Es verano y comer plácidamente en la playa bajo la sombrillita está a la orden del día. Pero, ¡ojo!, porque las intoxicaciones alimentarias también son trending topic esta temporada. Sin ir más lejos, este jueves ha habido un brote de salmonelosis en la sucursal madrileña de la tercera mejor hamburguesería del mundo, Hundred. Asimismo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) emitió el miércoles una alerta por la presencia de esta misma bacteria en el queso de pasta blanda de la marca Casa Mateu.
Por desgracia, las infecciones bacterianas nunca cogen vacaciones y debemos estar siempre alerta para no caer en sus trampas. En anteriores artículos ya hablamos de las precauciones que hay que tomar en los meses más calurosos cuando salimos a comer fuera, así como de los peligros de ingerir platos con huevos crudos o poco cocinados. Esta ocasión vamos a detallar algunas medidas que podemos tener en cuenta para disfrutar de un refrigerio frente al mar sin poner en peligro nuestra salud.
Beatriz Robles es una reputada tecnóloga de alimentos que divulga sus conocimientos sobre alimentación y nutrición a través de la docencia y la colaboración en diversos medios de comunicación como El País, Cadena SER o Maldita.es.También comparte información sobre estas cuestiones en sus redes sociales, donde acumula miles de seguidores. En una de sus últimas publicaciones, la experta da consejos para comer en la playa o la montaña este verano sin riesgo de intoxicarnos.
Cómo llevar comida a la playa sin riesgo de intoxicación
Su primera recomendación consiste en evitar llevar "alimentos de alto riesgo", es decir, productos de origen animal o poco cocinados como sushi, tartar, carpacho, marinados, hamburguesas al punto, productos elaborados con huevo crudo poco hecho ("como esas mayonesas caseras asesinas", dice) o productos que tengan cremas.
Por otra parte, advierte de que la mayor parte de alimentos que traslademos a la playa van a necesitar frío. "¡No te lo tomes a broma!", insiste. "Llévate una nevera con bloques de frío, para transportar ensaladas, arroz, pastas, salmorejos, gazpachos o legumbres cocidas".
Si eres de los que prefiere no ir a cuestas con la nevera, Robles sugiere que cojas sólo alimentos que no necesiten frío: "En dos minutos te puedes hacer un bocadillo genial con pan integral y una lata de caballa o de atún que abras en ese momento".
¿Y qué pasa con el postre? Según Beatriz, lo más seguro y saludable es la fruta: si la llevas entera y lavada te la puedes comer a mordiscos, "y tan a gusto". "Pero, ¡ojo!, porque si prefieres llevar fruta cortada, por ejemplo frutas grandes como melón o sandía, tienes que volver a usar la nevera", añade.
Finalmente, esta especialista aconseja calcular muy bien las raciones de los platos. "La comida que necesita frío no deberías guardarla para otro momento, así que intenta que no te queden sobras", concluye.