Los ajos, un producto muy típico y muy usado en nuestra cocina. Te pueden gustar o no, pero conozco a muy pocas personas que nieguen el aroma y sabor que dan, yo por ejemplo, no me gustan y no me los como, pero tengo que echarlos y dorarlos porque su sabor y aroma es imprescindible, aunque luego no me los coma. Pues bien, hoy vamos a ver un par de trucos para pelarlos y cortarlos fácilmente y algún consejo para evitar que las manos nos dejen ese aroma tan penetrante del ajo. Para empezar, partimos del ajo completo y la mejor forma es haciendo presión con nuestra propias manos encima (poniendo el ajo con la zona de la vulva hacia arriba), los dientes se separarán fácilmente sin tener que urgar con el cuchillo, pruébalo, verás que fácil es. Luego, para pelar cada diente, puedes usar la plana del cuchillo e igualmente hacer fuerza, como por arte de magia, se desprenderá la piel sin que llegues a tocarlo, o lo menos posible, sólo para retirar la piel ya suelta. Procura no usar las uñas, ya que es ahí donde se suelen quedar restos después de lavarnos, siendo el motivo del olor. Si aún quedara olor, lo mejor es el agua fría y luego restregarnos con un poquito de perejil (tanto en manos como en boca si lo hemos comido) neutralizan bastante el olor del ajo. También funciona restregarse las manos con un poco de sal una vez lavadas las manos. Para cortar el ajo, la mejor manera, es practicándole cortes en a lo largo del diente de ajo, pero sin llegar a la raíz, y sin cortarla, para que no se descomponga, así abriremos el ajo y podrá extender todo su sabor, y retirarlo sin dejar huella si no lo queremos. Obviamente, si no nos importa comerlo, picarlo en pequeños trozos o en lascas son las mejores maneras. Seguro que tienes más trucos, ¿porqué no nos los cuentas?