Cada vez son más las personas que consumen frutos secos como parte de su alimentación diaria, nada extraño dado que muchos de ellos tienen propiedades muy beneficiosas para la salud. Las numerosas campañas informativas que destacan sus aportes positivos para el organismo han contribuido a su auge, y aunque son altamente calóricos, también destacan por ser muy saciantes.
Esto último hace que su consumo sea recomendable para poder mantener un control sobre el peso e incluso adelgazar, tal y como respaldan diferentes estudios científicos. De hecho, uno de ellos, llevado a cabo por parte de la Universidad del Sur de Australia, ha concluido que una ración de 30-50 gramos de almendras contribuye a reducir el número de calorías ingeridas a diario y, por lo tanto, ayuda a bajar de peso.
Los beneficios de los frutos secos para la salud
Numerosas investigaciones científicas han podido confirmar que un consumo moderado de frutos secos tiene incontables beneficios para la salud, con especial incidencia sobre varias enfermedades crónicas, además de contribuir a reducir las tasas de mortalidad. Asimismo, al ser ricos en ácidos grasos poliinsaturados, también tienen un papel importante en la neurogénesis, por lo que es eficaz a la hora de prevenir la demencia.
Por otro lado, desde la Fundación Española del Corazón se recomienda su consumo dentro del marco de una dieta equilibrada, destacando que son ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, estas últimas de gran ayuda para reducir el nivel del colesterol malo (LDL). Además, proporcionan vitaminas, fibra, proteínas, ácido fólico, minerales, fitoestrógenos, esteroles vegetales y otros fitonutrientes.
Por sus cualidades y valores nutricionales, se aconseja su consumo diario, incluso en dietas de adelgazamiento, ya que gracias a su efecto saciante ayuda a evitar los atracones de comida y a picar entre horas. En adultos sanos se aconseja comer 30 gramos diarios de frutos secos, mientras que las personas que practican deporte o tienen un mayor gasto energético, pueden llegar a alcanzar los 40-50 gramos al día.
Cómo conservar los frutos secos
Si no quieres perder las propiedades de los frutos secos al almacenarlos, debes tener en cuenta unas pautas y consejos de conservación. Una de sus ventajas es que son fáciles de conservar y poco perecederos siempre y cuando se traten correctamente. Aunque pocas personas lo saben, lo mejor es guardarlos en la nevera, ya que así conservan mejor sus propiedades organolépticas. Al guardarlos en este electrodoméstico, se amargarán menos y conservarán mejor su sabor.
Hay que tener en cuenta que los frutos secos no caducan y que las fechas de consumo preferente que encontramos en los envases tan solo son orientativas, y nos indican el momento a partir del cual estos productos pueden comenzar a perder sus propiedades. En cualquier caso, los especialistas recalcan que es preferible guardar los frutos secos en el frigorífico durante un máximo de 6 meses, y una vez superado este tiempo, guardarlos en el congelador.
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Al guardarlas de esta manera se aconseja hacer uso de bolsas de congelación con cierre hermético, evitando que se quedan con la menor cantidad de aire en su interior, puesto que el contacto con el oxígeno puede afectar a sus propiedades. Para su consumo, es suficiente con sacar los frutos secos del congelador un poco antes de su consumo.
Por otro lado, se debe tener especial cuidado con los frutos secos durante el verano, cuando las temperaturas se sitúan por encima de los 20 °C, ya que esto puede provocar que se origine un proceso de oxidación que haga que estos alimentos adopten un sabor rancio. Lo ideal es mantener los frutos secos a una temperatura que oscile entre los 4 °C y los 20 °C, por lo que la nevera es una opción perfecta.
Todos los frutos secos son recomendables en una dieta equilibrada
Los nutricionistas recalcan que todos los frutos secos son recomendables para una dieta equilibrada, ya que cada uno de ellos nos aporta diferentes nutrientes, siendo de mención especial las nueces, cuyo perfil de ácidos grasos no se encuentra en el resto y es una excelente forma de incluirlas en nuestro plan de alimentación. Asimismo, el resto de frutos secos contienen minerales, fibra, proteínas de origen vegetal y grasas saludables.
No obstante, al no existir ningún alimento que sea imprescindible, las personas que sean alérgicas o que no consuman frutos secos por otros motivos, pueden mantener una salud adecuada, aunque sí que es aconsejable que sean parte de la dieta. Son especialmente recomendables para deportistas y personas que busquen perder peso.
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En lo que respecta a las propiedades de cada fruto seco, las nueces se recomiendan para mantener bajo control el colesterol, los triglicéridos y la hipertensión, mientras que las almendras destacan por su notable contenido en calcio. Las pipas de calabaza, por su parte, son muy interesantes para personas vegetarianas por su elevado contenido en proteínas y su riqueza en calcio; y los anacardos contienen zeaxantina, un pigmento antioxidante que se absorbe sobre la retina y forma una capa protectora que proviene frente a los efectos de los rayos ultravioleta sobre los ojos.
También hay que hablar de los piñones, que son los frutos secos más saciantes del mercado (y también los más caros), así como de los pistachos, uno de los frutos secos menos calóricos de todos aquellos que podemos encontrar en el mercado. Para consumir cualquier tipo de fruto seco se pueden ingerir a modo de tentempié entre comidas o incorporarlos a ensaladas, cremas de verduras o incluso cocinados en guisos.