Los autistas, la nueva mano de obra de las tecnológicas
Algunas empresas punteras abrazan la neurodiversidad a la hora de contratar a nuevos empleados.
8 enero, 2017 00:19Noticias relacionadas
El autismo no es una enfermedad al uso. De hecho, muchos dudan incluso de que se trate de una única enfermedad y prefieren hablar de trastornos del espectro autista (TEA), que incluyen todos aquellos problemas de desarrollo cognitivo que afectan a estas personas y que abarcan desde el Asperger hasta las formas más severas del espectro.
Pero algunas personas van aún más allá y niegan que los TEA sean una patología. Prefieren hablar de neurodiversidad, un concepto acuñado por la socióloga australiana Judy Singer, que apunta a que algunas personas -no sólo los diagnosticados con TEA, también los disléxicos o los hiperactivos, entre otros- no tienen un cerebro neurotípico.
Las empresas tecnológicas estadounidenses pretenden ahora explotar esta idea a su favor y, en algunos casos, han desarrollado programas pilotos para contratar a personas con TEA, con la intención de explorar los beneficios de contar con empleados con diferentes habilidades cognitivas, como una mayor productividad.
Beneficios inesperados
Según difundió recientemente The Atlantic, citando un estudio de la Universidad de Drexel, un 58% de los adultos jóvenes con autismo está desempleado, pero muchos de ellos contarían con cualidades muy codiciadas por las compañías tecnológicas. Así lo piensa la consultora EY, anteriormente llamada Ernst&Young, una de las empresas que apuesta por la neurodiversidad.
"Nuestro programa mide las habilidades que las personas con autismo suelen tener: mirar a los datos, manejar conceptos matemáticos, atender a los detalles, concentrarse durante largos periodos de tiempo y analizar grandes cantidades de información para detectar anomalías", explica al medio estadounidense Lori Golden, portavoz de EY, que tiene cuatro empleados con TEA en nómina.
Janis Oberman fue diagnosticado con Asperger siendo ya adulto y, tal y como contó a The Huffington Post, trabaja actualmente como analista de software en la empresa de tecnología de la información SAP. El informático reconoce que no hubiera entrado en la compañía por la vía tradicional, porque no es bueno a la hora de hacer las entrevistas de gran presión que caracterizan los procesos de contratación en estas empresas.
Pero SAP, junto con otra compañía similar llamada CAI, la consultora Oliver Wyman y otras se aliaron con Specialisterne, una entidad que también opera en España y que se dedica justamente a preparar personas con TEA para trabajar en tecnológicas. Su programa ha permitido, por ejemplo, que pacientes de TEA hayan servido de probadores de juegos de PlayStation.
Un consultor de Willis Towers Watson, Tim Weiler, declaró a The Huffington Post sobre el programa: "Lo hicieron muy bien y nos hicieron abrir los ojos sobre la posibilidad de considerarlo para empleos en recursos humanos, tecnología y administración". "Son diligentes y capaces de estar concentrados durante largos periodos de tiempo", añadió.
"Es algo relativamente nuevo, pero yo creo que está ganando espacio", explicó a The Atlantic Rob Austin, un profesor de la Escuela de Negocios Ivey de la University of Western Ontario. "Una de las cosas que las empresas están descubriendo es que hay beneficios que ellos no esperaban", concluye.