenido sospechoso de sexualidad entre menores de 18 años.
La apuesta, que fue desgranada en el comité sanitario de la Cámara de los Comunes, va mucho más allá y pretende también censurar o bloquear, además del sexo, el acoso cibernético o el extremismo.
"Creo que las empresas de redes sociales deben ponerse al día y mostrarnos cómo pueden ser la solución, y no la causa, del problema de salud mental de los adolescentes", explicó. "Hay muchas evidencias de que la industria de la tecnología, si piensa en ello, puede llegar a hacer cosas realmente inteligentes".
El periódico The Times realizó hace unos meses una investigación que revelaban una epidemia (así lo llamaban) de sexting entre jóvenes en edad escolar. Un tercio de los casos involucraba a niños de entre 12 y 13 años. La Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad en los Niños (NSPCC) ha alertado de que las llamadas a su línea ChildCare, de asesoramiento contra el sexting juvenil, han aumentado un 15% con respecto a 2015.
¿Pueden realmente hacerlo?
Las complicaciones para censurar contenido sexual de aplicaciones como Facebook o WhatsApp no son tanto tecnológicas como legales. Actualmente, tanto estas empresas como Google o Microsoft disponen de software capaz de intuir si las imágenes son pornográficas, por ejemplo, localizando los pezones o analizando la cantidad de piel que aparece en pantalla.
Además de prohibir el registro a menores de 13 años, Facebook usa también la autorregulación, y permite retirar un contenido si alguien lo reporta como inapropiado.
Hunt, o su ministerio, no están solos en esta lucha contra el sexting. También el antiguo Secretario de Estado de Educación, Nicky Morgan, ha apoyado la medida: "En el pasado, los niños que eran intimidados en la escuela por lo menos tenían algo de descanso en casa: ahora están siendo intimidados en sus dormitorios".
La policía británica ha registrado más de 900 casos de sextorción este año. Tras haber enviado alguna imagen sexual en privado, por WhatsApp o Snapchat, la persona es chantajeada por alguien de su entorno con la amenaza de compartir la fotografía. La cifra de víctimas ha subido desde los 385 casos del año pasado o los apenas 9 casos de 2011, aunque las autoridades creen que se denuncia mucho menos de lo que realmente ocurre.
Actualmente, existen en internet varias aplicaciones gratuitas que los padres pueden utilizar para proteger a sus hijos del contenido sexual.
Hay algunas, como K9 o STOP P-O-R-N, que bloquean páginas pornográficas, de apuestas o racistas. También permiten establecer horarios en los que se bloquee el acceso a la web, por ejemplo, de noche.
Otras, como Family Shield, funcionan desde el mismo router permitiendo bloquear el contenido inapropiado a cualquier dispositivo que se conecte a la WiFi de casa.
Y para los padres más controladores o preocupados, existen alternativas como uKnowKids que permiten al progenitor seleccionar ciertas palabras clave para que, cada vez que el niño o niña reciba o envíe un mensaje donde la palabra aparezca, se envíe una alerta a los padres. La aplicación también permite localizar al hijo por GPS. Y una advertencia importante: está prohibido usar esta tecnología en alguien que no sea un hijo menor de edad.
Sin embargo, todos los expertos advierten que la primera línea de defensa contra el ciberacoso y el sexting debe ser el propio niño.
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