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Con la llegada del verano nos apetecen mucho más las recetas de picoteo, la comida que se puede comer con una mano mientras con la otra sujetamos una bebida refrescante; pero también nos apetece que estas recetas sean rápidas de hacer y que, en la mayoría de los casos no requieran mucha planificación. Las croquetas son perfectas para lo primero, pero no se distinguen por ser una receta rápida… hasta ahora. Seguid leyendo que os vamos a contar el secreto de cómo hacer bechamel rápida para croquetas caseras con el relleno que tú quieras en solo dos minutos, sin grasas y sin tener que esperar a que la masa se enfríe para poder freírlas.
La nueva forma de hacer croquetas que va a revolucionar tu cocina
Ya no os van a quedar excusas para no hacer croquetas en casa siempre que queráis porque, a partir de ahora, preparar la masa de las croquetas va a ser más fácil que aliñar una ensalada gracias al Mix Bechamel Instant en frío de Santa Rita Harinas, con el que no tenéis ni que calentar la leche o el caldo que vayáis a utilizar, de hecho, pueden estar incluso fríos de la nevera.
En esta nueva era que comienza en el mundo croquetil, preparar la bechamel para hacer unas croquetas caseras de lo que queráis es tan sencillo como poner vuestro relleno favorito en un bol, añadir caldo vegetal, de pollo, carne... o el tipo de leche que quieras, de soja, nueces, desnatada, sin lactosa... y mezclar todo con el Mix Bechamel Instant. En tan solo dos minutos, tendrás una masa para croquetas, como en el mejor restaurante o como la que haría el mayor experto en croquetas del mundo mundial, pero rápido y fácil, con un sabor impresionante, caseras y a tu gusto... quedar como un auténtico chef, y no confesar a nadie, que el secreto está en Los Milagros de Santa Rita...
El paso que viene a continuación, el de dar forma a las croquetas, puede hacerse muy fácilmente si nos untamos las manos con aceite para que no se nos pegue la masa. Aunque yo personalmente voy más rápido si les doy forma ayudándome de dos cucharas. Otra forma muy sencilla y que garantiza que todas las croquetas tienen el mismo grosor, que es algo muy recomendable para que luego se frían todas por igual, es meter la masa en una manga pastelera e ir cortándola con unas tijeras a medida que la vamos extrusionando.
Finalmente, solo os quedaría elegir el rebozado, que puede ser el tradicional de harina, huevo batido y pan rallado o con alguna innovación, como la de usar Panko, el ya famosísimo rebozado japonés, para la última capa o cambiar el huevo por Fijarina, un sustituto de este que es apto para veganos e intolerantes.
Cómo hacer unas croquetas de jamón y queso muy fáciles
Ingredientes (para unas 30 croquetas)
- Caldo de jamón o leche, 400 ml
- Mix Bechamel & Croquetas Instant Santa Rita, 120 g (la mitad del envase)
- Jamón ibérico picado muy fino, 80 g
- Queso curado rallado, 60 g
- Huevo batido, 1 ud
- Pan rallado para rebozar, cantidad necesaria
Paso 1
En un bol grande, vertemos unos 400 ml de caldo de jamón, (también se puede usar cualquier tipo de leche o bebida vegetal) todo a temperatura ambiente, o de la nevera y añadimos los 80 g de jamón picado muy fino y el queso rallado.
Paso 2
Añadimos unos 120 g del Mix Bechamel & Croquetas Santa Rita, removiendo con una cuchara hasta que tenga una consistencia homogénea, (un truco para que luego sea más fácil dar forma a las croquetas es dejar reposar la masa unos 5 minutos en el congelador, pero no es imprescindible y podemos hacer las croquetas perfectamente sin realizar este paso).
Paso 3
Terminamos de amasar con las manos (mejor untadas con un poco de aceite, para que no se nos pegue la masa) y les damos a las croquetas forma deseada, bolas, alargadas …
Paso 4
Ponemos un huevo batido en un plato hondo, y en otro ponemos pan rallado o panko, cogemos las croquetas y las pasamos primero por el huevo, y luego por el pan rallado o el panko. Si no podéis o no queréis usar huevos para el rebozado, podéis usar Fijarina, mezclándola con agua del grifo hasta tener un batido espeso por el que pasaremos los alimentos a rebozar antes de pasarlos por pan rallado o Panko,
Paso 5
Freímos en abundante aceite bien caliente (180ºC) con la forma de bolas, es más fácil darles la vuelta para que se doren por todos los lados, una vez doraditas, las sacamos y dejamos reposar sobre un colador grande para retirar el exceso de grasa. Hay quien las deja sobre papel absorbente, pero a mí no me gusta ya que cuando se dejan sobre el papel, la grasa que sueltan las croquetas sobre este luego se reabsorbe y hace que la parte del rebozado que está en contacto con el papel grasiento quede mucho menos crujiente.
(Las cantidades son a modo de orientación, se puede añadir más o menos caldo o leche en función de la consistencia que busquemos, algo que resulta muy fácil porque en todo momento vamos a ir viendo cómo va espesando).
Paso 1
En un bol grande, vertemos unos 400 ml de caldo de jamón, (también se puede usar cualquier tipo de leche o bebida vegetal) todo a temperatura ambiente, o de la nevera y añadimos los 80 g de jamón picado muy fino y el queso rallado.
Paso 2
Añadimos unos 120 g del Mix Bechamel & Croquetas Santa Rita, removiendo con una cuchara hasta que tenga una consistencia homogénea, (un truco para que luego sea más fácil dar forma a las croquetas es dejar reposar la masa unos 5 minutos en el congelador, pero no es imprescindible y podemos hacer las croquetas perfectamente sin realizar este paso).
Paso 3
Terminamos de amasar con las manos (mejor untadas con un poco de aceite, para que no se nos pegue la masa) y les damos a las croquetas forma deseada, bolas, alargadas …
Paso 4
Ponemos un huevo batido en un plato hondo, y en otro ponemos pan rallado o panko, cogemos las croquetas y las pasamos primero por el huevo, y luego por el pan rallado o el panko.
Si no podéis o no queréis usar huevos para el rebozado, podéis usar Fijarina, mezclándola con agua -puede ser del grifo- hasta tener un batido espeso por el que pasaremos los alimentos a rebozar antes de pasarlos por pan rallado o Panko,
Paso 5
Freímos en abundante aceite bien caliente (180 ºC) con la forma de bolas, es más fácil darles la vuelta para que se doren por todos los lados, una vez doraditas, las sacamos y dejamos reposar sobre un colador grande para retirar el exceso de grasa. Hay quien las deja sobre papel absorbente, pero a mí no me gusta ya que cuando se dejan sobre el papel, la grasa que sueltan las croquetas sobre este luego se reabsorbe y hace que la parte del rebozado que está en contacto con el papel grasiento quede mucho menos crujiente.
¡Ya están listas para emplatar y comer!