En países occidentales como España damos por hecho el agua potable, pero en otros lugares del mundo es todo un lujo. Si un agua dura puede arruinar el sabor del café o la pasta, ¿os imagináis lo duro que tiene que ser no tener más alternativa que cocinar con agua contaminada?
Eso es precisamente lo que intentan denunciar un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Artes de Taiwan con “Polluted Water Popsicles” (“polos de agua contaminada” en castellano). Para ello han recogido muestras de más de 100 localizaciones distintas y los resultados no pueden ser más asquerosos.
Además de un amplio abanico de contaminantes químicos y colores de lo más desagradables, los estudiantes se han encontrado con tropezones de todo tipo. Colillas, bichos, redes de pescar, tapones… Todo ello recogido en lagos, ríos, playas y puertos de Taiwan.
Por supuesto los polos de agua contaminada no son comestibles y, aunque tienen forma de polo, no están congelados sino que se han solidificado mediante una resina. Además, también han diseñado un envoltorio exclusivo para cada uno reflejando el sabor del polo.
El proyecto, que ha sido el trabajo final de carrera de Hung I-chen, Guo Yi-hui y Cheng Yu-ti, intentaba concienciar sobre el deplorable estado en el que se encuentran las aguas taiwanesas. Pero, por desgracia, la contaminación del agua es un problema al que se enfrenta el mundo entero. Incluso en España, tenemos lagunas como la del Mar Menor al borde del colapso.
Por el momento los estudiantes taiwaneses han conseguido parte de su objetivo, puesto que sus polos de agua contaminada han tenido bastante repercusión en la red. Lo que queda por ver es si los responsables toman medidas o miran para otro lado.
Ya sabes, la próxima vez que vayas a tirar desperdicios donde no se debe piénsatelo dos veces. Si seguimos contaminando los recursos naturales llegará el día en el que estos polos nos empezarán a resultar apetitosos.