Trucos para conservar el pescado fresco durante más tiempo
Trucos y consejos para conservar el pescado fresco durante más tiempo cuando no tengamos intención de congelarlo en nuestra casa.
2 junio, 2017 13:37Noticias relacionadas
Aunque nutricionalmente hablando el pescado congelado no tenga demasiado que envidiar al pescado fresco, es indudable que, en el caso de muchos pescados, la calidad de este último sea superior. Ahora bien, el pescado fresco es un alimento sumamente delicado que se estropea con gran facilidad si no lo tratamos de la forma adecuada.
De hecho, es esto último lo que muchas veces nos echa para atrás cuando nos apetecería preparar un pescado un domingo, pero tenemos que comprarlo el viernes o el sábado. Aunque es cierto que el pescado fresco cuando mejor está es cuando se consume fresco del día, también es posible disfrutar de él pasados unos días siempre y cuando se cumplan una serie de normas.
Trucos para conservar el pescado fresco durante más tiempo
Desde cuál es la mejor hora para comprar, hasta cuál es la mejor posición dentro de la nevera. Pequeños detalles que, si se tienen en cuenta, nos ayudarán a conservar el pescado fresco durante más tiempo.
A quien madruga, Dios le ayuda
Eso dice el refrán, y llegar pronto al mercado te da la oportunidad de comprar lo mejor. Aunque es cierto que yendo a última hora puedas encontrar algún chollo a mejor precio, si te quieres asegurar de que vas a poder elegir, lo mejor es acercarse cuanto antes a la pescadería. Si vas al mercado, aunque lo más probable es que vayas a terminar comprando en tu puesto de confianza, siempre es bueno darse una vuelta antes para ver qué nos ofrecen otros.
Nunca empieces a hacer la compra por el pescado
El pescado debe permanecer el menor tiempo posible sin refrigeración, por eso debes comprarlo justo antes de volver a casa. Después de haber leído el consejo anterior, es fácil llegar a la conclusión de que si te quieres asegurar el pescado más fresco y que aguante en las mejores condiciones lo mejor es acercarse a la pescadería, volver a casa con el pescado, prepararlo para su óptima conservación, dejarlo en la nevera y ya después salir a comprar el resto de cosas que necesitemos.
Tener en cuenta la procedencia del pescado
Para ello debemos comprobar que el pescado está etiquetado y, ya que por ley debe estarlo, si no lo está es buen motivo para rechazarlo. Si el pescado está etiquetado, un simple vistazo a la procedencia del mismo nos dará idea del tiempo que ha pasado desde la captura y, por tanto, del grado de frescura. No es lo mismo un pescado fresco de bajura o de costa, que uno procedente de pesca de altura.
Evitar golpes durante el transporte a casa
Al igual que es importante volver rápido a casa con el pescado para que la cadena de frío no se vea comprometida, es necesario pedir al pescadero que nos envuelva el pescado convenientemente y tener cuidado a la hora de transportarlo a casa para que no lleve golpes que podrían provocar cambios no deseados en la textura de la carne.
Limpieza del pescado
Podemos pedirle al pescadero que nos la haga o hacerla nosotros mismos. Consiste en retirar las escamas, desangrar bien el pescado -paso muy importante ya que disminuye la velocidad de descomposición-, eviscerarlo y lavarlo bien bajo un chorro de agua fría.
Si la limpieza nos la ha realizado el pescadero, este lavado final conviene repetirlo al llegar a casa, pues por el camino el agua del lavado anterior habrá ido escurriendo y se habrá mezclado con restos de sangre, por lo que un segundo lavado le vendrá fenomenal.
Conservación del pescado en la nevera de casa
Lo más importante es que la nevera no esté demasiado llena y que no estemos todo el día abriendo y cerrando la puerta con los consiguientes cambios de temperatura en el interior, ya que para que nuestro pescado se pueda conservar en buenas condiciones durante 2 o 3 días debemos asegurarnos de que la temperatura se mantiene constante por encima de los 0ºC y por debajo de los 4ºC. Así mismo, debemos evitar que el pescado se reseque en la nevera o que acabe encharcado, por eso lo que mejor funciona y lo que te recomendará cualquier pescadero es que envuelvas el pescado en un paño limpio y húmedo e ir humedeciendo el paño a medida que éste se vaya secando.
En el caso de pescados pequeños como sardinillas o boquerones, se les puede echar también un poco de sal gruesa que ayuda a su conservación, ya que la sal genera un ambiente hostil que dificulta el desarrollo de las bacterias. Eso sí, luego hay que recordar no volver a añadir sal en el momento de consumirlo.