Si alguien visita el restaurante cántabro Cenador de Amós (3 estrellas Michelin) no podrá evitar reparar en las fotografías en blanco y negro que decoran las paredes del pasillo de entrada. Son instantáneas de mercados, ingredientes y productos que ha tomado el chef Jesús Sánchez (Azgara, Navarra, 1964), dueño del local, en sus diversos viajes por el mundo lo largo de los años.

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Sánchez, nombrado Premio Nacional de Gastronomía en 2022, ha sentido amor por las imágenes desde que logró por puntos su primera cámara, una Kodad Pocket Ektra. A partir de entonces descubrió que la gastronomía y la fotografía tienen más cosas en común de lo que puede parecer: la composición, los colores, la mirada, los protagonistas... Cada receta, al igual que cada retrato, esconde detrás una historia. 

En el año en el que su templo gastronómico Cenador de Amós celebra su 30 aniversario, Sánchez se embarca en un nuevo proyecto a través del cual muestra a sus compañeros de oficio bajo sus propios ojos. "Ha sido emocionante y confieso que nunca había afrontado algo semejante; siempre hice fotos y tengo muchísimas en mi archivo, pero aquí hay una historia que contar y una forma de mirar: ese es el reto", ha explicado el chef navarro. 

7 fotos

Con su Leica Q2 Monochrom ha fotografiado durante un año a algunas de las caras más conocidas del mundo gastronómico. La exposición Mirada de chef reúne ahora una selección de estas imágenes que ya puede visitarse en la madrileña Leica Gallery (C. de José Ortega y Gasset, nº 34) hasta el próximo 18 de noviembre.

Referentes como Joan Roca, Carme Ruscalleda o Dabiz Muñoz desfilan ante Sánchez en espacios alejados a su entorno habitual de trabajo, lugares que ellos mismos eligieron para ser fotografíados, logrando así una muestra intimista de estos reconocidos cocineros y cocineras. 

La escritora gastronómica Rosa Rivas describe el trabajo fotográfico de Jesús como "un menú degustación de caras amigas, de figuras clave de la gastronomía española e internacional", celebridades que en sus retratos "se manifiestan como personajes entrañables y cercanos". Todo ello con un filtro, el minimalista blanco y negro, que, según Rivas, "siempre ha sabido que brindaba enormes posibilidades de cocinar introspección, de profundizar en el alma de las cosas, los paisajes y las personas."

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La exhibición reúne un total de 51 fotografías, en su mayoría retratos de chefs, aunque también podrán verse imágenes espontáneas (robadas o casuales) que el autor ha querido incluir, pues, a su parecer, "dicen mucho" de la "cotidianidad" y de "la esencia" de su trabajo.