Para cualquier empresa extranjera triunfar en el mercado japonés no es una tarea fácil, por eso el fenómeno de los Kit Kats de sabores en el país nipón es algo realmente sorprendente. Las famosas chocolatinas llegaron al país del Sol Naciente en los años 90 y con el sabor original que todos conocemos desde que empezaron a comercializarse en Europa allá por 1935.

No tardaron en hacerse populares, en parte porque el nombre de las mismas suena muy parecido a la expresión japonesa “kitto katsu” que significa algo así como “seguro que vas a ganar” y se emplea habitualmente para desear suerte a los estudiantes en los exámenes. Vamos, que aterrizaron en Japón como si las hubiera inventado Mr. Wonderful y arrasaron.

En pocos años empezaron a convertirse en un auténtico fenómeno social y empezaron a comercializarse Kit Kats de sabores tan variopintos como boniato, frutos cítricos, edamame y azuki -distintas variedades de judías de consumo habitual en Japón-, té matcha, té tostado o incluso se pueden encontrar Kit Kats de chile o de wasabi.

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A lo largo de la corta historia de estas chocolatinas en Japón se han llegado a fabricar más de 300 sabores, contando con los del catálogo permanente, las colecciones estacionales, las regionales y las ediciones especiales limitadas. Estas últimas pueden llegar a ser un artículo tan exclusivo que solo se pongan a la venta unas cuantas unidades en un único punto de venta, y ahí reside parte del encanto que tienen para el público japonés, amantes de las colecciones y de todo aquello que no todo el mundo está en condiciones de poder conseguir.

Fuera de Japón, también se han convertido es una especie de icono de este país y es habitual que los surtidos del famoso snack dulce llenen las maletas de los turistas que regresan a casa a modo de souvenir.

La demanda de Kit Kats de sabores requiere la apertura de una nueva fábrica

Kit Kat Chocolate Bar

Entre el consumo local y el que llevan a cabo los turistas, la demanda de estos Kit Kats de sabores exóticos en los últimos años ha crecido como la espuma, por lo que después de 26 años, Nestlé ha anunciado que abrirá una nueva fábrica en el país asiático con el fin de satisfacerla.

Y casi con toda seguridad será un acierto, pues según los datos de la Agencia Japonesa de Turismo que ha publicado Bloomberg, las compras de snacks japoneses por parte de los turistas se han triplicado en los últimos 4 años. Solo en 2016, los visitantes se dejaron 131 mil millones de yenes en chucherías, unos mil millones de euros al cambio.

Además, Japón cuenta con uno de los grandes atractivos para los amantes de estas chocolatinas, y son las Kit Kat Chocolatory, disponibles en varios puntos de Tokio y en las localidades de Sapporo, Nagoya, Kioto, Osaka y Fukuoka. En estos locales, que pueden ser desde una simple barra formando parte de un centro comercial a grandes espacios con cafetería en la que además de Kit Kats se sirven todo tipo de tés y cafés. En ellos pueden conseguirse las ediciones más gourmets cuyos precios pueden alcanzar los 3 500 yenes por chocolatina (unos 27 euros).

Imagen de cabecera | Nestle Japan