Cada uno tomamos el café como nos gusta. Yo suelo pedirlo con leche caliente y en taza, pero hay a quien le gusta cortado en vaso, con hielo y una eterna lista de modalidades que acaba grabada a fuego en la mente de todo camarero de bar.
Pero ahora hay uno más, y uno bastante raro. Se trata del café pendiente, y es posiblemente el café más raro del que has oído hablar, y no por sus ingredientes o con qué se combina, si no porque es un café que ya está pagado, al que un desconocido te ha invitado.
Todo empezó en 1973 en Napoles, donde Maurizio del Bufalo escuchó pedir en una cafetería un caffé sospeso, que luego descubrió que se trataba de una forma de protesta por parte de los representantes de siete festivales de cine contra los recortes de cultura en la que uno pedía dos cafés, uno para tomar y otro para invitar al próximo que llegase sin dinero para pagarse el suyo.
Desde entonces esta iniciativa se ha ido extendiendo por todo el planeta, y hoy incluso la podemos encontrar en España. Si visitamos el bar del intercambiador de Sol en Madrid nos encontraremos una pizarra en la que se lleva la cuenta de los cafés e incluso bocadillos que paga la gente para que pida otro más adelante.
Así que ya sabes, si tienes ganas de invitar a alguien que no conoces, simplemente paga tu café y el del próximo que pida uno. O si te has quedado sin suelto puedes probar a pedir un café pendiente y ver qué pasa, aunque la medida todavía está demasiado poco extendida y posiblemente te miren con cara rara, pero será una oportunidad estupenda para comenzar a promoverla allá donde vayas.
Fuente | El País