El mejor restaurante para conocer Murcia que nació como un salón de eventos en una cabaña de 12.000 metros
El chef Pablo González-Conejero diseñará el menú de la Gala Michelin España 2025, que este año se celebra en la capital murciana.
26 junio, 2024 06:00La Región de Murcia, la eterna desconocida, "ha comenzado a desconocerse", parafraseando a Roberto Juarroz en Poemas de Otredad. Su riqueza y potencial culinarios cada vez están más en boca de todos: en 2021 fue nombrada Capital Española de la Gastronomía y el próximo 26 de noviembre acogerá la gala de la Guía Michelin 2025.
Los murcianos aguardan el evento con expectación. "No sabéis lo que habéis hecho", advierte, entre risas, Pablo González-Conejero (Murcia, 1971), chef de Cabaña Buenavista, el único 2 estrellas Michelin de la comunidad. "Este es el acontecimiento del año; en una ciudad como esta, la pone del revés. Ya me han llamado pidiendo entradas a la gala", asegura el cocinero, que será el encargado de gestionar la cena del evento: nada más y nada menos que un menú para 700 invitados.
Parece un gran desafío, pero González-Conejero está acostumbrado a organizar comidas para muchos clientes, pues Cabaña Buenavista se concibió inicialmente como salón de eventos. A día de hoy sigue funcionando como tal los fines de semana, con una capacidad para 900 personas; mientras que de lunes a viernes a mediodía se transforma en el restaurante gastronómico de sólo 20 comensales que ha llevado al chef a las filas más elevadas del universo culinario.
No es habitual encontrar restaurantes Michelin que combinen su faceta gastronómica con un servicio de eventos, pero la historia de Pablo tampoco es la típica de un chef de alta cocina. Sexto de siete hermanos, siempre soñó con ser futbolista y no procede de una familia hostelera (su padre, Antonio González-Conejero, fue el director del periódico La Verdad de 1982 a 1991).
Terminó estudiando Educación Física, pero durante la carrera decidió que, en el fondo, quería dedicarse a la cocina. La culpa de esa repentina pasión la tuvo Bonache, para muchos la mejor confitería de la ciudad de Murcia, famosa por su pastel de carne. González-Conejero trabajó allí durante su época universitaria para sacarse algún dinero extra y se enamoró del oficio.
Tras graduarse con 21 años no tardó en encontrar trabajo en hostelería. Flanigan, el restaurante en Palma de Mallorca de Miguel Arias, buscaba a alguien para cocinar caldero murciano. "Mi hermano, que es un vendehúmos, le dijo a Miguel que yo preparaba el mejor caldero de Murcia. Y yo no había hecho un caldero en mi vida", cuenta con una sonrisa.
"No sabía cocinar, pero aprendí a gestionar el restaurante", continúa. Esa experiencia le sirvió después para trabajar durante un año en otro de los negocios de Arias: el ya desaparecido Las Cuatro Estaciones de Madrid, que por aquel entonces ostentaba una estrella Michelin y solía recibir la visita del rey emérito. De hecho, Juan Carlos I celebró allí el 40 aniversario de su coronación.
De la capital se trasladó en 1995 a San Sebastián, a uno de los grandes templos gastronómicos del País Vasco, actualmente con tres estrellas Michelin: "Miguel me llevó a Arzak, y ahí estuve durante un año que fue muy intenso. Me sentía como Alicia en el País de las Maravillas".
Vuelta a los orígenes: eclosión y éxito de Cabaña Buenavista
Al igual que el personaje de Lewis Carroll, Pablo González-Conejero despertó de la ensoñación para volver a su tierra natal. "Me vaticinaban poco éxito", recuerda. De hecho, el regreso no fue nada fácil: "Cuando llegué aquí esto era un desierto absoluto. Iba al mercado a comprar y no había nada. La cocina popular de aquí es espectacular, pero nadie había dado el paso de apostar por una cocina creativa basada en la tradición. Por generación me tocó estar ahí".
Finalmente terminó alquilando junto a unos socios La Finca Buenavista, una edificación ajardinada de 12.000 metros en la pedanía murciana de El Palmar que había sido construida con la idea de arrendarla para eventos. "Empezamos en 2002 y a finales de año yo ya dije que quería hacer un restaurante. Construimos la cocina y en 2004 abrió La Cabaña". Sin pretensiones de nada, sin otro ánimo que no fuese trabajar y salir adelante.
Y siguieron. Con tanto tesón y buen hacer que en 2010 el chef y su equipo ganaron la primera estrella Michelin en la que fue también la primera gala oficial de la guía roja a nivel mundial. Pablo González no lo podía creer: "Me acuerdo perfectamente; mi mujer y yo estábamos en casa, acostamos a las niñas y cenamos tartar de atún". De repente, llamó Erlantz Gorostiza, chef del restaurante Abama, y le dijo que le habían premiado. "Pensaba que estaba de coña", reconoce.
En 2018 llegó la segunda estrella. González-Conejero sabía que estaban invitados a la gala, pero no se lo dijo a nadie de su equipo para no generar expectativas que luego pudieran romperse: "Pasé el peor mes y medio de mi vida. Se empezó a poner en duda mi gestión, pero al final todo salió bien".
En la actualidad, el chef del restaurante más laureado de Murcia sigue trabajando intensamente y disfrutando del éxito logrado gracias a las estrellas; las cuales, dice, le "han dado la vida": "Michelin me ha enseñado, me ha rescatado, tengo que estar siempre agradecido". Además de Cabaña Buenavista, el cocinero asesora varios espacios gastronómicos, como La Finca, en La Bobadilla (el único estrella Michelin de Granada); Espacio 43, en Cartagena; y el gastrobar La Trastienda de Pablo en El Corte Inglés de Avenida de la Libertad de Murcia.
Pablo González no quiere abrir otro restaurante y no le obsesiona lograr las tres estrellas. De momento tiene más que suficiente gestionando los 35.000 cubiertos que tienen al año en eventos y diseñando los dos menús de Cabaña Buenavista (el Menú Olivo, de 150€, y el Menú Experience, de 175€).
En ellos encontraréis platos originales que reinterpretan el recetario tradicional de la zona, como su versión de la marinera murciana, sus increíbles gambas rosas de Águilas a la plancha de la abuela, su zarangollo refinado, o sus petits fours inspirados en cuatro pueblos de la región. Una experiencia gastronómica entusiasta con hasta tres cambios de espacio y un gran protagonismo del trabajo en sala que convierte a Cabaña Buenavista en la mejor forma de conocer y amar Murcia.