Las zanahorias baby no son lo que parecen, o al menos no lo son siempre. Por un lado están las miniverduritas tan de moda en la alta cocina, que sí tienen realmente ese tamaño y que no nos solemos encontrar en los mercados puesto que es habitual que procedan de huertos gestionados por los propios restaurantes y, por otro lado, están las que nos encontramos en el súper.
¿Os habéis fijado en que las zanahorias baby siempre vienen o congeladas o en conserva? Esto tiene una explicación bien sencilla y es que en realidad no son tan pequeñas como parecen.
¿De dónde salen las zanahorias baby?
Pues lo que es salir, salen de la tierra como cualquier zanahoria corriente, que es lo que son en realidad, lo que pasa es que se cortan, se pelan y se tallan para darle aspecto de zanahorias más pequeñas.
Aunque puede parecer algo un poco tonto, esta técnica es una manera de aprovechar para el mercado las zanahorias grandes que salen feas. La idea se le ocurrió hace ya 30 años a un granjero californiano llamado Mike Yurosek cuando decidió probar una máquina de cortar judías con esas zanahorias que habían salido feas y enviarlas a una frutería local en la que le pidieron que, a partir de ese momento, las enviase siempre en ese formato.
Ventajas e inconvenientes de las zanahorias baby
Tienen la ventaja de que resultan más apetecibles y fáciles de comer que las zanahorias grandes y suelen gustar más a los peques de la casa, también resultan muy cómodas por el hecho de venir sin piel.
Pero precisamente el no venir sin piel, es también la causa de algunos inconvenientes como que su duración es menor -por eso es raro encontrarlas sin ser congeladas o en conservas- y que se pierden los nutrientes que se acumulan bajo la piel, por lo demás, nutricionalmente hablando es prácticamente lo mismo que las zanahorias convencionales.
¿Conocías el secreto de las zanahorias baby?
Fuente | Gizmodo