No falla, cada equis tiempo alguien se topa por primera vez con un vídeo del odori don y acaba quemando las redes sociales. Y es que para los occidentales, ver por primera vez este plato japonés “en movimiento” puede resultar un auténtico shock, porque cuando digo lo de movimiento quiero decir que literalmente se mueve.
¿Qué es el odori don?
Pues, como os adelantaba, el odori don es un plato típico de Japón -no podría asegurar si también se consume en otros países asiáticos- que consiste en un bol de arroz sushi, que se acompaña de diversos ingredientes como huevas de pescado, verduras y algas y que se corona con un la cabeza y las patas de un calamar al que se le ha retirado el resto del cuerpo.
La “gracia” del odori don está en que cuando regamos el plato con salsa de soja, las patas del calamar comienzan a moverse como si el calamar estuviese vivo.
Pero, ¿por qué se mueve el calamar al echar salsa de soja si está muerto?
Pues porque si la muerte, es decir en este caso la separación de la cabeza y las patas del resto del cuerpo, se ha producido hace pocos minutos, el tejido muscular y las células nerviosas aún funcionan, aún en el caso de que no hubiese conexión con el cerebro. Esto quiere decir que, aunque el calamar esté muerto, las células musculares responsables de la movilidad pueden seguir respondiendo a estímulos externos. Se ve mucho mejor en el vídeo que sigue.
Para resumirlo muy mucho, los nervios que crean movimiento se activan por señales eléctricas, las células nerviosas que los forman poseen distintas concentraciones sodio, potasio y cloro dentro y fuera de la célula, esta diferencia de concentraciones hace que las células mantengan una polaridad.
Al añadir sal o cualquier solución salina como puede ser la salsa de soja, esta penetra por los cortes haciendo que varíen las concentraciones de sales en el exterior de las células, lo que da lugar a una diferencia de potencial que sirve de estímulo a las células nerviosas y, estas a su vez lo transmiten a las células motoras produciendo movimientos reflejos -sin intervención del cerebro-.
¿Son los calamares los únicos?
No, ni son los calamares los únicos ni la sal es la única forma de estimular el movimientos, de hecho también podrían producirse movimientos reflejos como respuesta a la presión, como sucede en el vídeo que os dejo a continuación en el que un pez ya eviscerado y sin cabeza aún parece como si intentara defenderse.
Y no son los únicos casos, también sucede por ejemplo con las ranas, cuyas ancas son muy apreciadas en la cocina. En el vídeo que continúa, vemos como al añadir sal sobre las ancas de rana limpias de piel y separadas del resto del animal, hacen ademán de moverse.
Pero tranquilos, tal como os contaba el otro día cuando estuvimos hablando de pescados congelados que volvían a la vida, con estas resurrecciones “milagrosas” de trozos de pescado, que solo pueden producirse durante unos pocos minutos después de la muerte, tampoco hay que temer que los chipirones que tenemos en la nevera para el arroz de mañana nos vayan a salir bailando break dance.