El fraude del atún rojo no es novedad. Por desgracia, tampoco es el único pescado con el que nos intentan colar una especie similar de menos calidad -y por tanto menor precio- haciéndola pasar por un alimento de mayor categoría.
Anoche, la emisión del programa “En el punto de mira” de la cadena Cuatro, volvía a poner en el punto de mira las prácticas fraudulentas que se llevan a cabo con el atún rojo, uno de los pescados mejor valorados gastronómicamente pero, por desgracia, cada vez más escasos en el mar.
El fraude del atún rojo no es novedad
Ya en 2015, un estudio dirigido por Ana Gordoa, investigadora titular del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB) perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), alertaba sobre el fraude del atún rojo y aseguraba que, de los casos analizados durante el estudio, el 40% resultaron ser especies de atún diferentes al atún por el que se intentaban hacer pasar.
En el informe se comprobó que el fraude podía darse en dos sentidos, el más habitual, detectado en un 90% de los casos correspondía a hacer pasar por atún rojo otras especies de túnidos como el patudo y el rabil. Pero, curiosamente, en 1 de cada 10 casos de fraude, este se daba a la inversa, es decir, se vendía auténtico atún rojo como si fuera otra especie, para ocultar la procedencia ilegal del atún rojo.
Dónde se produce el fraude
Ya en 2015, el estudio del CSIC informaba de que ninguno de los puntos de venta -mercados, pescaderías, restaurantes- tenía el Documento de Captura del Atún Rojo que es obligatorio.
En general es, en los últimos puntos de la cadena de distribución, donde es más fácil que se produzca el fraude, que puede llega a darse hasta en un 75% de los restaurantes, aunque muchas veces sea porque antes se la hayan colado al restaurante.
Atún teñido con jugo de remolacha
Conseguir que un filete de atún barato tenga el aspecto de la imagen mental que todos solemos tener del atún rojo es tan sencillo como introducir el atún de otras especies más económicas, cuya carne tiene un color menos apetecible, en un jugo de remolacha. En cuestión de segundos tomará un color rojo brillante mucho más atractivo que hará que nos importe pagar más por la pieza. Aunque el verdadero atún rojo, si comparásemos un filete de atún rojo real con otro teñido, sería fácilmente distinguible ya que el verdadero tiene un color rojizo más apagado.
El fraude del atún rojo no es el único
Desde 2013, la plataforma Oceana, elabora un informe a nivel mundial sobre los “cambiazos” en productos del mar en el que aparte de fraude del atún rojo se denuncian otros bastante habituales.
Este informe, que se realiza estudiando datos en 55 países, muestra que no solo es el atún rojo el pescado que con el que nos engañan, sino que España no es el único país en el que se comete el fraude.
- En Bruselas, el 98% de las 69 muestras de atún rojo tomadas en restaurantes en realidad eran otro pescado.
- En un estudio realizado en 2014 en España, gran parte de la merluza vendida como europea -más cara- era en realidad merluza procedente de Suráfrica mucho más barata.
- Otro “cambiazo” habitual que muestra este informe, es el de la maruca (Molva molva) haciéndose pasar por bacalao (Gadus morua).
En el caso del bacalao, también se da con bastante frecuencia el ofrecer la especie Gadus macrocephallus, procedente de Alaska y el Pacífico -de menor calidad- como si fuese Gadus morua, procedente de los caladeros de Terranova o Islas Faroe, de mayor calidad y precio.
En definitiva, que se trata de fraudes en los que, si las autoridades no toman cartas en el asunto, los consumidores en la mayoría de los casos poco podemos hacer, pues lo más probablemente es que no nos demos cuenta del engaño hasta que el momento de tener el plato en la mesa. O ni aún así.