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No sabría decir qué receta me han pedido más si la de los frappuccinos de Starbucks o esta del batido de Oreo del Vips y ante la insistencia de que publicase esta última en el blog, no me ha quedado más remedio que darle caña a la batidora y traeros la versión que más triunfa entre mis catadores, que es la versión “de cuchara” como digo yo, pues nadie se resiste a rebañar bien los posos de galleta que quedan en el fondo haciendo uso de este cubierto.
Ingredientes para hacer el batido de Oreo del Vips
- Galletas Oreo doble crema, 1 rulo (si mal no recuerdo son 13 galletas)
- Helado de chocolate blanco, 1 litro (equivale a unos 450 g) *
- Leche fría, 250 ml
- Esencia de vainilla, 1 cucharada
- Nata montada para decorar
- Galletas Oreo normales o finas, 4 para decorar (opcional)
(*) Si no encuentras helado de chocolate blanco, también te quedará riquísimo con helado de nata o de vainilla. Ni que decir tiene que si eres un chocolatero empedernido puedes poner el helado de chocolate que más te guste y marcarte una versión alternativa, que para eso es tu batido.
Otra cosa ahora que estamos con los ingredientes, a veces me han preguntado si no hay que poner azúcar. Personalmente creo que con el azúcar del helado y el de las galletas ya tiene azúcar de más, de hecho, puedes rebajar el sabor dulce cambiando parte del helado por nata líquida. Aunque si eres un goloso sin deseos de redención y al catarlo consideras que no está lo suficientemente dulce puedes añadir tanto azúcar como desees para darle tu toque personal, eso sí, para que se disuelva bien yo te aconsejaría que utilizaras azúcar glass.
Preparación del batido de Oreo del Vips
1: Separar la crema de las galletas
Abres cada una de las galletas, retiras la crema -si se resiste puedes rasparla con un cuchillo, pero lo normal es que salga en bloque-, reservas la crema por un lado y por otro, reservas 4 galletas y el resto las metes en una bolsa apta para comida.
2: Machacar las galletas
Vale que se podría hacer con un procesador de alimentos, que total lo vamos a usar después, pero es que esta parte es mucho más divertida, si se hace con la bolsa. Solo tienes que cerrar la bolsa y pasar un rodillo de cocina por encima unas cuantas veces. Estampar la bolsa contra el suelo unas cuantas veces también da resultado y hay a quien le resulta desestresante. Si optas por este último asegúrate de que el plástico de la bolsa resiste la tortura sin inmutarse.
Si quieres el postre en versión “de cuchara”, lo único que tienes que hacer es asegurarte de que quedan trozos de galleta de tamaño suficiente como para que no sean absorbidos por la pajita y puedan quedarse tan agusto a remojo en el fondo del vaso hasta que llegues tú cuchara en mano.
3: Preparar el batido de helado y crema de Oreo
Esta es la parte más fácil, pon la crema de las Oreo que habías reservado en un procesador de alimentos o en una jarra grande en la que puedas meter una batidora de brazo, añade el helado, la esencia de vainilla y la leche bien fresquita. Tritura hasta que se haya mezclado todo bien.
4: Terminar el batido de Oreo
Saca la batidora, o retira las cuchillas del procesador de alimentos y añade las galletas troceadas. Mezcla bien. Puedes dejarlo reposar en la nevera unos minutos antes de servirlo, pero no es aconsejable que lo hagas con mucha antelación, pues perdería esa textura aireada de batido recién batido, valga la redundancia.
5: Servir el batido de Oreo
Reparte la mezcla en cuatro vasos que pueden ser altos si tu batido es para tomar solo con pajita o bajos, detalle que se agradece si has optado por al versión para final de cuchareo.
Para dar el toque final, es el momento de rescatar esas 4 galletas solitarias que habíamos reservado en el paso número 1 y rállalas usando un rallador de cocina.
Coloca un copete de nata montada sobre cada batido que quede medianamente artístico. Llegados a este punto, recuerda que es muy probable que la nata que usan en el Vips tenga algunos estabilizantes añadidos para que quede firme como una roca y sea capaz de hacerte creer que eso de la fuerza de la gravedad no va con ella, así que no te frustres si tu nata insiste en desparramarse un poco o directamente en salirse del vaso buscando el camino más rápido hasta el mantel.
Reparte las galletas que acabas de rallar sobre los copetes de nata, pon alguna Oreo para decorar, o no la pongas si no quieres dar pistas sobre el postre antes de que lo prueben los afortunados que ese día se sienten a tu mesa.
Y sí, en este momento, será mejor que estés preparado y tengas un paraguas a mano porque a la que te descuides empezarán a lloverte los piropos. Ni qué decir tiene que si te piden la receta, no tienes que complicarte la vida, tú los diriges a Cocinillas y sigues disfrutando del postre que para eso te lo has currado.