Los tintos españoles del Priorat que impresionan en el mundo

Los tintos españoles del Priorat que impresionan en el mundo

Actualidad gastronómica

Los tintos españoles del Priorat que impresionan en el mundo

Enrique Calduch
Publicada
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Es una de las denominaciones de origen más misteriosas, brillantes, y con unos vinos tan extraordinariamente buenos, como poco conocidos por el gran público. Que se va al encuentro de vinos especiales lo comprende uno en cuanto empieza a subir la montaña y acercarse a su centro más representativo, que no es otro que la Cartuja de Scala Dei.

El paisaje duro y bello de bancales donde están plantadas las cepas, o simplemente ubicadas en 'coster', como llaman a las laderas donde no se han montado terrazas, ya te va dando ideas.

También cuando te fijas en los suelos cubiertos por las “licorellas”, como llaman a las pizarras desmenuzadas o esquistos, que no retienen el agua y obligan a las raíces de las cepas a buscarla hasta a 20 metros de profundidad. Tierras pobres, de duro secano, que te van preparando para ponerte delante de los vinos que salen de ese paisaje, porque sabes que vas a disfrutar de lo lindo.

La reciente cata en la que han participado 35 bodegas del priorat.

La reciente cata en la que han participado 35 bodegas del priorat.

Una D. O. única en Cataluña 

La Denominació d´Orige Qualificada Priorat, y se llama “calificada” porque no ampara vinos a granel, sólo embotellados; y es junto con Rioja las dos únicas de todas las españolas que cumplen ese requisito, organizó hace unos días lo que llaman “Espai Priorat”, una presentación de la mayoría de sus vinos en formato show room, al que acudimos invitados un grupo de especialistas a catar las elaboraciones de 35 bodegas distintas.

El lugar elegido fue la Cartuja de Scala Dei, el centro neurálgico donde los monjes cartujos se instalaron en el Siglo XII en unas tierras cedidas por el rey Alfonso II de Aragón. Al frente de la congregación de los monjes había un prior, de ahí el nombre de toda esta tierra que dominaban, y de cuyos ingresos vivían.

La zona está situada al sur de Tarragona, sobre el valle del río Siurana y en el macizo de Montsant. Tras la desamortización de 1835 pasó a manos privadas y una familia local, los Leyra siguieron haciendo vino en la Cartuja, hasta que hace unos años fue adquirida su bodega por el Grupo Codorniú.

La denominación es de las más antiguas del país, constituida en 1932, pero la verdad es que iba renqueante y tenía poco futuro. Eran más rentables las avellanas que crecían allí que los modestos vinos que elaboraban con las autóctonas variedades de garnacha y cariñena. Hasta que un día, a finales de los ochenta aparecieron los aventureros, o los locos, vaya usted a saber, dispuestos a hacer vinos. Eran cuatro.

Las terrazas por las que se distribuyen los viñedos del Priorat.

Las terrazas por las que se distribuyen los viñedos del Priorat.

De Barcelona llegaron René Barbier y su amigo Carles Pastrana; a ellos se unió un profesor del instituto local, José Luis Pérez, y un jovencito riojano, que con el tiempo se convertiría en el enólogo de referencia y bodeguero más famoso de España a nivel internacional, que es Álvaro Palacios. La experiencia fue única. Trabajaron juntos, descubrieron las virtudes de la zona juntos, e incluso los primeros años hacían el mismo vino para todos, aunque cada uno lo embotellaba con su marca que solía empezar por “clos”, nombre en catalán de cerrado o vallado.

Y así nacieron Clos Mogador de René Barbier; Clos de L´Obac, de Carles Pastrana; Clos Martinet, de José Luis Pérez, y Clos Dofí de Álvaro Palacios. El éxito que tuvieron estos vinos fue tal, que enseguida se convirtieron en icónicos, a nivel mundial. “Los vinos más modernos y espectaculares de España” clamaban los especialistas franceses; “Los de mayor futuro de todos los españoles”, escribía Robert Parker en Estados Unidos.

De repente resultó que la zona era perfecta para hacer vinos de calidad, por la altitud, por las bruscas diferencias térmicas entre el día y la noche, y sobre todo por esas sufrientes cepas que con suerte consiguen dar muy poco fruto, pero de una calidad excepcional. Mala tierra para altas producciones, pero buenísima para hacer vinos con personalidad que responde cada uno de ellos a su terreno, el famoso concepto de 'terroir', que se invoca frente a los vinos de grandes producciones y todos iguales.

El éxito inicial hizo que desembarcaran en la zona una gran cantidad de firmas, en busca de esos vinos de culto. En la actualidad hay 96 bodegas y sigue siendo una zona espectacular. Los hijos de algunos de los pioneros son ahora también bodegueros de éxito. La mayoría de los vinos tienen precios acordes a su calidad, es decir, son caros. Las producciones no son muy altas y a nivel internacional se les siguen reclamando. En el mercado nacional se encuentran, claro, pero en buenas tiendas especializadas y en las cartas de los mejores restaurantes.

La cata fue un espectáculo. Hace ya 10 años que establecieron zonificaciones, por pueblos, por parajes, algo que luego han copiado, afortunadamente, muchas zonas y DD. OO.. OO. . A riesgo de ser exhaustivo les pondré a continuación las bodegas presentes, con el objetivo de que les pueda servir de guía.

El Priorat bodega por bodega

Del pueblo de Poboleda estaban Burgos Porta, Mas Doix, Sandra Doix, Terres de Vidalba y Perinet. Del pueblo Escaladei: Celler de Scala Dei y la Conrería d´Escaladei. De la Morera de Montsant: Pasanau. De Torroja de Priorat: Terra del Priorat. De Porrera: Alicia y Josep Viticultors, Álvarez Durán, Cal Pla, Celler de l´Encastell, Vall Llach, Ferrer Bobet, Marco Abella, Familia Torres, Merum, y Sangenís y Vaqué.

Mas Sinén Garnacha Blanca de Burgos Porta.

Mas Sinén Garnacha Blanca de Burgos Porta.

De Bellmun del Priorat: Casa Gran del Siurana, y Mas d´en Gil. De El Lloar: Cal Grau. De Solanes i El Molar: Clos Galena, Costers del Priorat. De Gratallops: Álvaro Palacios, Atavus, Balaguer i Cabré, Devinssi, Clos Figueras, Clos Mogador, Clos Pachem, Gratavinum, Josep Grau Viticultor, Meritxel Pallejà, Trossos del Priorat y Vinícola del Priorat.

Las características generales de estos vinos es la mineralidad (silex, iodo, hierro) por la influencia de la licorella; frutas maduras, complejidad y elegancia a raudales y muchos matices en nariz, especiados, balsámicos, bosque mediterráneo... La boca carnosa, con cuerpo, pero nada ruda, buena acidez y muy sabrosas.

Los clásicos de Álvaro Palacios, Clos Mogador, Clos Figueras; Álvarez Durán, Max Doix, Vall Llach, Ferrer Bobet, Marcos Abella y Balaguer i Cabré fueron los que más me impresionaron. Y ya les dejo en paz de marcas, porque realmente la mayoría eran impresionantes.

Les animo a que busquen a algunos de estas listas. Muchos no son fáciles de encontrar y un buen porcentaje son caros, pero merece la pena probarlos. Otro estilo de vinos. Una excelente iniciativa este “Espai Priorat”, en donde consigue que te vuelves a casa relamiéndote y animoso, ante el nivel de vinos que hay en este país.

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