El café es una de las bebidas por excelencia de la cultura española. Está presente en la vida cotidiana de casi todos, especialmente en el desayuno, pero se puede consumir también en cualquier otro momento del día. Y es que no se trata solo de una bebida, sino también de un componente social que acompaña reuniones, sobremesas y momentos de descanso.
De esta forma, las cafeteras se convierten en un elemento indispensable en cualquier cocina española. Existen diferentes tipos, dependiendo de las preferencias de sabor y métodos de preparación. Si bien es cierto que, en los últimos años, las de cápsulas han ido ganando en popularidad, son muchas las personas que prefieren la italiana.
Y es que la cafetera italiana, también conocida como cafetera moka, es una de las más populares del mundo. Entre sus principales ventajas se encuentra el sabor intenso y concentrado del café que produce. Además, es muy fácil de usar, resulta muy económica y suele durar mucho tiempo, al estar hechas de aluminio o acero inoxidable.
Cómo limpiar la cafetera italiana
Existe un mito muy común sobre las cafeteras italianas que es totalmente falso. Y es que muchos están convencidos de que no limpiarla mejora el sabor del café. Sin embargo, es importante aclarar que no hacerlo puede provocar la acumulación de residuos en sus paredes, que pueden hacer que el café adquiera un sabor amargo.
Además, la humedad, combinada con restos de café, puede convertirse en un caldo de cultivo para el moho y las bacterias, lo que supone un riesgo para la salud. La acumulación de residuos en el filtro o en la válvula de seguridad podría afectar también al funcionamiento de la cafetera.
De esta forma, es importante limpiar correctamente la cafetera. Lo primero que hay que saber es que se debe evitar el uso del lavavajillas y los detergentes con olores fuertes, en caso de lavarse a mano, ya que puedan afectar al sabor del café. De esta forma, se recomienda enjuagarla solo en agua en los primeros usos.
Sin embargo, para hacer una limpieza más profunda y evitar las obstrucciones por acumulación de cal o residuos existe un truco que dejará la cafetera impoluta en apenas unos segundos. Se trata de una solución compuesta por una cucharada sopera de bicarbonato, una o dos de vinagre blanco y agua caliente.
Esta solución debe verterse sobre el depósito destinado al agua y, a continuación, poner la cafetera a hervir. El proceso debe realizarse sin café en el filtro y puede repetirse una o dos veces para mejorar el resultado. Este proceso debe realizarse de forma frecuente. Así, se acabará con la suciedad al instante y el utensilio quedará como nuevo, manteniendo el sabor del café intacto.
La solución de bicarbonato, vinagre y agua caliente es útil también para despejar los orificios del filtro, que suelen obstruirse con asiduidad. En estos casos, se recomienda sumérgelo en la mezcla y, a continuación, usar un alfiler para despejar cada orificio si es necesario.