Las carnes de pollo y pavo, las carnes blancas en general, son de las carnes más saludables, nutritivas y asequibles que podemos encontrar fácilmente en cualquier mercado o supermercado. Son, además, carnes ligeras y fáciles de digerir que resultan muy adecuadas para cocinar durante el verano.
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El pollo aporta proteínas de alto valor biológico que contienen todos aminoácidos esenciales. Además, contiene hierro, fósforo y niacina. La carne de pollo tiene el agua como componente mayoritario, en un 70 % aproximadamente.
El pavo es una carne magra, con menor concentración de grasa incluso que el pollo. Con respecto a los micronutrientes el pavo es fuente de minerales entre los que destacan magnesio, cinc, potasio, fósforo y selenio.
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La codorniz tiene una cuota de mercado mucho menor que el pollo y el pavo y es aún una gran desconocida, pero, esta carne tiene un valor nutricional importante. El componente mayoritario es el agua, seguido de las proteínas. Tiene una proteína de alto valor biológico, hierro, fósforo, selenio, niacina y vitamina B6.
«España es, además, uno de los principales productores de carne avícola en Europa, donde se consumen al año más de 750 millones de aves de origen español. Tenemos un sector en alza del que tenemos que estar orgullosos». Jordi Montfort, secretario general de Avianza (Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola).
Las barbacoas también son para las aves
Las barbacoas son uno de los planes estrella del verano. Reunirse con familia y amigos alrededor de una mesa al aire libre con carnes a la brasa es una de nuestras opciones favoritas para pasar una velada estival. Y no hay por qué limitarse a preparar siempre las tradicionales costillas de cerdo y ternera, las morcillas o los chorizos parrilleros.
En las brasas también hay sitio para las aves y no hay razón para no ponernos creativos y experimentar con estas carnes con las que se pueden preparar deliciosas barbacoas.
Desde Avianza nos dan algunas claves para conquistar las brasas con las carnes de aves este verano:
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Salir de la rutina. Una barbacoa no tiene por qué ser siempre de chorizo, morcilla y panceta. La variedad de carnes y pescados para hacer a la brasa es inmensa y, además, hay opciones muy sanas como la carne de ave.
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Preparación previa. Se acabó eso de que el responsable de la barbacoa esté pendiente todo el rato de las brasas y se pierda la reunión. La clave es realizar una cocción el día anterior o unas horas antes del comienzo de la celebración para que el momento de pasar por las brasas sea lo más rápido posible, simplemente para conseguir ese sabor y color característico de la parrilla.
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Utilizar marinadas. Una carne a la parrilla no debe ser sinónimo de simpleza, de lo conocido como “vuelta y vuelta”. Para darle un toque diferente y jugosidad podemos dejar la carne macerando unas horas antes con todo tipo de especias y jugos. Además, la carne de ave es especialmente receptiva a este tipo de preparaciones que les dota de una gran jugosidad.
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Combinar mar y montaña. Una paella mixta la tenemos normalizada, pero si hablamos de mezclar carne con pescado o marisco a la barbacoa nos suena más raro. ¡Hay que atreverse! La mezcla resulta deliciosa.
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No quitar la piel a las aves. La grasa es el mejor conductor del sabor y está en la piel de la carne de ave. Tostarla bien en la parrilla y comerla sin quitarla llevará el sabor de nuestra barbacoa a otro nivel.
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Elegir productos de calidad. Todos los trucos anteriores no tienen sentido sin un producto de calidad. Las aves de España son excelentes y el sector avícola español es uno de los principales productores de carne avícola en Europa y uno de los más avanzados en temas de seguridad y calidad alimentaria.