Si no tuviésemos calendarios podríamos seguir sabiendo perfectamente cuándo está llegando el verano con solo ir a una frutería y comprobar que ya hay sandías de todos los tamaños.
Dulce, refrescante, baja en calorías, que podemos usarla en batidos, en ensaladas, gazpachos, o simplemente como golosina natural para estar bien hidratados en los días que más aprieta el calor es sin duda una de las frutas reinas de la temporada estival.
El año pasado os contamos cómo elegirlas para que estén en su punto, pero para disfrutar de la sandía no basta con traernos a casa la mejor de la frutería pues aún nos queda una tarea que aunque es muy fácil a más de uno le da quebraderos de cabeza. Me refiero a cortarla y servirla, esa bola enorme de piel dura es experta en plantarle cara al cuchillo si no nos damos cierta maña. Pero como para coger maña antes hay que dominar la técnica vamos a empezar viendo cómo cortar una sandía.
Cómo cortar una sandía fácilmente
Lo primero, el cuchillo, el mejor cuchillo para cortar un sandía y, en general, para cortar cualquier otra cosa que tenga una corteza muy dura es usar un cuchillo de sierra para pan.
Luego solo tenemos que apoyar la sandía sobre la parte más achatada, cortar por la mitad, con decisión y luego cada mitad en dos partes.
Con ayuda del cuchillo separamos la piel y, sin levantar la carne, vamos haciendo cortes transversales. Así nos quedarán unos triángulos perfectos para servir la sandía en la mesa y que cada uno se sirva y la disfrute sin ponerlo todo perdido.
Por si no os ha quedado claro todavía os dejo un vídeo para que veáis que es mucho más fácil de lo que parece y que no se tarda nada de nada.
Y ahora que ya sabemos cómo cortar una sandía, ¡todos a por un trozo bien fresquito!