Desde un cóctel hasta una ensalada, el tajín mexicano es una mezcla de especias que eleva el sabor de todo lo que toca. Da igual si lo pones sobre un huevo frito o unas palomitas de maíz que si lo espolvoreas sobre unos trozos de sandía fresca o lo mezclas con puré de frutas para hacerte unos polos helados, si lo pruebas, vas a querer más.
Pero empecemos por el principio, ¿qué es exactamente el tajín mexicano? Lo primero es que no hay que confundirlo con el tajín o tajine marroquí que es un guiso que se prepara en un recipiente que recibe el nombre de tajine.
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El tajín mexicano, que se conoce así por el nombre de la marca más popular que comercializa esta mezcla de especias compuesta por chiles secos de árbol, guajillo y pasilla, con sal y lima deshidratada -que en México se conoce como limón-; la versión comercial incorpora también ácido cítrico (E-330) y dióxido de silicio (E-551), un corrector de acidez y un antiaglomerante habituales en este tipo de productos. El tajín es dulce, ácido, salado y picante, son todos los sabores en un solo bote y cuando se ponen encima de cualquier cosa, empieza la fiesta.
Casi 40 años de historia
Tajín, la empresa que fabrica Tajín Clásico, fue fundada en diciembre de 1985 en México por Horacio Fernández. La historia cuenta que este emprendedor quería hacer un condimento que replicase los sabores de una salsa de chiles que hacía su abuela para embadurnar las mazorcas de maíz. El nombre de esta mezcla de especias lo encontró durante un viaje a un sitio arqueológico en el sur de México llamado "El Tajín".
Tal como sucedió con la salsa Lao Gan Ma, a medida que fue creciendo la empresa, empezaron a comercializarse otras variedades de Tajín, una baja en sodio, otra más picante -con chile habanero-, una más dulce con azúcar añadido... y hasta una salsa tajín en versión líquida.
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¿Por qué tiene tanto éxito el tajín en la cocina?
Como alimento, el tajín aporta vitamina C, pues tanto la lima como los chiles (pimientos) son fuentes de esta vitamina, aunque durante el proceso de deshidratación se pierde una parte, y es bajo en calorías, por lo que es perfecto para dar sabor siempre que busquemos platos ligeros.
Su versatilidad también es otra de las claves de su éxito, puede usarse con frutas, hortalizas, carnes, pescados, bebidas...
Con frutas y verduras
Se puede espolvorear sobre frutas como mango, melocotón, sandía, naranja o piña. También se puede utilizar en vinagretas para ensaladas de lechuga, pepino... o para darle un toque muy especial a sopas frías como el gazpacho o el salmorejo. Sin salir de México, el tajín nos sirve para llevar el guacamole al siguiente nivel.
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Con carnes
Las carnes más magras y con menos sabor como los filetes de pollo o pavo suben puntos si se sazonan con esta mezcla antes de pasarlos por la plancha.
Con pescados y mariscos
Es un condimento adecuado para dar sabor a todo tipo de escabeches de pescado o marisco. Los mejillones en escabeche son un buen ejemplo.
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En cócteles
Un ejemplo muy conocido son las micheladas en las que el borde del vaso se moja con zumo de lima o de limón y luego se apoya sobre el tajín que habremos puesto en un platito para que éste se quede adherido.