Un gigante tecnológico ha desembarcado este mes en España para ofrecer al mercado nacional el coche del futuro, el modelo S de Tesla. Lo presenta como una realidad tangible y demuestra de paso a la centenaria industria del automóvil que otro concepto de movilidad es posible, viable y real. En EL ESPAÑOL nos hemos subido a uno para descubrir sus secretos.
Las diferencias con un coche tradicional se sienten nada más subirse al coche, antes incluso de ponernos en marcha. Al acercarnos al vehículo las manillas de las puertas salen de la carrocería para poder abrir. Una vez dentro lo primero que llama la atención es la impresionante pantalla que ocupa todo el espacio de la consola central.
Otro vehículo de Tesla, el Model X
Tesla
Donde en cualquier coche encontramos las salidas de aire, radio o el sistema de navegación, en el Modelo S de Tesla nos topamos con una megapantalla táctil de 17 pulgadas que centra todas las miradas de los ocupantes.
La enorme interface sirve para controlar todas las funciones del coche. Comenzamos por configurar nuestro usuario, que incluye no sólo las preferencias de asiento, espejos, etc., sino la posibilidad de adaptar el vehículo a nuestros gustos también en lo que a entretenimiento se refiere.
Siempre conectado y gratis
El coche está siempre conectado a internet por 4G/LTE, pero la factura la paga Tesla, independientemente del país en que nos encontremos. De paso, el vehículo tiene wifi para garantizar la conexión cuando el LTE no está disponible, así como una suscripción gratuita a Spotify. En toda la gama de Tesla podemos encontrar un asistente tipo Siri o Alexa para el coche al que podemos decir: "Llévame al El Escorial" o "Me apetece escuchar música rock". El coche prepara la ruta y Spotify comienza a reproducir tus canciones preferidas.
El punto negativo de un producto esencialmente tecnológico es que CarPlay de Apple o su homónimo Android Auto no son compatibles con el software de Tesla, al menos de momento.
Leer EL ESPAÑOL en un Tesla
La pantalla central es el corazón no sólo de la configuración del vehículo sino de todo el entretenimiento y servicios que ofrece. El enorme display nos permite leer EL ESPAÑOL o visitar nuestras páginas web preferidas, su disposición vertical y tamaño hace aún más impresionante navegar por internet, un aspecto con el que ningún otro coche del mercado puede competir con el Modelo S o X. Las esperas en el coche serán a partir de ahora mucho más amenas.
La pantalla sirve para todo, incluso para abrir el techo panorámico que cubre la unidad probada. Pero atención: si descapotamos el coche, de nada nos servirán los 3.900 euros pagados por el sistema de protección de guerra bacteriológica, una "defensa contra armas biológicas", que presuriza el habitáculo con el aire depurado por dos filtros de carbono activos. Esto, aseguran sus fabricantes, nos servirá de salvavidas ante un ataque químico pero nos protege también de una amenaza mucho más real: la alergia en primavera.
Al volante
La tecnología que envuelve el coche que marca un antes y un después en la industria del automóvil despliega lo mejor de su si misma cuando nos ponemos en marcha en completo silencio. El Tesla está bien asentado a la carretera y se mueve con facilidad, a pesar del peso de las baterías, situadas en el suelo del vehículo. La autonomía de los eléctricos es el gran reto de este tipo de automóviles y los problemas de la limitación de las baterías siguen siendo un handicap hoy en día para esta tecnología. Afortunadamente la capacidad del modelo probado ofrece distancias impensables hasta la fecha.
Cuando obviamos la autonomía y se pisa a fondo el acelerador de un Tesla la sensación es única, superior al despegue de un avión y a la mayoría de los deportivos más agresivos.
Si queremos saber lo que experimenta Fernando Alonso o Carlos Sainz en cada salida de un Gran Premio de Formula 1 basta con ponerse al volante de un Modelo S 75D como fue en nuestro caso y pisar a fondo para que los 75 kWh se transmitan a los neumáticos de 21" pegando, literalmente, la cabeza de los ocupantes contra el reposacabezas.
El coche autónomo: ¿mito o realidad?
Tesla tiene un plan para llegar a la autonomía real y ha equipado a todos los modelos que ya se venden en España del hardware necesario, a la espera de que la legislación permita disfrutarlos.
Con el Nivel 5 se designa a los vehículos que pueden operar de forma autónoma por completo sin la necesidad de un conductor. Coches sin volante, ni pedales, ni cambio, donde el humano es un simple pasajero. De momento tan sólo podemos disfrutar del Nivel 2 gracias al piloto Automático elemento que puede resultar decisivo a la hora de una situación de peligro en la carretera.
Sistemas similares podemos encontrarlos en las gamas más altas de las mejores berlinas de los grandes fabricantes pero ninguna de ellas está concebida para el futuro, ni se puede actualizar de la noche a la mañana como ha hecho Tesla en los últimos dos años.
Autónomo no, pero si el más listo de la clase
Si pensamos que podemos subirnos a un Tesla y decirle que que nos lleve a Salamanca y echarnos una siesta estamos muy equivocados. Pero el hecho es que Elon Musk está trabajando para que nuestro coche nos venga a buscar en 2018.
Autopilot Full Self-Driving Hardware
A día de hoy el coche nos obliga a mantener las manos al volante, por seguridad. Si lo soltamos, el vehículo continúa la ruta marcada manteniendo la distancia de seguridad en todo momento con el resto de coches y objetos (todo ello mostrado en la parte central del cuadro de mandos), pero el sistema nos recuerda mediante iluminación y sonido que debemos tomar el control y posar las manos en el volante.
Entonces, el coche conduce sólo bajo nuestra supervisión, pero avanza lo que el futuro nos depara y que cambiará el concepto de movilidad para siempre.