Cuando pasas gran parte del día trabajando en una oficina, el café -o tu infusión favorita- suele acabar convirtiéndose en tu más fiel compañero. A lo largo del día serán varias las veces en las que pasarás por la “salita del café” taza en mano para rellenarla del preciado líquido que te ayuda a llevar mejor la jornada.
Además, pensarás que eres afortunado si en tu empresa tienes a tu disposición un fregadero donde poder lavar tu taza de café entre usos sucesivos y así no tener que ver cómo los posos se resecan en el fondo de la taza. Y resulta que no, que por extraño que parezca, ese lavado te puede hacer más mal que bien.
En este post os vamos a contar por qué no es buena idea lavar la taza de café que usamos en la oficina con el mismo estropajo que usa todo el personal.
Una taza de café para ti, un estropajo para todos
Que sí, que lo de volver a servirte café en la taza que te lo tomaste ayer sin lavarla suena a guarrada y a vagancia suprema, pero en determinadas circunstancias esa puede ser la elección más higiénica. Os cuento por qué.
Damos por hecho que en las oficinas en las que se dispone de salita con cafetera cada uno usa siempre su propia taza de café y las tazas no se comparten. Es decir, que después de tomarte el café, los gérmenes que puede haber en la taza son tus propios gérmenes.
Si lo que tomas es café solo o infusiones, es decir, bebidas cuyos restos serán simplemente unos posos que se secarán en el fondo de la taza, al día siguiente, los gérmenes que habrá en la taza seguirán siendo tus propios gérmenes. Otra cosa distinta es si tomas el café con leche y en la taza quedan restos que se pueden descomponer, que ahí sí habrá que buscar una forma higiénica de lavar la taza.
Ahora bien, si friegas la taza y la dejas reluciente a base de frotar con el estropajo que usa todo el personal de la oficina, lo que en realidad estás haciendo es embadurnarla bien con los gérmenes de todos tus compañeros.
Cómo limpiar correctamente la taza de café de la oficina
Si aún así, lo de servirte el café en una taza sin lavar desde el día anterior te sigue dando repelús, tienes varias posibilidades para evitar los gérmenes de tus colegas:
- Durante el día, enjuaga la taza con agua y jabón frotando con tus propias manos, aclara bien con agua y sécala con papel absorbente –olvídate de bayetas compartidas, que estamos en las mismas-. De ser necesario, de vez en cuando, llévatela a casa y lávala en profundidad.
- Si en tu oficina sois realmente afortunados y hay lavaplatos, úsalo para lavar tu taza de café.
- Cuando no te quede más remedio que utilizar el estropajo común, por ejemplo, cuando tu taza tenga restos de lácteos que no se vayan con un simple enjuagado, reza porque haya un microondas en el que puedas meter el estropajo -siempre que no sea metálico-. Escurre bien el estropajo hasta que esté prácticamente seco y métela en el microondas durante unos 90 segundos. Ten cuidado al sacarla porque quemará, pero ahora al menos el 99% de los microorganismos habrán pasado a mejor vida.
Fuentes | Science of us, WebMD