Aunque muchos de los alimentos que utilizamos en nuestro día a día se pueden congelar para prolongar su vida útil y disfrutar de ellos en otro momento, no es algo que se pueda hacer con todos, ya que algunos no son adecuados para afrontar el proceso de congelación debido a sus características o composición.
Además, si se congelan sin ser apropiado para ellos, se producirán cambios notables tanto en su textura como en su sabor, y lo que es más grave, puede ocasionar graves problemas de salud que incluso podrían llegar a requerir de una asistencia médica urgente.
Los cinco alimentos que no deberíamos congelar nunca
Aunque existe una gran lista de alimentos que no se deberían congelar bajo ningún concepto y aun así lo hacemos, algunos de los más comunes son los siguientes:
- Huevos con cáscara: no se deben congelar los huevos enteros en su cáscara, ya que el contenido líquido que contienen se expandirá en el momento de congelarse, lo que puede provocar que se rompa la cáscara y haga que la textura al descongelarla sea gomosa. Si se desean congelar los huevos, es preferible hacerlo separando las claras de las yemas y almacenarlas en recipientes o bolsas para congelar.
- Frutas de piel gruesa con un alto contenido en agua: algunas frutas con un alto contenido de agua, como los pepinos y las sandías, no son recomendables para congelar por su elevada proporción de líquido. De hecho, al contrario de lo que muchos piensan, no se recomienda congelar ningún tipo de fruta.
- Patatas crudas: las patatas crudas no deben congelarse sin haberse cocinado previamente, ya que contienen mucha agua y su estructura celular cambia al congelarse, haciendo que tenga una textura desagradable y suave cuando se descongela. Todo lo contrario sucede con las patatas cocidas, que se pueden congelar sin problemas.
- Productos lácteos con alta concentración de grasa: los productos lácteos, como la mayonesa o la crema batida, no se consiguen congelar bien debido a su alto contenido de grasa. Al congelarse y descongelarse, estos productos se pueden llegar a separar, además de adquirir una textura poco agradable y con grumos.
- Verduras crudas con elevado contenido de agua: aquellas verduras que poseen un alto contenido de agua, como los rábanos, el pepino o la lechuga, no se congelan adecuadamente porque su estructura celular se ve afectada negativamente durante el propio proceso de congelación.
Cómo congelar los alimentos
La congelación es un método seguro de conservación de alimentos que ayuda a prolongar su vida útil. Cuando estos se mantienen a una temperatura constante de -18 °C o menos, se inactivan los microorganismos presentes en los alimentos y que los alteran. Hay que tener claro que este proceso no destruye los microorganismos, que se reactivan tras la descongelación.
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Para congelar adecuadamente los alimentos, conviene tener presentes los siguientes consejos:
- El alimento debe estar siempre protegido, por lo que hay que recurrir al uso de recipientes, bolsas, papel de aluminio o papel transparente que sean aptos para un uso alimentario.
- Es recomendado usar envases estrechos y planos para así facilitar la congelación rápida del centro del alimento, además de dividir en porciones las grandes cantidades para conseguir que se congele de una manera uniforme y rápida, además de ayudar a descongelar a posteriori la cantidad justa que vaya a consumirse.
- Si se trata de líquidos, debe dejarse un espacio sin contenido, ya que el volumen se incrementa al congelarse. Por su parte, los vegetales crudos se deben escaldar antes de ser congelados.
- Un consejo a tener muy presente es el de etiquetar o rotular en el envase la fecha de congelación, así como el producto del que se trata y la cantidad del mismo, para que así se pueda conocer en todo momento su contenido.
- Al terminar de cocinar un plato es recomendable refrigerarlo 1-2 horas antes de introducirlo en el congelador, para que la congelación sea más rápida y se pueda mantener la calidad del producto.
- Por razones de calidad, no se recomienda conservar los alimentos congelados en el hogar durante más de 3 meses. En el caso de alimentos que se compran congelados, se debe respetar las fechas indicadas por el fabricante, ya que a partir de ese tiempo empiezan a desecarse por el frío y otras alteraciones.
Cómo descongelar los alimentos
Al igual que hay que conocer la forma de congelar los alimentos, también es necesario conocer el procedimiento para su descongelación, partiendo de la base que no se debe descongelar ningún alimento a temperatura ambiente, puesto que en ese caso las bacterias presentes en el mismo, que han estado inactivas, se multiplicarían y se incrementaría el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria.
Algunas pautas para la descongelación de alimentos son las siguientes:
- Se deben tener manos y utensilios limpios al manipular alimentos.
Antes de descongelar, es necesario romper los bloques grandes de gambas, pescado o bayas congelados dentro del envase. - Debe descongelarse sólo la cantidad de alimentos necesaria, manteniendo el resto congelado.
- Para descongelar en la nevera se debe colocar el envase de carne, pescado o marisco sobre un plato o bandeja para que el líquido que estos desprenden no contamine a otros alimentos.
- Si se usa el microondas, es preferible descongelar el producto en pequeñas porciones, deteniendo de vez en cuando y removiendo su contenido. Así se consigue que se descongele de manera uniforme, evitando que el interior permanezca congelado y el exterior caliente. Además, conviene cocinar inmediatamente estos alimentos.
- Para descongelar verduras y frutas debe hacerse bajo el agua corriente fría.