Seguro que todos hemos visto, oído hablar o probado ésta mezcla a la que llaman aperitivo japonés o cocktail japonés, en la que se mezclan un montón de elementos raros y diferentes a cualquier otro snack o fruto seco que tradicionalmente se produce y/o consume en España. Y no son pocos los que día a día nos enganchamos a ésta “guarrería”, a los que nos pirran estos picoteos exóticos. Pero, ¿de verdad son tan guarrería? Por petición de una lectora muy Cocinillas (¡gracias Esther!) os contamos de qué está hecho el aperitivo japonés.
Orígenes e ingredientes del aperitivo japonés
A lo mejor estáis pensando: “esto es como todo, nos venden que es japonés pero seguro que es sólo un invento y que de asiático no tiene un pelo”. Pues sorprendentemente no se trata de una estrategia de marketing, pues algo similiar al aperitivo japonés que comemos se consume en el país del Sol Naciente.
El nombre original del producto es ajigonomi, cuya composición se basa en galletitas saladas de arroz y cacahuete con pescado seco, judías, mochi, algas, sésamo, etc que se toman como acompañamiento a una buena cerveza japonesa. Además, en Japón existen tres tipos de ajigonomi: el estándar, el picante (que contiene wasabi) y el negro (con salsa de soja).
De hecho, cada componente del ajigonomi se llama por sí mismo arare. Es decir, cada tipo de bolita o de cuadradito de la mezcla es un tipo de arare concreto y tiene su propio nombre. En Japón, en las tiendas de alimentación podemos comprar a granel y preparanos tu ajigonomi personalizado, con aquellos arare que más nos gusten.
Donde conseguir el aperitivo japonés
A día de hoy no se trata para nada de un producto exclusivo ni demasiado exótico, pues lleva en el mercado mucho tiempo. Podemos encontrar el aperitivo japonés en prácticamente cualquier gran superficie, tanto a granel como estuchado, aunque personalmente creo que las versiones que podemos consumir aquí carecen de algunos elementos como el pescado seco.
Algunas empresas españolas se dedican a importarlo, por lo que da la sensación de que podría ser la versión más parecida a la que se consume en Japón, y otras empresas se lanzan a la producción propia. Lo que sí está claro es que en cualquier caso, al tratarse de productos bastante tratados y fritos, no son precisamente de dieta. Proporcionan más de 400 kilocalorías por cada 100 gramos.
Aún así, resulta curioso probar estos “mejunjes” diferentes, y darse cuenta de los diferentes sabores que atraen en Asia. Desde luego, hay a quien no le gusta, pero notar el picante del wasabi en algunos trocitos a mi me resulta delicioso. ¿Y a vosotros, os gusta el aperitivo japonés?
Imágenes: Wikipedia