Hace unos meses, la Embajada de Italia enviaba una carta abierta al presidente de un club de baloncesto zaragozano condenando la colaboración de este con la cadena de restaurantes La Mafia se sienta a la mesa. El embajador italiano, Giuseppe Buccino Grimaldi, escribía acerca del patrocinio de esta marca al equipo de baloncesto que «contribuye a la banalización de las actividades ilícitas y fechorías cometidas por dicha organización».
En esta ocasión, el destinatario de una nueva carta abierta publicada en la web de la embajada ha sido José Fernando Palomero Hurtado, propietario del restaurante leonés La camorra - pizza e pasta. En dicha misiva, que reproducimos a continuación, el embajador lo invita a retirar de su local cualquier referencia a la camorra napolitana por considerar preocupante la ligereza con la que asocian el nombre de una organización criminal con el noble y honrado trabajo de pizzaiolo.
La carta íntegra enviada por el embajador
«Me dirijo a usted con esta carta pública en su calidad de propietario del restaurante La camorra - pasta e pizza de León, que hace referencia explícita al fenómeno criminal de la "camorra" en su mismo nombre, además, escribiéndolo con una variante tétrica e inquietante de la fuente "fraktur". En un post de la página de Facebook de su local dirigido a posibles trabajadores, se hace también un llamamiento a unirse "a la camorra de León". Incluso está presente en su menú una pizza con este nombre.
Como Embajador de Italia en España, quiero destacar algunos conceptos relacionados también con lo que ya he expresado en una anterior carta al presidente del Casademont Zaragoza, respecto al desafortunado anuncio de una colaboración de su club con la cadena La Mafia se sienta a la mesa.
[La razón por la que Italia condena a la empresa 'La Mafia se sienta a la Mesa': "Es ofensivo"]
Primero, el arte de los pizzaioli (que incluye, evidentemente, el de la pizza napolitana) fue declarado patrimonio inmaterial de la UNESCO en 2017 y representa la verdadera historia y tradición de la pizza, cuya versión más conocida, la "pizza margherita", creada en 1889, lleva los colores de la bandera italiana. Adjunto, para su conocimiento, un documento explicativo.
Contrariamente a la asociación que sus restaurantes hacen con la camorra, con una preocupante ligereza, al honrado trabajo de pizzaiolo se llega por pasión e ilusión: para algunos, este oficio constituye una oportunidad relevante de emancipación social y es una posibilidad de inserción para personas en riesgo de marginación, que podrían caer víctimas de asociaciones criminales. Hay otros pizzaioli que, en cambio, no vienen de condiciones de dificultad económica y/o social, sino que se sienten atraídos por un trabajo que une la tradición a la innovación y puede incluso, en ocasiones, estar muy bien remunerado.
Al mismo tiempo, la asociación que se hace entre la cocina italiana y un fenómeno criminal, a través la banalización del mal - el mismo mal que ha llevado al sufrimiento y al dolor de muchas personas - es altamente ofensivo, perturbador y contrario al orden público, como ratificado en el caso de La Mafia se sienta a la mesa tanto por la EUIPO como por el Tribunal de la Unión Europea. Estamos hablando de un fenómeno criminal, cuyas actividades ilícitas y fechorías están meridianamente en contra de los valores de la Unión Europea, que tanto Italia como España comparten.
A raíz de lo expuesto anteriormente, en calidad de embajador de Italia en España le invito a retirar de su local cualquier referencia a la camorra».