Durante los últimos días múltiples medios de comunicación han publicado noticias que aseguran que las patatas fritas con sabor a jamón van a desaparecer en la Unión Europea. Esta afirmación alarmista (y falsa) se ha basado en la decisión de la Comisión Europea de no renovar la autorización del uso de ocho aromas de humo que se emplean en ciertos productos alimentarios. 

Dichas sustancias consiguen recrear la sensación ahumada que asociamos al jamón (aunque, recordemos, no es jamón real, sino el resultado de una exitosa estrategia de marketing), ya que comparten elementos en común como el sabor umami, tal y como ha explicado en una publicación Miguel A. Lurueña: el umami "se debe al glutamato sódico (añadido como aroma en las patatas y naturalmente presente en el jamón [se forma a partir de ácido glutámico naturalmente presente y el sodio de la sal añadida])".

No obstante, pese a que la UE haya revocado el empleo de estos aromas tras un informe de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) que asegura que tales aditivos aumentan el riesgo de enfermedades como el cáncer, esto no implica que las patatas fritas con sabor a jamón vayan a dejar de venderse en España. Así lo han aclarado diversos expertos, como desarrollamos a continuación.

La tecnóloga de alimentos Beatriz Robles ha publicado un hilo en su cuenta de X (anteriormente Twitter) donde explica con detalle los pormenores de este bulo viral y esclarece los malentendidos. Para empezar, Robles señala que la lista de aromas de humo permitidos a nivel europeo, recogidos en el Reglamento 1321/2013, estaban autorizados hasta el 31 de diciembre de 2023.

Para poder seguir utilizándolos en los alimentos, se había solicitado su renovación; sin embargo, en noviembre de 2023 la EFSA emitió un dictamen científico de los ocho aromas de la polémica en el que afirmaba que "no se podían descartar preocupaciones relativas a la genotoxicidad" (es decir, "a la capacidad para dañar el material genético", traduce la tecnóloga).

Como consecuencia, el Ejecutivo comunitario debía decidir si revocar o no la autorización de estos ocho aditivos. Sin embargo, no tomó la decisión a tiempo, por lo que, "siguiendo el Reglamento 2065/2003", "si no se ha decidido nada un mes antes de la fecha de expiración de la autorización, dicha autorización se prorroga 6 meses". Es decir, hasta el pasado 30 de junio de 2024. Finalmente, el 31 de julio de 2024 la UE decidió no renovar la autorización de estos aromatizantes, aunque estableció un periodo de eliminación gradual para que la industria se adapte. 

Aun así, dicho esto, ni siquiera es verdad que vayan a dejar de existir las patatas fritas con sabor a jamón, como insiste Beatriz Robles. Ella da dos razones para negar todo el embrollo que se ha creado en torno a este asunto: "Primero, porque ese mismo sabor se puede conseguir con otros compuestos. Segundo, porque son aromas de humo que se usan en muchos alimentos, no solo en las patatas". 

Por su parte, el nutricionista Pablo Ojeda, en el programa Más Vale Tarde, también aseveró que "no se van a acabar las patatas con jamón": "La normativa establece un período de cinco años para que la industria se adapte, lo que indica que el problema no es tan grave".

Asimismo, alentó a los consumidores a estar atentos a los códigos de los aditivos en los alimentos: "El aditivo SF001 al 006 está restringido, el SF007 está permitido, mientras que el SF008 y el SF009 están prohibidos. Aunque se ha centrado la atención en las patatas fritas, esta normativa también afecta a otros productos como salchichas y braseados".

La Comisión Europea también niega la 'prohibición'

La propia Comisión Europea se ha pronunciado al respecto a través de su perfil de X, insitiendo en que no es cierto que vayan a prohibirse las patatas sabor jamón, sino que sólo van a desaparecer "algunos aditivos de aroma ahumado utilizados para su producción". "Con una receta que no incluya estos aditivos se podrán seguir fabricando", ha añadido. 

"Esta decisión fue apoyada por los 27 países de la Unión Europea, y se basa en evaluaciones científicas, que señalaron que estos aditivos pueden dañar el material genético de los consumidores, elevando el riesgo de sufrir enfermedades como el cáncer", ha explicado la CE.

Además, ha informado que los productores que utilicen estos aditivos disponen de un plazo para adaptarse a la nueva medida: "5 años para los productos alimenticios en los que los aromas de humo sustituyen a un proceso de ahumado convencional" y "2 años en los que los aromas ahumados se utilizan para «añadir» sabor", ha escrito el organismo. 

En conclusión, el uso de estos ocho aromas de humo en productos como jamones, pescados y queso podrá mantenerse hasta el 1 de julio de 2026, mientras que en alimentos como patatas fritas, sopas y salsas será legal hasta el 1 de julio de 2026. Tras ambas fechas, los productores deberán sustituirlos por otros aditivos.