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Una persona cocinando iStock
Ni vegana ni mediterránea: esta es la saludable dieta que siguen el 40 % de los españoles
Los españoles se preocupan cada vez más por llevar una alimentación saludable.
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El comienzo del año es, para muchos, la motivación que necesitan para empezar a cuidar más la alimentación. Y cada vez son más los españoles que cumplen con esos propósitos. Así lo revela el Gastrómetro 2024 que ha publicado Just Eat.
Según este informe realizado por la conocida empresa de reparto de comida a domicilio, "el autocuidado y el bienestar no solo se manifiestan en la búsqueda de comidas más saludables, sino también en el interés por utilizar ingredientes versátiles que se adapten a diferentes estilos de vida".
Los datos recientes de esta plataforma refuerzan esta transformación: el 40 % de los consumidores globales se identifica como flexitariano, mientras que entre la Generación Z esta cifra asciende al 54 %. Además, un 24 % de los platos principales pedidos por sus clientes ya son vegetarianos o veganos, lo que demuestra que la demanda por opciones más saludables está en constante crecimiento.
La dieta flexitariana
La explicación corta de la dieta flexitariana es comer como comían nuestros abuelos, es decir, una dieta en la que abundan las frutas, verduras, legumbres y hortalizas, que suponen la base de la alimentación, y un consumo moderado y ocasional de carnes y pescados. Es, y de ahí viene su nombre, una dieta vegetariana flexible. Otra forma de verla es como una dieta en la que se invierten los papeles y la carne y el pescado pasan a ser la guarnición de los vegetales.
Es una dieta que no impone restricciones estrictas, por eso resulta sostenible en el tiempo y es fácil de adaptar a los gustos y necesidades de cada persona. Basándose en unas premisas sencillas que son priorizar los alimentos vegetales, incluidas las proteínas como legumbres, tofu o seitán, frente a las proteínas animales, pero sin llegar a eliminar estas de la dieta y evitar los ultraprocesados en favor de las opciones naturales y caseras o alimentos procesados como conservas de pescado o vegetales, la dieta flexitariana resulta mucho más fácil de seguir y tiene más probabilidades de convertirse en un estilo de vida.
Los beneficios de la dieta flexitariana
La dieta flexitariana aporta múltiples beneficios no solo en términos de salud, sino también desde el punto de vista medioambiental y desde una perspectiva económica.
Beneficios para la salud | Beneficios medioambientales | Beneficios económico-sociales |
Reducción del riesgo cardiovascular | Menor huella de carbono | Ahorro en la compra de alimentos |
Menor riesgo de diabetes tipo 2 | Menor uso de agua y tierra | Mayor flexibilidad en la alimentación |
Mejor salud digestiva | Menor contaminación del suelo y agua | Fomento de la cocina casera |
Reducción de la inflamación | Menor impacto de la ganadería intensiva | Adaptabilidad a distintos estilos de vida |
Mayor aporte de fibra, vitaminas y minerales | Fomento de la producción local y sostenible | Mayor variedad en la dieta |
Desde el punto de vista de la salud, la dieta flexitariana, al priorizar frutas, verduras y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, ayuda a disminuir los niveles de colesterol LDL y la presión arterial. La ingesta regular de fibra mejora la sensibilidad a la insulina y regula los niveles de azúcar en sangre disminuyendo el riesgo de padecer diabetes tipo 2. La fibra también favorece la salud digestiva mejorando el tránsito intestinal.
Al consumirse más alimentos vegetales, la ingesta de calorías suele ser menor a la de otro tipo de dietas, por lo que ayuda a mantener un peso saludable. Muchos vegetales son ricos en antioxidantes y compuestos bioactivos con acción antiinflamatoria que pueden reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
No solo la salud se puede ver beneficiada con la dieta flexitariana, la disminución del consumo de carne reduce la huella de carbono al reducirse la emisión de gases de efecto invernadero. También se reduce la huella hídrica, ya que se necesita menos agua y menos terreno para producir alimentos de origen vegetal que para el desarrollo de ganadería intensiva. Otro beneficio es que se reduce la contaminación de suelos y acuíferos como consecuencia de los residuos ganaderos.
Finalmente, desde un punto de vista económico y social, la dieta flexitariana permite ahorrar en la compra de alimentos, pues las legumbres, los cereales y los vegetales son más baratos que la carne y el pescado y fomenta la cocina casera al promover el uso de ingredientes frescos y el aprendizaje de formas más saludables de cocinar.
Un ejemplo de menú semanal flexitariano
Como hemos dicho, la dieta flexitariana se adapta a diferentes estilos de vida, un punto a favor, pues no todos tienen las mismas necesidades nutricionales ni les gustan los mismos alimentos. Podríamos decir que esta dieta, que cada vez sigue más gente en España, ofrece lo mejor de la dieta vegetariana, pero sin renunciar a las proteínas animales.
A modo de ejemplo de cómo sería un menú semanal flexitariano, os dejamos una propuesta como referencia. Como ya hemos dicho, no se trata de una dieta estricta, en este menú pueden intercambiarse comidas con cenas según preferencias y el tamaño de las porciones se puede ajustar según las necesidades de cada uno.
En cuanto a bebidas, se prioriza el agua, las infusiones y los caldos frente a bebidas azucaradas y/o alcohólicas.
Día | Desayuno | Media mañana | Almuerzo | Merienda | Cena |
Lunes | Tostadas de pan integral con aguacate y tomate | Yogur natural con frutos secos y chía | Ensalada de quinoa con alubias y trampó | Batido de frutas con leche vegetal y avena | Crema de calabacín y tortilla de espinacas |
Martes | Gachas de avena con plátano y almendras | Hummus con palitos de zanahoria | Lentejas guisadas con verduras y ensalada | Frutos secos y una pieza de fruta | Revuelto de brócoli y champiñones |
Miércoles | Tostada de pan integral con crema de cacahuete y fruta | Yogur natural con granola y café | Salmón al horno con boniatos asados y espárragos | Infusión y galletas de avena caseras | Sopa de verduras y ensalada de garbanzos |
Jueves | Bol de puré de frutas con semillas y granola | Frutos secos y té verde | Pasta integral con pesto de espinacas y nueces | Yogur con cacao puro y frutos secos | Hamburguesa de bulgur |
Viernes | Pan integral con queso fresco y miel | Batido de plátano, avena y almendras | Pechuga de pollo con quinoa y verduras | Chocolate negro con almendras | Ensalada de tomate, aguacate y mozzarella |
Sábado | Pan con hummus y semillas de sésamo | Frutas frescas con yogur y café | Arroz integral con tofu y verduras | Tostadas de centeno con crema de almendras | Sopa de miso con tofu y verduras |
Domingo | Tostadas con mermelada sin azúcar y queso fresco | Frutos secos y té verde | Merluza a la cazuela con patatas y ensalada | Yogur con frutas y semillas | Crema de zanahoria y jengibre con tortilla de champiñones |