Los 5 errores que cometes al conservar el cava o cualquier otro espumoso

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Los 5 errores que cometes al conservar el cava o cualquier otro espumoso

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Con el 2025 comenzado y las celebraciones terminadas, llega el momento de 'recoger carrete' y poner a buen recaudo lo que no hemos consumido esta Navidad y nos aguante hasta la próxima. Hay alimentos que carecen de fecha de caducidad per se, pero aun así merece la pena tener en cuenta sus fechas óptimas de consumo y cómo conservarlos para que la experiencia de consumo sea lo más parecida a la de su primer día. 

En cuanto a los vinos espumosos como el cava o el champán, existen muchos mitos que conducen a errores a la hora no solo de disfrutarlos, sino de guardarlos de año en año. Antes de nada, hay que tener en cuenta la calidad de la botella de la que estemos hablando. Como explicaba el viticultor Roc Gramona, "no cualquier productor puede esperar que tras tres años su vino vaya a estar bueno. Más de dos años hay más riesgo de que ese vino se oxide, aunque hay enotecas con magnuns con más de 10 años que son un espectáculo"

Partiendo de unas buenas burbujas sabremos que su tiempo de guarda es mayor, pero ¿en qué condiciones? Estos son los errores más comunes que cometemos al conservar estas bebidas y las soluciones para prolongar su frescura y efervescencia.

1. Confiar en la cucharilla invertida como método milagroso
Es uno de los mitos más extendidos: colocar una cucharilla del revés en el cuello de la botella para mantener el gas en su interior. Sin embargo, este método carece de base científica. Estudios como el realizado en 1995 por el Centro Interprofesional de Vinos de Champagne demostraron que las cucharillas, sean de plata o de cualquier otro metal, no son eficaces para preservar la presión interna de la botella.
2. No utilizar un tapón hermético
El verdadero aliado para mantener las burbujas del cava es un tapón de cierre hermético, diseñado específicamente para este tipo de bebidas. Este accesorio funciona con un sistema de válvulas que asegura que el dióxido de carbono (CO₂), responsable de las burbujas, permanezca en la botella el mayor tiempo posible. Sin este tapón, incluso si volvemos a colocar el corcho original, el gas se escapará rápidamente y el cava perderá su esencia.
3. Dejar la botella abierta sin más
Parece obvio, pero es un error común. Una botella de cava abierta y sin ningún tipo de cierre pierde rápidamente el gas, ya que la presión interna disminuye drásticamente. En cuestión de horas, el espumoso se convierte en un vino plano y sin vida.
4. Guardar la botella en la puerta del frigorífico
Aunque el frigorífico es el lugar adecuado para conservar el cava una vez abierto, la puerta no es el mejor sitio. La constante apertura y cierre provoca fluctuaciones de temperatura que pueden acelerar la pérdida de gas. La mejor opción es colocar la botella en la parte más fría y estable del refrigerador, preferiblemente en posición vertical.
5. Creer que el cava dura días una vez abierto
Incluso con un tapón hermético, el cava no conserva su frescura de manera indefinida. Como regla general, su mejor momento es dentro de las 24-48 horas posteriores a la apertura. Más allá de este tiempo, aunque aún sea bebible, las burbujas y el sabor característico del cava comenzarán a desvanecerse.

Consejos para disfrutar al máximo de tus burbujas preferidas

1. Invertir en un buen tapón hermético: no es un gasto, sino una inversión para aprovechar al máximo cada botella.
2. Consumirlo pronto: lo ideal es disfrutarlo en la misma ocasión en que se abre, para no perder ninguna de sus cualidades.
3. Almacenarlo correctamente: antes de abrirlo, guarda el cava en un lugar fresco y oscuro. Así como los vinos tranquilos descansan en posición horizontal, "a la hora de conservar el espumoso, siempre en posición vertical", aconseja Roc Gramona. "Como es un vino con presión hay más riesgo de pérdidas o que el tapón se estropee y salte".