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Me encantan las espinacas, pero en casa les cuesta comerlas “a pelo” y cuando no tengo ganas de que protesten demasiado suelo combinarlas con ingredientes que las suavicen un poco como la cebolla o la zanahoria. Un ejemplo de esas recetas que se comen sin rechistar es esta tortilla de puerros y espinacas que gracias al sofrito de puerros y cebolla queda jugosísima y las espinacas pierden protagonismo.
Ingredientes
- Espinacas frescas, 300 g
- Puerros, 2
- Cebolla, 1
- Ajo, 1 diente
- Huevos, 6
- Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
- Sal
Eso sí, una cosa os digo, no me vale que me digáis que no os gustan las espinacas si solo habéis intentado comerlas congeladas. Si es así, normal que no os entusiasmen, pues he de reconocer que casi todas me parece que están malísimas. Pero las espinacas frescas no tienen nada que ver, así que bien podéis darles una oportunidad. Me pasa lo mismo con las acelgas y la ensaladilla congeladas, no puedo con ellas. Pero bueno, que vamos a ver cómo se prepara esta tortilla de puerros y espinacas.
Preparación de la Tortilla de puerros y espinacas paso a paso
Es más fácil y mucho más rápido que hacer una tortilla de patata, así que vamos a ponernos manos a la obra.
Pelamos los puerros y la cebolla, cortamos en puerro en rodajas finas y la cebolla en brunoise -trocitos muy pequeños- y los ponemos a pochar a fuego medio (6/12) en una sartén con el aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal. Cuando empiecen a estar transparentes, apartamos un poco y añadimos el diente de ajo “espachurrado” con el prensador de ajos o picado muy fino. Damos unas vueltas para que se cocine un poco y mezclamos para que se reparta bien con la cebolla y el puerro.
Dejamos cocinar el conjunto hasta que las verduras estén tiernas y empiecen a tomar color. Yo siempre utilizo un poco de bicarbonato para que se pochen más rápido.
Mientras se van pochando las verduras en la sartén aprovechamos para lavar, trocear y escurrir muy bien las espinacas. Lo mejor es hacerlo con un centrifugador de verduras, pero si no tenemos podemos usar un colador grande, taparlo con un plato y agitar bien para que salga la mayor cantidad de agua posible.
Cuando las verduras estén tiernas, añadimos las espinacas a la sartén.
Al principio parecerá que no caben pero enseguida empezarán a soltar jugo y podremos mezclar sin problemas. Añadimos un poco de sal, no demasiada, pues en casa nos gusta mantener el punto dulzón de la cebolla y el puerro, y subimos un poco el fuego (8/12) para que se evapore el líquido.
Cuando las espinacas estén tiernas, que lo están enseguida, pasamos todo a un colador y apretamos bien para que escurra el líquido.
Batimos bien los huevos con un poco de sal.
Mezclamos las verduras con el huevo batido, engrasamos ligeramente una sartén antiadherente con unas gotas de aceite, la ponemos a calentar a fuego medio-alto (9/12). Cuando esté caliente echamos la mezcla y, si nos gusta la tortilla muy cuajada bajamos el fuego, si la preferimos con el huevo más crudo, lo dejamos como está. En ambos casos, estaremos pendientes de ella hasta que veamos que los bordes se empiezan a cuajar y a despegarse de las paredes de la sartén.
En ese momento y con ayuda de un plato le damos la vuelta para que se cocine por el otro lado. Si os gusta muy hecha se le pueden dar un par de vueltas más para que el huevo de dentro se vaya cuajando sin que se tueste demasiado por fuera.
Resultado
Esta tortilla de puerros con espinacas se puede tomar caliente, templada o fría. Aunque si la vamos a dejar para comerla fría debemos cuajar completamente el huevo. Nosotros en casa, que somos muy de tortilla de Betanzos -con el huevo prácticamente crudo-, pues la tomamos caliente. Pero aunque cuajemos el huevo completamente, gracias al sofrito de puerros, en ningún caso se va a quedar reseca.