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Los viajeros que siguen a la editorial de guías Lonely Planet han elegido sus ocho pueblos predilectos de España. La selección final ha quedado conformada de la siguiente manera: Potes (Cantabria), Cadaqués (Girona), Cudillero (Asturias), Besalú (Girona), Lastres (Asturias), Albarracín (Teruel), Alquézar (Huesca) y Pedraza (Segovia).

Entre todos ellos, el último, Pedraza, ubicado a poco más de una hora de Madrid, entre las montañas de Somosierra y Guadarrama, no sólo resalta por sus calles empedradas, su muralla y su apariencia medieval, sino también por sus restaurantes especializados en el famoso lechazo asado.

1. Casa Taberna

Casa Taberna.

Uno de los lugares en los que merece la pena detenerse a saborear esta delicia es Casa Taberna, el restaurante propiedad de la chef y empresaria Samantha Vallejo Nágera, situado en plena Plaza Mayor. Se encuentra en una antigua casona castellana del siglo XVII, completamente restaurada, donde los comensales pueden degustar una exquisita paletilla de cordero asada a baja temperatura, servida junto con patatas fritas, pimientos del piquillo o ensalada de lechuga Batavia.

2. El Soportal

El interior de El Soportal. El Soportal

Otro de los establecimientos más emblemáticos es El Soportal, ubicado igualmente en la Plaza Mayor, en dos edificios que han mantenido su estructura original desde el siglo XVI y que, a principios del siglo XX, fueron una panadería y una taberna. En sus cuatro amplios comedores, con capacidad para albergar entre 40 y 200 comensales, se puede disfrutar de una excelente caldereta de cordero, unas deliciosas chuletillas de lechal o su plato estrella: el cuarto de cordero lechal, ideal para compartir entre dos personas.

3. El Corral de Joaquina

El patio de El Corral de Joaquina. El Corral de Joaquina

Fuera del centro de la plaza, en la Calle Íscar, otro restaurante imprescindible para degustar el tradicional asado es El Corral de Joaquina. Este establecimiento se encuentra en lo que en su día fue la vivienda habitual de Nicolás Ortiz y Joaquina Matesanz, antiguos guardianes del Castillo de Pedraza desde que fuera adquirido por el pintor Ignacio Zuloaga. Además, en este mismo edificio, ellos instalaron un renombrado taller-horno de alfarería que gozó de gran prestigio en su época.

Actualmente, el restaurante cuenta con tres amplios salones ideales para la celebración de eventos al más puro estilo castellano. Al acceder al establecimiento, los visitantes atraviesan una gran terraza-jardín adornada con numerosos madroños, la cual se transforma en un acogedor comedor al aire libre durante los meses estivales.

Una vez dentro, lo primero que se encuentra es el bar, con una espaciosa barra donde los clientes pueden degustar tapas y vinos a cualquier hora del día. En esta misma planta, hay un salón presidido por una imponente chimenea que proporciona un ambiente cálido y acogedor durante los meses de invierno.

En la planta superior, hay otros dos salones: uno destinado a bodas, banquetes o grandes reuniones y otro más pequeño, perfecto para eventos más privados. En cualquiera de ellos, los comensales pueden disfrutar de un servicio a la carta que incluye especialidades como las chuletas de cordero lechal o el cuarto de cordero lechal asado en horno de leña para compartir entre dos personas.